Al tiempo que el mundo veía con el corazón encogido las imágenes de este lunes en el aeropuerto de Kabul, con una multitud corriendo en las pistas y tratando de subirse a los aviones, desesperados, tras la toma de poder de los talibán, Twitter se convertía en un hervidero de opinadores sobre el asunto, con más o menos tino. El mulá Baradar Akhund, responsable de la oficina política de los insurgentes en Qatar, había declarado el fin de la guerra de Afganistán.
Los talibán se adjudicaban la victoria 20 años después con la huida del presidente, Ashraf Ghani, este domingo y la posterior toma de Kabul, donde no han encontrado apenas resistencia. "Hemos alcanzado una victoria que no se esperaba (...), debemos mostrar humildad ante Alá", decía en un vídeo el número dos del movimiento tras la reconquista del país, añadiendo que "ahora se trata de cómo servimos y protegemos a nuestra gente, y de cómo aseguramos su futuro para ofercer una buena vida lo mejor que podamos".
Como suele ocurrir cuando surgen este tipo de conflictos, la demagogia campa a sus anchas en las redes sociales y en las cuentas de los políticos no iban a ser menos. En la incesante búsqueda de culpables, que difieren según las filiaciones de cada quién tratando de moldear la historia a su antojo, surgen mensajes delirantes como el de Monedero o directamente equivocados, como le ha ocurrido a Gabriel Rufián.
"Que no se olvide"
El portavoz de ERC ha publicado una foto del conocido como trío de las Azores, en el que participaban los tres mandatarios de Estados Unidos, Reino Unido y España, y ha escrito junto a la imagen "que no se olvide", queriendo relacionar ese momento de la historia con lo que estaba sucediendo en Afganistán:
El problema es que poco o nada tiene que ver esa fotografía con lo que está sucediendo, más que nada porque se tomó dos años después de la invasión estadounidense al país. George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar se reunieron en las islas portuguesas el 15 de marzo de 2003 en lo que se llamó formalmente Cumbre de las Azores y sirvió para lanzar un ultimátum al gobierno iraquí.
Se les pedía que se desarmasen ante la existencia de armas químicas controladas por Sadam Husein, una falsedad que después se constató. El primer ministro portugués en aquel marzo de 2003, José Manuel Durao Barroso, contaría años después, siendo presidente de la Comisión Europea, que lo "engañaron" con documentos falsos que probaban la existencia de los artefactos y que Aznar fue el que más insistió en celebrar la reunión que desembocó en la invasión de Irak.
Pero nada tiene que ver con Afganistán salvo en uno de los protagonistas: Bush. Él gobernaba EEUU dos años antes, cuando en el 11 de septiembre de 2001 se produjo el histórico ataque terrorista en el país que provocó la intervención estadounidense de ese mismo año para desmantelar Al Qaeda y sacar a los talibán del poder.
El patinazo histórico de Rufián ha sido replicado por Hernando:
Por Félix Álvarez:
Y por muchos más:
Él, por su parte, ha querido zanjar el tema con este otro tuit:
Y ha retuiteado, como siempre, los mejores zascas recibidos.