Las infames declaraciones del tiktoker Naim Darrechi siguen dando que hablar. Días después de haber dicho que engaña a sus parejas sexuales para no ponerse preservativo durante sus relaciones, alegando que era estéril sin serlo, la polémica no cesa. Sus palabras se hicieron virales, indignaron a toda la gente sensata de dentro y fuera de España, e incluso han llegado a la Fiscalía de la mano del Ministerio de Igualdad, que aprecia que podría ser un abuso sexual.
La ministra, Irene Montero, compartía el fragmento del vídeo original —borrado ya por su autor, el youtuber Mostopapi, que entrevistaba a Darrechi—, y aseguraba que "quitarse el preservativo o eyacular dentro sin consentimiento es hoy abuso sexual y la Ley Solo Sí es Sí lo reconocerá como agresión". Avanzaba también que "presumir ante 26.000 seguidores de algo así refleja la urgencia de poner el consentimiento en el centro":
Como ocurre con casi todo lo que escribe la ministra, que cuenta con una numerosísima tropa de haters en Twitter, terminó por constituir una mofa generalizada por parte de los machistas. Ha dado igual que su análisis sea de lo más sensato, que haya hablado de consentimiento, que haya apuntando al agravante de divulgar este tipo de prácticas ante miles de menores y adolescentes. El not all men sumido en un "me va a decir Irene Montero a mí lo que tengo que hacer" hizo acto de presencia.
Y uno de los más desagradables y rancios comentando las palabras de la ministra ha sido el escritor Fernando Sánchez Dragó. Sus palabras, conviene advertirlo, pueden herir sensibilidades y, desde luego, no pueden dar más repelús, sobre todo para aquellas personas que tengan por costumbre visualizar todo aquello que leen en Twitter. Abstenerse, en su caso, es casi una necesidad vital.
Si han llegado hasta aquí, tendrán que saber que Dragó le ha dicho a "doña Irene" que él se ha acostado con muchas "mujeres de las llamadas decentes" y que "ninguna, jamás, me ha pedido que me pusiera un condón". Ha aclarado el escritor que sí le han pedido que "eyaculara fuera, sí, y lo he hecho", añadiendo que "eso se llama respeto" y pidiendo que les deje "en paz" y se meta en sus asuntos "y no en nuestras alcobas":
Con un calambre en el estómago después de la lectura del desagradable tuit de Sánchez Dragó, que ha provocado cientos de aplaudidas réplicas en Twitter, conviene destacar la que ha escrito la actriz Anabel Alonso, a la que han bastado cinco palabras para describir a la perfección el sentimiento que ha producido en una mayoría:
Y es que nadie tiene ninguna intención de meterse en la alcoba de Sánchez Dragó siempre que lo que haga ahí dentro sea consentido y legal, pero en este caso además hay un factor que él ha obviado por completo: las enfermedades de transmisión sexual. Precisamente, a Darrechi se le ha echado en cara también que ponga el embarazo como la única consecuencia de no usar preservativo, y al escritor le ha pasado lo mismo:
Lejos de desdecirse, por si hubiese quedado alguna duda, Fernando Sánchez Dragó daba la estocada con un segundo tuit:
Quizás no ha tenido en cuenta, al menos en su caso, que allá por los años de la Transición él tenía unos cuantos años menos e igual es eso lo que influye y no la ley de violencia de género.