Parece increíble que el mero hecho de tener una fábrica en Tordesillas te convierta en el blanco del boicot de los antitaurinos, pero lo que le ha sucedido a Dulces El Toro es una prueba más de los tiempos delirantes en los que vivimos. A pesar de que este año no se ha celebrado el Toro de la Vega en la localidad vallisoletana tal y como se venía haciendo, prohibido in extremis por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León al fallar a favor de una denuncia de PACMA, esta empresa famosa por sus polvorones ha vuelto a sufrir las consecuencias.
Se trata de una compañía familiar que nació a mediados del siglo XIX y que seis generaciones después todavía da trabajo a una veintena de personas, encargadas de elaborar y distribuir unos dulces apreciados en toda España, sobre todo en Navidad. Pero la historia, la tradición familiar y los puestos de trabajo que genera parecen pasar a un segundo plano para los antitaurinos que se dedican a dejar malas reseñas en Google para perjudicarlos.
Desde El Toro, hartos de sucederse estos comentarios negativos injustificados, han denunciado en sus redes sociales al autor de una reseña que les acusaba de elaborar sus dulces "sobre la sangre de un toro, ni se os ocurra comprarlos. Tordesillas, ese pueblo que no se merece que nadie compre productos de ahí". "Seguimos aguantando este tipo de acoso a estas alturas... y ya van años", han remarcado desde la empresa, criticando que se trata de algo "muy injusto" y de lo que los medios no se hacen eco.
Un aluvión de apoyos
"Somos una empresa ubicada en Tordesillas (Valladolid), que genera alrededor de 25 puestos de trabajo gracias en su mayor parte a la elaboración de nuestra marca de Polvorones El Toro. Esto no es ya solo una ofensa a nuestros valores, es un ataque directo a nuestra economía", han denunciado, lamentando además que llevan tiempo aguantando a "energúmenos que no entienden el daño que hacen" y pidiendo colaboración para denunciar la reseña:
El gerente de la empresa, Álvaro Galicia, ha explicado a Diario de Valladolid que lo único que pretenden es que "nos dejen tranquilos", asegurando que les pasa por estar ubicados en Tordesillas y ser "la empresa más emblemática". Sostiene que son "ajenos a la polémica del Toro de la Vega" y espera que "las personas que tienen un poco de raciocinio no van a dejar de comprar el producto".
Antes, en la época de su abuelo, la empresa se llamaba El Toro Vega, pero hace siete años que le han cambiando el nombre por El Toro "por un tema de ventas, porque tenía más gancho a nivel comercial", aunque incide en que "los animalistas se atribuían el mérito y la gente que estaba a favor del Toro de la Vega se nos echaron encima porque habíamos cedido ante el acoso". De hecho, Galicia cree que estas reseñas llegan desde los sectores animalistas y ha anunciado que su abogado está trabajando en lo sucedido.
Sin embargo, a la espera de cuestiones legales, en las redes sociales ya han hecho un buen acopio de respaldos en todo el país. Clubes deportivos como el Atlético Tordesillas, clientes fieles y personas que han llegado a la marca por causa de la polémica les han brindado un espaldarazo dándole la vuelta por completo al intento de boicot frustrado:
Incluso el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, ha confesado que siempre tiene "una cajita a mano" de los polvorones y que lo otro es confundir "la velocidad con el tocino":
Desde El Toro, abrumados por la reacción de las redes, han querido dar las gracias:
Ojalá se zanje para siempre una polémica que no tiene ni pies ni cabeza.