Sevilla es una ciudad que no se ve en un día ni mucho menos, pero siempre hay alguno que quiere darse una idea de cómo es la ciudad y no tiene más que un día. O esa escala que se quiere aprovechar para dar una vuelta por los puntos más importantes de la capital.
Esta ruta en moto recorre cinco de los monumentos más emblemáticos de Sevilla y en muy poco tiempo. Y si no se dispone de este transporte no hay problema, ya que en Sevilla hay varias empresas de alquiler de motos por minutos que dan el apaño y que son muy fáciles de usar. Una de ellas es Cooltra que además de ser eléctricas, con su aplicación puedes coger y soltar sus motos en muchas zonas de la ciudad.
El tiempo total empleado en la ruta es de 22 minutos. Eso sí, sin incluir las paradas en cada sitio, solo el desplazamiento de un lugar a otro. Si se va a hacer parada en cada monumento para visitarlo, que es lo suyo, en una mañana puede estar liquidada la ruta. Así uno se hace la idea de cómo es Sevilla y su belleza.
La primera parada es la Plaza de España. Se puede aparcar la moto en los aledaños, por capitanía o cercana a las verjas de los laterales por donde se entra. Este emblema se construyó entre 1914 y 1929 para la Exposición Iberoamericana del 29 y fue obra de Aníbal González.
A solo 7 minutos, la segunda parada es el Alcázar. Allí se puede aparcar sin problema frente al archivo de indias y así se aprovecha también para ver la Catedral. El Alcázar es la residencia de los miembros de la familia real española cuando visitan Sevilla. Esto hace que sea el Palacio Real en uso más antiguo de Europa. Por su parte, un dato de la Catedral de Sevilla es que se trata de la más grande del mundo de estilo gótico.
Vuelta a coger la moto para salir del casco antiguo y deparar en la cuarta parada, que es la Torre del Oro. Muy cerca de ella también se puede visitar la Maestranza y así añadimos un plus a esta ruta.
Por último, de vuelta en la moto con destino al fin de la ruta: Metropol Parasol, aunque todo el mundo lo conoce como las Setas de Sevilla. Ubicado en la céntrica plaza de la Encarnación, es el monumento de madera más grande del mundo.
Y de aquí, si se vuelve a coger la moto es para ir a casa o si se trata de un turista, al hotel. Una pincelada de lo que es Sevilla, aunque la capital hispalense sea mucho más.