Hay hombres que se comportan como chimpancés con solo ver unos pechos. Algunos, ya sea por alcohol o por simple falta de neuronas, son incapaces de mantener las mínimas reglas de respeto. Esto es lo que ha ocurrido a esta chica.
Ocurrió en el festival Rhythm & Vines, en Gisborne Nueva Zelanda, en el que alrededor de 30.000 personas se reúnen para despedir el año en un ambiente que recuerda al mítico Woodstock de los años 60.
En este ambiente tan hippie, una chica decidió acudir al festival en topless y con los pechos cubiertos en purpurina. Esto causó que las sinapsis neuronales de un muchacho hicieran un contacto extraño, por lo que decidió levantarse y tocar lo que nadie le había dado permiso para tocar.
Sin embargo, la chica y su acompañante no pasaron por alto el incidente. Se dieron la vuelta y, con la misma calma intimidante con la que un Terminator avanza hacia Sarah Connor, llegaron a donde Mr Manoslargas -fácilmente identificable como idiota por el gorro que lleva- estaba sentado y...
Probablemente sean algunas collejas menos de las que merecía. Pero los golpes no debieron ser flojos, ya que según ha explicado Giann Reece a Unilad, más tarde volvió a ver a la joven y llevaba la mano vendada, al parecer tras hacerse daño al golpear a su agresor. El joven -que al menos tuvo la decencia de no defenderse- no ha sido identificado. La chica, una americana, sí.
Casos así no son aislados. Y no hace falta ni que ellas vayan en topless ni que ellos vayan borrachos. No hay más que recordar el brutal acoso que tuvo que soportar una mujer en un tren de Cercanías, por el mero hecho de llevar escote.
No importa la roba que lleve otro ser humano, nada te da derecho a tocar su cuerpo sin su permiso.