Francisco Oliva Blázquez es el rector de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) desde enero de 2021. Lo seguirá siendo, ya que ayer viernes concluyó el plazo de presentación de candidaturas para las elecciones que se celebrarán de manera telemática entre el 8 y el 10 de mayo.
Asegura que ha cumplido con cerca del 90 por ciento del programa, pero reconoce que podría haber hecho algo más en el ámbito de las infraestructuras. Ahora, encara una legislatura de seis años, tal como plantea la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU).
Durante este nuevo periodo tendrá que poner en marcha las nuevas titulaciones aprobadas por la Junta de Andalucía, uno de los retos de su nuevo mandato. Asimismo, como portavoz de la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía (AUPA) pide una estrategia única para todo el sistema, defiende la excelencia de las públicas y exige que no haya "redundancia" con la oferta de las privadas.
[La Universidad Pablo de Olavide ofertará para 2025 solo tres de los siete nuevos grados aprobados]
- Su mandato está a punto de concluir, ¿qué balance hace tras estos cuatro años?
- Es un balance positivo, no eufórico, porque no lleva a ningún lado. Lo hemos demostrado. Hemos creado una web compartida para toda la Universidad. Es la primera vez que se hace. Con plena transparencia, establecemos el grado de cumplimiento de nuestro programa. Está entre el 85 y el 90 por ciento. Hemos desarrollado más de 700 actuaciones en tres años y medio. Los números ponen de manifiesto el trabajo intenso y un grado de acierto importante. Está al alcance de pocos.
- ¿Qué le ha faltado por cumplir?
- Por ejemplo, en el ámbito de las infraestructuras, que siempre es uno de los más difíciles. Exige captación de fondos ajenos y las universidades no tenemos un plan plurianual bien subvencionado. Hay que buscar apoyo público externo. Uno intenta ser muy ambicioso, pero hay veces que no llega el dinero suficiente. Es uno de los puntos en los que hemos fallado un poco más.
- ¿Aún así también se ha avanzado algo en ese aspecto, ¿no?
- Está la rehabilitación de la Central Térmica, con 3 millones de euros fondos del Plan PIREP, la pista de atletismo. Hemos incorporado dos centros de investigación, el Animalario y el Centro de Genómica. Además, tenemos la nueva sede de la Universidad Pablo de Olavide en la ciudad de Sevilla. Hemos incorporado también el Pabellón de Marruecos de la Exposición de 1929. Estoy satisfecho, pero no hemos conseguido todo lo que queríamos por la falta de fondos.
- ¿Cómo ha sido posible reducir la lista de espera de profesorado acreditado de 139 a 0?
- A las universidades públicas nos cuesta reducir esta lista, porque nos hace falta tasa de reposición y esto depende de las jubilaciones. La UPO es una universidad joven y tenemos muy pocas jubilaciones. Lo hemos conseguido siendo pioneros en la cesión de tasas de reposición de otras universidades. La Universidad de Málaga, la de Granada y la de Córdoba nos han cedido 62 plazas. Nunca las habríamos conseguido por nosotros mismos, porque nunca tenemos tantas jubilaciones.
- Cree que no tener oposición de cara al nuevo mandato es un síntoma de su buen trabajo?
- Para mí pone de manifiesto la fortaleza de la comunidad universitaria y el sentido de comunidad y confianza recíproca. Me he sentido amparado, arropado y ayudado por el Consejo de Gobierno de esta universidad y por el Claustro. Apenas hemos tenido que votar nada durante este tiempo, porque ha habido un consenso muy elevado. Pone de manifiesto un grado de confianza importante, pero es sobre todo un acicate, porque tengo que devolver esta confianza con creces.
- ¿Ya se puede adelantar algo sobre el programa?
- Queremos seguir fortaleciendo la plantilla. El gran reto es incorporar más profesores ayudantes de doctor. Esto nos va a permitir reducir la temporalidad de nuestra plantilla. Reforzar también el personal administrativo. Tenemos la media más baja de Andalucía y tenemos que incrementarla. En el ámbito de estudiantes tenemos que reforzar los espacios estudiantiles. Queremos hacer una casa del estudiante, en un edificio existente o en otro nuevo. En el ámbito de la investigación tenemos que fortalecer nuestra infraestructura científica. En la docencia, en estos años tenemos que trabajar mucho para implementar la oferta académica que nos ha aprobado la Junta de Andalucía y que tenemos que poner en marcha los próximos años.
