Sevilla

Este lunes arranca en Sevilla el juicio contra un teniente de la Guardia Civil acusado de vender información a los narcos así como de tráfico de drogas y hurto, según la Fiscalía. En total, se enfrenta a una petición de 14 años de cárcel. 

La Fiscalía acusa al agente de la Benemérita de un delito continuado de cohecho, por el que le pide hasta ocho años de cárcel. A eso se suma una multa de 5.400 euros y 14 años de inhabilitación especial. 

Además, le piden cuatro años más de cárcel y una multa de tres millones de euros por un delito de tráfico de droga. Por una delito de hurto le piden hasta dos años de prisión; cuatro meses más de cárcel por un delito de hurto "en grado de tentativa", explica el escrito de la Audiencia y una multa de 2.800 euros por relevación de secretos. 

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Además del capitán se sienta en el banquillo un segundo acusado para el que la Fiscalía pide diez años y cuatro meses de prisión y una multa de más de tres millones de euros por los mismos delitos que el guardia civil. 

El tercer acusado se enfrenta a seis años y cuatro meses de prisión por un delito de tráfico de drogas, otro de hurto y otro de tentativa de hurto. 

Lucha contra los traficantes

El agente de la Benemérita, señala el escrito de la Fiscalía, entraba en el sistema informático y consultaba datos de operaciones, vehículos y personas relacionadas con la lucha contra el tráfico de drogas. 

Esos datos, añade la misma fuente, se la vendía a los narcotraficantes, que contaban con ventaja a la hora de operar. 

El Ministerio Público enumera alguna de estas acciones y agrega que, para lograr la finalidad referida de "colaborar con diversas personas que se dedicaban al tráfico de drogas", el agente "se servía" del segundo de los acusados, quien "tenía contacto directo con las personas que se dedicaban al tráfico de drogas y era el intermediario entre éstos" y el guardia civil acusado.

Datos sobre narcos

De esta forma, el agente percibía "cantidades dinerarias por dicha actividad" y "facilitando los datos requeridos" para que el agente "realizara las búsquedas en las bases de datos policiales", constituyendo entre ambos un "blindaje".

Así llamaban, indica la Fiscalía, a la estrategia "para garantizar la seguridad de las operaciones relacionadas con el tráfico de drogas al conocer e informar a los interesados si cualquier unidad policial pudiera estar investigando estas actividades, participando la información obtenida, y por la que obtenían ambos prestaciones económicas".

El agente enjuiciado intentó, además, atraer a otro miembro de la Benemérita para que le ayudase en esa labor de sacar información sensible para los narcotraficantes del sistema de la Guardia Civil. 

Información sensible

El escrito de la Fiscalía señala que el agente pidió a este otro compañero "la grabación en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de las personas físicas, personas jurídicas y vehículos vinculados a las operativas de actividades de tráfico de drogas".

De esta forma, el agente se enteró de que la Guardia Civil tenía el coche de unos narcos con hasta 100.000 escondidos dentro. Junto con otro agente fue al coche e intentó quedarse con el dinero, señala el fiscal, aunque no dieron con él. 

Además, el guardia civil intentó robar fardos de hachís sustituyéndolos por otros similares que engañaran a sus compañeros. El valor de la droga intervenida a los tres investigados asciende a 1.525.459,13 euros y "estaba destinada a ser vendida a terceras personas".