Daniel Luque hoy puede dormir tranquilo. El torero de Gerena le ha hecho la faena que cualquiera que se viste de luces sueña mientras torea de salón. El otro protagonista fue 'Príncipe' del hierro de 'El Parralejo', que llevaba dentro un manantial de clase y de bravura.
Queda mucha feria, pero ahora mismo son la faena y el toro del ciclo abrileño. Se hizo esperar porque salió de chiqueros en quinto lugar, pero la espera mereció la pena cuando el toro y torero se fundieron en un solo cuerpo y en un baile de bravura, valor, naturalidad y temple, de mucho temple.
Se ciñió en cada embroque y supo ligar tandas de mando y mucha limpieza como si no le costara ningún trabajo. Los pases de pecho y uno de la firma destacaron en su trasteo. Sonó 'Suspiros de España' y fue cuando el torero de Gerena, casi levitando, cogió la izquierda pegando intensos y profundos naturales.
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El animal fue premiado con la vuelta al ruedo, fue inmenso, pero también se le hicieron muy bien las cosas. Iván García no le dio ni un capotazo de más en los que ya fue descubriendo las óptimas condiciones de 'Príncipe'. La última tanda en la que intercaló una luquesina, marca de la casa, fue simplemente sensacional.
Ya ante el flojo primero Luque enseñó sus credenciales y el buen momento que atraviesa tras salir el año pasado por la Puerta del Príncipe y aún le queda una tarde más en el ciclo abrileño.
Sobre el resto, poco que contar. Perera tuvo escasas opciones y Francisco de Manuel dejó buena tarjeta de presentación en Sevilla, quien se quedó con ganas de verlo de nuevo.