- Ha conseguido por primera vez cumplir la ley universitaria, con el 50 por ciento de profesores funcionarios, ¿será posible mantenerlo en el futuro?
- Lo difícil era alcanzar esta cifra. Hemos pasado del 34 al 51 por ciento en solo tres años y medio. Es algo inédito. Ya no tenemos el problema de la tasa de reposición. Hemos agotado la lista de espera. Ahora estamos en un momento en que es profesor universitario quien quiera serlo. Tengo confianza plena en que vamos a subir mucho esta ratio.
- Ahora, por la LOSU encara seis años de mandato. ¿Son demasiados?
- Es un cambio que se ha producido porque había la sensación de que cuatro eran insuficientes y se introdujo el cambio. El legislador decide que los que estábamos en la situación previa sumaremos cuatro más seis. ¿Es mucho o es poco? Depende de cómo hagamos las cosas. Con el grado de trabajo que estoy llevando a cabo, no va a sobrar mandato.
- ¿Qué retos plantea la LOSU para la Universidad Pablo de Olavide?
El más importante es la adaptación de los Estatutos de la Universidad. Hemos construido un nuevo Claustro cuya principal función va a ser esta. Esto es una tarea ardua que lleva mucho tiempo. Por otro lado, hace falta adaptarse a las nuevas estructuras que ha creado la LOSU en materia de profesorado. Fundamentalmente, ha reducido la carga docente de los asociados, de los ayudantes doctores. Tenemos que adaptar los nuevos concursos. También hacer cambios en la estructura administrativa, por ejemplo, introducir una unidad de igualdad. Tenemos muchísimos retos que llevar a cabo a lo largo de este tiempo.
- ¿Cree que va a ser buena para los estudiantes?
- Para mí es difícil definirla con una sola palabra. Tiene cosas positivas y otras que son más discutibles. Incrementa la representación estudiantil, algo muy importante. Por otro lado, también favorece los grados duales, abiertos o el sistema de microcredenciales de futuro. Hay cosas positivas, pero en cualquier caso, deberían enjuiciarlo ellos.
- De cara a los nuevos tìtulos de grado y máster ya tiene el 85 por ciento de profesorado que exige el decreto de la Junta, ¿quien financiará el 15 por ciento restante?
- La respuesta todavía es poco madura. Es algo que tiene que decidir la Consejería. En el Consejo Andaluz de Universidades, yo mismo, como portavoz de la Asociación de Universidades Públicas Andaluzas (AUPA), le pedí al consejero el compromiso de que tiene que apoyar financieramente estos títulos. No pueden ser radicalmente a coste cero. Si no, no van a funcionar. Nos comprometemos a poner una parte, pero hace falta la otra. Todavía no sabemos cómo lo va a hacer la Junta. Estamos en un periodo muy prematuro.
- ¿Es muy complicada la tarea de poner en marcha tantos grados y másteres?
- La principal complejidad que requiere es que tenemos que presentar unas memorias muy completas sobre cada uno de estos títulos. Hay que justificar muchas cosas. Expedientes de centenares de páginas. Luego todo tiene que ir a la Agencia de Calidad Andaluza. Normalmente siempre pone algún reparo. Luego, vienen los periodos de aprobación oficial de la Junta de Andalucía y también a nivel nacional. Es un periodo de entre año y medio dos. Me preguntan por qué las universidades somos poco ágiles en ese sentido. La explicación es esta. No te puedes embarcar en un proceso de reforma de títulos si no estás muy seguro de lo que tienes que hacer. Por otro lado, cuando te decides, lleva mucho tiempo. Esto no es crítica. Hay que cumplir muchas garantías para que haya un nuevo título universitario.
- En cualquier caso, es un avance que se haya actualizado el mapa de titulaciones despúes de muchos años, ¿no?
