El pueblo con más edad de la provincia de Sevilla tiene poco menos de 300 habitantes y 112 de ellos ya han cumplido la edad de jubilación. Se trata de un municipio que, por pocos kilómetros, no está en Huelva.
La localidad, que posee el récord de más personas mayores entre su censo, es El Madroño. Se trata de un pequeño pueblo. tan pequeño que es uno de los más diminutos que hay en la provincia de Sevilla.
Ubicado en la Vía de La Plata, El Madroño tiene hasta 112 habitantes mayores de 65 años, lo que supone el 37,71 por ciento de su censo. Su nombre proviene del árbol que está en la bandera de Madrid junto al oso.
Sus fiestas más conocidas, señalan desde la Diputación de Sevilla, son las Cruces de Arriba y Abajo. también la celebración de la independencia del Castillo de las Guardas, municipio al que perteneció la población hasta 1921.
Cerca de la Sierra de Aracena, El Madroño, además de ser el pueblo con más edad de la provincia de Sevilla, tiene un entorno natural privilegiado. Cerca está el Cerro del Riscal así como el monumento natural de la Encina de los Perros, un árbol cuya sombra alcanza los 600 metros cuadrados.
Herencia romana
"Tartesios, fenicios y romanos conocían bien las riquezas minerales de las minas de estas tierras, que nunca perderían la vocación agrícola y ganadera de sus habitantes", señala la Diputación de Sevilla.
En la zona se han dado hallazgos arqueológicos de primer orden. Allí han encontrado monedas de la época de Trajano, el emperador romano de Sevilla, entre otras.
Además de naturaleza e historia, El Madroño tiene varias aldeas que dependen de ella. Son pocas casas en espacios naturales inigualables como El Álamo, Juan Antón, Juan Gallego y Villagordo.
Visita al pueblo
El Madroño, para quienes visitarlo, está cerca de Sevilla capital en coche por la A-66. Por la zona lo más recomendable es ir andando y practicar senderismo. Es la mejor forma de conocer su patrimonio natural.
Además, se puede degustar la gastronomía local, recomiendan desde la Diputación de Sevilla. El sopeao y la caldereta de chivo son sus platos estrella. Y, bien comido, se puede visitar la iglesia de San Blas, donde en su festividad el 3 de febrero, bendicen las roscas de pan a quienes se acercan.