Dios ahoga, pero no aprieta, dice un viejo refrán. Y eso le ha pasado en la Maestranza a Daniel Luque, uno de los triunfadores del pasado año que hasta ahora sólo había toreado una tarde en la temporada y ya llevamos unas cuantas ferias desde febrero.
El torero tampoco pasa por un buen momento personal, ya que un hombre clave en su carrera, como es su padre, tiene problemas de salud. A él le ha brindado su primer toro.
¿El motivo de lo primero? A otro torero que llena las plazas le molesta en el patio de cuadrillas por "irrespetuoso", dicho por él públicamente en un medio de comunicación.
Pero al final, esta circunstancia al menos esta tarde le ha venido bien. Sevilla lo sabe, ahora lo ve más bien como víctima de ese veto y lo ha arropado tanto que ha abierto la Puerta del Príncipe con dos medios toros de Núñez del Cuvillo.
No obstante, ha sido de esos triunfos como recompensa a un todo y una manera de ponerlo en camino para ser torero de Sevilla tras unos años más parado de lo que él hubiera querido, porque su último trasteo ha sido más bien de una oreja con mucha fuerza. Pero, oye, al César lo que es del César.
Con su primero Luque demostró que no necesita un toro de triunfo para triunfar, sino que colabore un poquito. Con el capote dio un auténtico recital de torería al recibirlo a pies juntos sobre todo por el pitón izquierdo. Lo cuidó mucho en el peto y entraron en quites el de Gerena y Diego Urdiales con una delicia absoluta, uno por chicuelinas y otro por vistosas tafalleras.
El animal lo acusó en la faena de muleta que estalló al natural y a fuego lento, de uno en uno, asentando y con esa técnica aprendida a base de oficio. La estocada fue hasta la bola y el público sacó pronto los pañuelos.
Toreo caro de Urdiales
La tarde se dividió en dos porque a la mitad los tres toreros tenían en su mano abrir la Puerta del Príncipe. Diego Urdiales tras un trasteo muy caro, en el otro extremo de la vulgaridad, de muchos quilates y mucha franqueza ante un animal que echó las manos por delante en el capote, pero que después sorprendió en la muleta.
También por la suavidad que le imprimió desde los derechazos hasta los pases de pecho con mucha cintura y muñecas. Se lo brindó a Rancapino Chico y parece que le transmitió la inspiración flamenca.
Diego no le pegó ni un tirón al de Núñez del Cuvillo, todo fue caricia, suavidad y limpieza y este sacó su buen fondo, que el de Arnedo aprovechó con mando y mucha belleza, incluido el estoconazo final y el corte de la oreja de ley. Con el cuarto estuvo muy en torero, pero no pudo redondear su tarde. Hubo momentos de brillantez en un trasteo que terminó alargando.
Alejandro Talavante demostró una vez más a la Maestranza que tiene unas muñecas de goma y una capacidad de improvisar inagotable. A su primero lo toreó desde el principio con genuflexo mandado en la embestida y después predominó su particular toreo en redondo, su poderosa zurda de seda y sus cambios de mano que han marcado su carrera.
Con una oreja en la mano en los chiqueros le esperaba otro 'Arrojado', tocayo de aquel del mismo hierro que indultó Manzanares en la feria de 2011. Lo recibió por faroles, pero este no se pareció a aquel.
Siendo un toro pronto, protestó cuando el extremeño empezó a exigirle con la muleta por abajo. Fue mejor por el derecho cuando la faena ya andaba un tanto desordenada, no obstante, si lo mata hubiera podido cortar otra oreja.
Y lo que todo el mundo ansiaba llegó en el sexto en una faena con altibajo, pero con mucha emoción por lo buen torero que es ante un toro prácticamente parado, robándole pases a cámara lenta, inventándose la faena, especialmente en una tanda brillante. Cerró con las luquesinas e incluso con un aviso antes de entrar a matar, el público pidió con fuerza que Luque saliera en volandas por la puerta de Sevilla.
Sin duda, este cruce aviva la feria, sobre todo porque en 24 horas ese torero que no quiere estar con él en un patio de cuadrillas se medirá en el albero maestrante con los Victorinos, nada más y nada menos. Haya sido una faena o de dos, esto se pone serio y a la Fiesta le viene bien.