- Lo juzgo muy positivamente. Desde el 2010 no se actualizaba el mapa. Aplaudo la iniciativa de la Junta de Andalucía. Para las universidades públicas han sido más de 180 titulaciones entre grados, másteres y doctorados. Lo necesitábamos, lo hemos demandado y, por tanto, estamos satisfechos de que podamos, poco a poco, ir actualizando la oferta académica.
- La UPO está haciendo una apuesta decidida por las titulaciones STEM y Dual, ¿perjudica esto a las humanidades?
- Ni muchísimo menos, las humanidades son esenciales en la UPO. Son un signo distintivo y tienen una enorme calidad. Hace poco me daban a conocer un estudio que indicaba que casi el 100 por ciento de nuestros estudiantes recomendarían estudiar nuevamente aquí. Son intocables. Además, estoy convencido de que son un elemento fundamental en la revolución digital que se está llevando a cabo. No puede ser puramente tecnológica. Nos hace falta el componente ético y social y eso lo dan las humanidades.
- ¿Cómo de competitiva ve a la UPO en el panorama andaluz y nacional?
- No es una expresión que me guste mucho esa de competitiva. Veo que se ha fortalecido bien. Con una oferta de cinco nuevos grados de STEM, con diez títulos de máster, algunos de ellos con un carácter muy social, como el estudio de sexualidad y LGTBI, otros empresariales y otros científicos, más los títulos duales. Por otro lado, hemos fortalecido nuestra plantilla. Es una combinación que hace que estemos mucho mejor preparados para ser un agente muy importante del sistema público andaluz.
- ¿Hay plazas suficientes en el sistema universitario para todos los estudiantes que quieren entrar?
- Es un análisis muy complejo. Por un lado, me preocupa mucho que haya un estudiante que quiera estudiar en la Universidad y no entre por cortes o por problemas económicos. Creo que hay un sistema de becas muy potentes en España. En Andalucía, además, hay un sistema de bonificaciones de matrícula. Otra cosa son los problemas de corte, que hemos visto en disciplinas como las Ciencias de Salud, especialmente. Tienen difícil resolución, porque tener un Distrito Único Andaluz y un sistema como la PEVAU garantiza cierta objetividad. Se puede hablar, pero, ojo, no toquemos algo que ha funcionado, con sus luces y sombras, hasta saber bien lo que se va a hacer.
- ¿Cómo cree que valoran los estudiantes a la UPO?
- Me gustaría que la valoraran lo mejor posible. Lo decía Giner de los Ríos, el centro de la universidad son los estudiantes. Me gustaría que estuvieran contentos con nuestra gestión. Hemos creado foros de cogobernanza con los estudiantes. Hemos llevado a cabo multitud de medidas como un punto informativo para el estudiantado, un servicio de atención psicoemocional, hemos fortalecido el problema de becas y ayudas. Sobre todo, soy una persona tremendamente cercana y cuando quieren hablar conmigo, hablo encantado con ellos. Su labor es reivindicar mejoras y yo siempre estaré ahí.
- ¿Y cómo los ve usted a ellos?
- Esta generación se ha enfrentado a la Covid. No sabemos lo que es encerrarse durante tres meses en casa y seguir estudiando, muchos de ellos en situaciones difíciles. Yo siempre lo digo. Son una generación tremendamente resiliente y para mí son un ejemplo y referencia.
- ¿Es un problema la irrupción de universidades privadas para las públicas?
- A ninguna pública le asusta competir con una privada, porque tenemos un profesorado de excelencia y porque tenemos una investigación de excelencia. Dicho esto, nos preocupa el grado de calidad de las universidades que vienen a Andalucía. Entendemos que no cumplen con los requisitos, sobre todo en investigación, que es lo que distingue a una universidad en el sentido europeo del término. Entendemos que las nuevas propuestas no lo han demostrado. Pedimos una estrategia universitaria para toda Andalucía, que no vengan determinadas universidades incorporándose de forma esporádica al sistema, que haya un plan y una estrategia general. Pedimos calidad y estrategia para todo el sistema.
- ¿Hay redundancia en las titulaciones?
Mucha. Entre los más de 60 títulos aprobados a las privadas en el nuevo mapa, muchos son redundantes y repetitivos. Por ejemplo, pasa aquí en la provincia de Sevilla. Con la Universidad Pablo de Olavide se repiten muchísimos de los títulos.