12 veces en las que a la televisión española se le fue la Nochevieja de las manos
En la jungla. Gazapos, meteduras de pata, 'frikis' y destapes conspiran para que cada año se le atraganten las uvas a la abuela.
30 diciembre, 2016 14:05Noticias relacionadas
Desde que existen televisiones privadas, regionales y locales las tradicionales campanadas han ganado en variedad y atrevimiento. En los últimos 25 años los programas previos a Año Nuevo han tenido todo tipo de iteraciones. Se ha probado con personajes frikis, animados o ligeros de ropa. Todo con tal de llamar la atención de los espectadores.
Ser elegido como maestro de ceremonias de las uvas es una de las mayores responsabilidades que le pueden dar a un presentador o actor y equivocarse durante este evento tan especial puede dinamitar una carrera. O incluso tiene un destino más cruel: la lapidación pública en las redes sociales durante años.
Marisa Naranjo y los cuartos crecientes
En el epílogo de 1989 la comentarista demostró que era más de naranjas que de uvas. A por ellas estuvo cuando pensó que las campanadas eran los cuartos. Así los españoles que vivieron la Nochevieja en TVE no pasaron de ahí, no llegaron a semis ni a la final. En el recuerdo queda aquella frase mítica de "Notarán ustedes que el sonido es totalmente diferente".
Carmen Sevilla y 'Regreso al Futuro II
La noche de Fin de Año de 1993 en Telecinco José María Íñigo y Carmen Sevilla consiguieron retroceder en el tiempo nada menos que treinta años. Parece que el aceite del patrocinador Koipe conseguía mejores efectos que una crema antienvejecimiento. Cuando las campanadas llegaron a su conclusión ambos desearon a los españoles "¡¡¡Feliz 1964!!!".
Irma Soriano se comió los cuartos
En 1993 fue muy complicado comerse las uvas en condiciones. En la otra cadena privada que emitía en abierto, Antena 3, Irma Soriano confundió las primeras cuatro campanadas con los cuartos. “¡Y ahora comienzan las uvas!”, señalaba al llegar la quinta. Por si los que estaban viéndola no tenían suficiente lío ya, al sonar la novena campanada volvió a insistir: “¡Ahora comienza la primera!”. Lo que le dijeron por el pinganillo tras la confusión nunca ha salido a la luz.
Chiquito no pueder callarse
Fue motivo recurrente de merchandising hasta en las patatas fritas, tuvo todo tipo de copias e imitadores, e incluso protagonizó películas de dudosa calidad. Y por supuesto, también tenía que dar las campanadas. Chiquito de la Calzada y Pepe Carrol hicieron pareja en la Nochevieja de 1994. El humorista no pudo contenerse y soltó sus míticas muletillas mientras el reloj de la Puerta del Sol hacía su trabajo. Algunos se atragantaron de risa y otros se añusgaron por el enfado de no poder seguir bien las campanadas.
El primer capotazo de Ramontxu
La mítica capa a medio camino entre tuno y vampiro taciturno de Ramón García se ha convertido en un clásico de nuestra Nochevieja. Pero la tradición comenzó aquí. La primera vez que el presentador bilbaíno dio las campanadas fue el 31 de diciembre de 1995, acompañado de Ana Obregón. Fue el mejor reemplazo para un Joaquín Prat que nos había dejado meses antes.
ETB que no se ve
La televisión nacional y las cadenas privadas no son las únicas que la han pifiado durante esta última noche del año. Las regionales también han metido la pata en Nochevieja. Los vascos despidieron 2007 comiéndose 8 uvas en lugar de 12. ETB1 interrumpió la conexión durante unos segundos (y eso que las campanadas estaban grabadas). "¡Pon la 1!" llegó a pedir algún miembro de la familia.
La noche de los freaks
Toni Rovira conseguía en 2009 concentrar al mayor número de frikis visto en una Nochevieja en el modesto canal catalán 25tv. Sin duda, se trata de las campanadas más surrealistas emitidas jamás. Carmen de Mairena se arrancaba cantando 'La bien pagá' mientras el Señor Barragán revelaba su loable propósito para 2010: "Dejar de hacerme pajas y poder follar más".
La sastrecilla valiente
El vestido de Paula Vázquez no llegó entero a 2013. Un minuto antes de comenzar el Año Nuevo el tirante de la presentadora gallega decidió que iba a romperse. Aunque Carlos Sobera intentó arreglar el desaguisado, no pudo. Hizo falta la intervención de emergencia de una sastra de Antena 3, que acabó siendo convertida la protagonista involuntaria de las campanadas. “He sido yo, que respiro muy fuerte”, reconocía Paula.
Canal Sur la lía parda
Al finalizar 2014 la televisión regional andaluza hizo unas auténticas campanadas interruptus. Emitió por error dos anuncios (uno de Catunambú y otro para promocionar Jerez) que impidieron ver los cuartos y las campanadas. Cuando volvieron a pinchar el reloj ya iban por la décima y no daba tiempo a engullir las uvas de golpe. “Muy atentos para no equivocarnos. No nos tenemos que equivocar, ¿vale?”, comentaba la presentadora, sin saber muy bien si se lo decía a los televidentes o al equipo de realización. Muchas familias andaluzas vivieron el momento con enfado e indignación y otros llenaron la red de memes.
Las bragas de Cristina Pedroche
El vestido escogido por la Pedroche hizo que las campanadas de La Sexta de 2014 fueran de las más comentadas en las redes sociales, tanto en tiempo real como a posteriori. La presentadora vallecana comenzó soltando un "Si quieres te hablo de física cuántica" y al final acabó enseñando las vergüenzas a toda España. Su pareja artística en la noche y jefe en Zapeando, Frank Blanco, no quería mirar.
Pocoyó se zampó las uvas en 3D
En el ocaso de 2015 se vivió la que puede considerarse la Nochevieja más animada de la historia. En Clan, el canal infantil de TVE, emitieron unas campanadas con Pocoyó y sus amigos como maestros de ceremonias. Pato, Elly, Pulpo y toda la pandilla siguieron el ritual de la bajada de la bola, los cuartos y demás a la perfección.
Cámbiame de canal
Dicen que es bueno comenzar el año con ropa interior roja puesta, pero la presentadora y estilistas de Cámbiame no dejaron lugar a la imaginación al arrancar 2016. Tenían que competir con el atrevimiento de Cristina Pedroche y parece que ganaron en el maratón de quién enseñaba más carne. Un atuendo muy poco recomendable para las gélidas noches de diciembre y una muestra de que los recortes han seguido llegando tras la crisis, aunque parecen haberse cebado con el vestuario.