Bund y la sastrería del futuro: los trajes nacen en su 'club' de Sevilla, se hacen a medida y su precio parte de los 400€
Jesús Calleja ha elegido uno de sus 'bunditos' para presentar las Campanadas en Telecinco, que tuvieron a Sevilla como escenario.
1 enero, 2024 05:40El de la sastrería es un negocio antiguo, con un origen que se puede remontar a la Edad Media, cuando los trajes a medida empezaron a hacerse populares entre las clases altas. Sin embargo, que sea un arte antiguo no significa que no pueda adaptarse a los nuevos tiempos.
Es la idea de Bund, una empresa que nació con el objetivo de ser "los referentes en sastrería a medida... pero online". Ese fue el concepto con el que Carlos Soriano, Juan Fabiani y Álvaro García de Tiedra se lanzaron a fundar una marca de trajes a medida a precios asequibles que cierra 2023, su segundo año natural, con casi 2 millones de euros en ventas.
García de Tiedra recibe a EL ESPAÑOL en su 'club' de Sevilla, y es que la marca se resiste a llamar 'tiendas' al lugar a donde van sus clientes. Es el 'Bundclub', y lo cierto es pocas tiendas se parecen al espacio con el que cuenta Bund en el Paseo de las Delicias, así como en Madrid y Málaga.
Recuerda más a un apartamento moderno que a un negocio, aunque haya expositores con corbatas y tirantes, o los percheros con trajes inunden cada habitación. Y el trato al cliente, es como el de un anfitrión en su hogar. Quizás influya en lo acogedor del lugar que dos de sus socios fundadores, Álvaro y Carlos, fueran arquitectos antes que sastres.
"Es verdad que a la hora de medir tienes que imaginarte el patrón en la persona", concede García de Tiedra, pero, entre risas, reconoce que "están bastante lejos la Arquitectura y la sastrería". Sin embargo, sin sus estudios quizás no existiría Bund tal y como hoy se concibe.
En 2016, Carlos y Álvaro, estudiantes de la Universidad de Sevilla, pusieron rumbo a Shanghái (China) para disfrutar de un año de movilidad internacional. En ese momento, descubrieron el negocio de los trajes a medida, y cuando el tercer socio, Juan Fabiani, vio las prendas, "nos dijo, 'oye, ¡vaya trajes lleváis! Yo quiero uno también'", recuerda el cofundador de Bund.
Fabiani se hizo tres trajes en Shanghái, "y cuando llegó a la Feria era el mayor dandi" del Real, según García de Tiedra. Esa fue la chispa que inspiró la creación de Bund, que en su propio nombre refleja la conexión del negocio con la ciudad china, ya que el Bund de Shanghái es el distrito junto al río. La relación, no obstante, va más allá.
Un sastre en China
Tras acabar sus estudios, los arquitectos volvieron a China para trabajar en una empresa española, con base en Shanghái, y que fabrica para Inditex. Sus puestos eran como Project Mánagers de tiendas de "Zara, Desigual, Pronovias" o Stradivarius, lo que les permitió conocer bien los entresijos del mundo textil.
[El emprendimiento, desde edades tempranas: el 17% de los jóvenes andaluces quiere emprender]
La pandemia pilló en China a Álvaro, mientras Carlos estaba en España debido a una lesión que le impidió volver al país asiático. Juan Fabiani, médico de profesión, "estaba preparando el MIR", por lo que también vivió el confinamiento en España.
Ese momento de parón sirvió a los emprendedores, que no llegan a los 30 años, para "pensar, idear la marca". Y mientras eso ocurría en España, en China "empezamos a montar las bases, a buscar un sastre" y a elegir los primeros tejidos.
En Shanghái, además del origen de la empresa, radica una de las claves de su éxito. Su sastre está en la ciudad china, donde se producen los trajes a la medida del cliente, los 'bunditos'. Esto permite reducir el precio de los trajes, que parten de los 300 euros, el precio "más competitivo del mercado español".
Ruta por España
Pero, ¿cómo se hace un traje a medida en China desde Sevilla? La fórmula ha cambiado desde los inicios de Bund. Al principio, el foco estaba únicamente en el mercado online. Diseñaron un personalizador del traje en la página web, prepararon vídeos en los que enseñaban a los hombres a tomarse las medidas... "y nos dimos cuentas de que no vendíamos nada".
Según recuerda Álvaro García de Tiedra, empezaron a ver cómo la captación de clientes a través de redes sociales (donde acumulan más de 36.700 seguidores) daba frutos, y los usuarios visitaban la página web para diseñar sus trajes. Sin embargo, "llegaba la medición y no convertíamos" a los seguidores en clientes.
Se pusieron manos a la obra. "Algo teníamos que hacer", relata el cofundador de Bund, "y probamos el modelo de uno de nuestros competidores en Estados Unidos". Alquilaron un apartamento en Madrid y concertaron citas para medir a los clientes. Vieron el éxito de conjugar su estrategia online con la atención personal al cliente, y empezaron a replicarlo todos los meses en diferentes ciudades españolas.
Fue el germen de los 'clubs' de Bund, los espacios en los que sus clientes son bienvenidos para tomarse las medidas. Los datos se incluyen a una ficha, que a su vez es enviada a China para que adapten el patrón a cada cliente. La confección, que combina el corte a máquina y el ensamblado a mano, se lleva a cabo en Shanghái, desde donde se envían los trajes.
En torno a un mes más tarde desde la toma de medidas, el cliente debe volver a ese club para probarse su traje, recién llegado de Shanghái, para probárselo y comprobar que todo está a su gusto.
Lo cierto es que Bund ha conquistado con sus trajes, esmóquines y chaqués a clientes anónimos y conocidos. Sin ir más lejos, el presentador de las Campandas de Fin de Año en Telecinco, Jesús Calleja, ha apostado por un 'bundito' para despedir el 2023 desde la Plaza Nueva de Sevilla.
También el presidente y el vicepresidente de la Academia de Cine vistieron trajes de Bund en los últimos premios Goya, en los que volverán a figurar como patrocinadores en 2024.
"El negocio va muy bien", dice su cofundador, pero aspiran a seguir creciendo. Por ello, en su horizonte está ampliar su oferta con trajes de mujer, así como con la venta de otras prendas, como camisas y pantalones, todo a la medida. También expandirse al extranjero. En febrero irán hasta México, donde testarán las aguas para conocer al cliente americano.
Por cierto, que en ese mismo mes de febrero, viaja desde China hasta España el sastre de Bund, que por primera vez cambia las aguas del río Huangpu que vio nacer esta nueva sastrería, por las del Guadalquivir.