Comprar algo en Venecia si tienes la más mínima pinta de turista es como jugar a la ruleta rusa. Nunca sabes qué barbaridad te va a costar. La última víctima fue un visitante taiwanés que únicamente quería un helado. Le cobraron 25€. Por un cono con una bola.
Aunque el pobre turista estaba dispuesto a pagarlos, quien sí protestó fue el guía italiano que les acompañaba. La respuesta de los heladeros le debió dejar helado: "es caro porque es muy sabroso". Y tan anchos se quedaron. El turista, finalmente acabó apoquinando.
Quien no se quedó tan ancho fue el guía, quien avisó a la policía y pronto se personaron en el local, descubriendo que los pícaros dependientes habían estado escondiendo la lista de precios detrás del mostrador. La maniobra les salió carita, ya que les acabó cayendo una señora multa de 2000€, es decir, un total de 80 helados sabrosos.
1100€ por unos filetes y pescado.
No es ni mucho menos la primera vez que a un turista casi le da un parraque al ver una factura en Venecia. Hace unos meses unos estudiantes japoneses de la Universidad de Bolonia decidieron hacer una escapada a la ciudad de los canales. Para rellenar el estómago la Osteria da Luca, en la mítica calle Fabbri. Pidieron cuatro filetes y una pescado frito ¿Para beber? Agua mineral.
Conocedores de los precios habituales de Italia, nada les hacía sospechar que esa sencilla comida se iba a disparar a los 1100€. Evidentemente no les sentó nada bien que les intentasen tomar el pelo e interpusieron una demanda. Al final les cayó una multa de 20.000€. Muchos de esos menús iban a tener que vender para que les saliera a cuenta. Además, los usuarios les crujieron en TripAdvisor, hundiendo sus valoraciones.