Casetas en la Feria de Sevilla en una imagen de archivo.

Casetas en la Feria de Sevilla en una imagen de archivo. Europa Press

Sevilla

El tortuoso camino para tener caseta propia en la Feria de Abril: "Tardamos 25 años en recuperarla"

La lista de espera hace que los más previsores se soliciten una caseta a los 20 años para contar con ella "cuando tenga una familia". El problema es el espacio.

23 octubre, 2023 07:18

Es por todos sabido en Sevilla que el camino para conseguir una caseta en la Feria de Abril no es sencillo, y mucho menos rápido. Desde que se formaliza la solicitud en el Ayuntamiento hasta que efectivamente se puede disfrutar del espacio no solo pueden pasar años, sino también décadas

El 1 de noviembre se abre el plazo de solicitud y renovación de casetas en el Ayuntamiento de Sevilla. Este primer paso es el más fácil, y solo necesita de la presentación de un escrito en la sede electrónica del Consistorio, o en su Registro General. A partir de ese punto, empieza la espera. 

1.052 casetas se reparten cada año por las 15 calles del Real. El número, si bien puede variar, no presenta grandes cambios de un feria a otra, y es que solo una modificación en el reparto de módulos -las parcelas en las que se divide el recinto ferial- podría aumentar o disminuir la nómina de casetas.

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La Feria cuenta con casetas públicas y privadas, siendo estas últimas las que ocupan la mayoría del recinto. De ellas, la mitad son las denominadas "casetas familiares", es decir, aquellas que no pertenecen a empresas ni a organizaciones, sino que son regentadas por una agrupación de socios. 

Debido a las características propias de la Fiesta Mayor de Sevilla, centrada en disfrutar de una buena comida con amigos y familia, son las casetas particulares las más deseadas por los sevillanos. Son, por tanto, las más difíciles de conseguir.

Es por eso que una caseta en el Real es uno de los bienes más preciados de los sevillanos, y hay casos, como el de la familia Mantilla, que dan motivos para que así sea.

Un olvido hizo que no se abonaran las tasas a tiempo, por lo que, tras muchos años de titularidad, perdieron su caseta en el Real. "Fue uno de los mayores disgustos que se llevó mi padre", recuerda Fernando Mantilla, uno de aquellos que se quedaron entonces sin caseta. 25 años han pasado desde entonces, y solo en 2023 pudieron volver a tener un hogar en el Real. 

No han tenido tiempo siquiera de ponerle nombre a este nuevo espacio. Las tasas se abonan en febrero, por lo que hasta ese momento no se conoce cuántos módulos quedan libres. Una vez claras las bajas, se pasa a comunicar la adjudicación a los primeros en las listas de espera. A partir de ahí, los nuevos titulares tienen dos meses para montar una caseta, "que no tiene poco trabajo", apunta Fernando.

Y es que la conquista de una caseta no solo tiene un lado positivo. Mantilla estima que, como mínimo, cuesta unos 1.000 euros a cada socio. Como señala, las tasas municipales "son mil y pico euros", y a ello se suman el precio de montaje, entre ocho y nueve mil euros, y el resto de gastos de la caseta. 

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Del mismo modo, para este sevillano supone "un compromiso" tener que decir que no hay sitio a amigos íntimos que quieren entrar en la que es su casa durante la fiesta. "La gente se hace muchas ilusiones y tienes que decir que no", confiesa en conversación con EL ESPAÑOL. 

Reparto de casetas

Hay dos factores que dificultan el reparto de módulos en la feria. Por un lado, la imposibilidad de ampliar el número de casetas debido al espacio tasado del Real de Los Remedios. Los 275.000 metros cuadrados del recinto ferial no aceptan un mayor número de casetas, por lo que la única solución posible sería ampliar el callejero ferial a través de una transformación o de su traslado a otra zona de la ciudad.

Una mirada a la Feria de Sevilla

Una mirada a la Feria de Sevilla Fernando Ruso

En este sentido, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, presentó durante la campaña electoral un proyecto para revitalizar el Real y que tenga uso durante todo el año. Este plan pasaría por ampliar la zona de casetas tanto por las calles Ignacio Sánchez Mejías y Curro Romero, quitándole espacio al aparcamiento, así como por la 'Calle del Infierno'.

El entonces alcaldable popular propuso ampliar una manzana la feria, con dos o tres calles nuevas, en detrimento del recinto de las atracciones, que tendría que reordenarse.

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Por otro lado, la titularidad de las casetas no tiene fecha de caducidad, sino que sólo se liberará un módulo cuando así lo decidan sus propietarios. Eso hace que su nómina tenga poca variación, ya que las familias mantienen durante generaciones, si el bolsillo lo permite, su espacio en el Real. Es el caso, por ejemplo, de la caseta 'El machacante', que lleva desde 1927 en la calle Joselito el Gallo.

Sea como sea el modelo de reparto de casetas, ya lo dice el refranero: "la necesidad hace maestros", y en Sevilla existen casos de personas previsoras que solicitan su caseta teniendo en cuenta la espera media.

Es el caso de Marta, de 23 años, que hace cuatro formalizó su petición junto a un grupo de amigas. Aún eran estudiantes, y no tenían fuentes de ingresos con los que mantener su espacio en el Real. Sin embargo, como relata a EL ESPAÑOL, lo hizo con la idea de que, algún día, "cuando forme una familia, pueda tener una caseta propia".

Lo cierto es que Marta conoce bien el funcionamiento de la feria. Su padre, Faustino, lleva más desde 1997 como socio de 'Los Errantes', una caseta que, al igual que su hija, inició con su grupo de amigos de la juventud. Conocedora de lo difícil del proceso, y para evitar disgustos en el futuro, Marta apunta que tiene "un recordatorio en el móvil" para renovar la solicitud cada año, un proceso que le toma "apenas unos minutos" a cambio de lograr, "con suerte", su objetivo.

Asociarse, la vía rápida

Pero no solo existe la vía de conseguir la titularidad de una nueva caseta, sino que muchos sevillanos también optan por asociarse a casetas ya existentes. Es un trámite más rápido, pero no necesariamente implica que no habrá que esperar por un hueco. Jose, por ejemplo, lleva cinco años esperando a ser admitido en una caseta de la que su hermano fue socio fundador. En esos cinco años, nadie ha conseguido salir de la lista.

Cada una se rige por sus propias normas, generalmente marcadas por el dueño de la misma. Este determina si su caseta tendrá o no socios -hay quienes prefieren tener la exclusividad del espacio-, y, en caso afirmativo, cuántos podrá tener.

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A este respecto, la nómina de socios dependerá en gran medida de la capacidad económica de los mismos, ya que, a rasgos generales, a menor número de miembros, mayor es la cuota que cada uno tendrá que pagar. 

Además, también se da la circunstancia de que, habitualmente, no cualquiera puede hacerse socio de una caseta. En este ambiente, de fiesta y familiaridad, suele primar la cercanía que da tener pocos socios sobre un mayor número de contribuyentes desconocidos.

En cualquier caso, el precio de mantener una caseta familiar no es bajo, por lo que la cuota de los miembros no baja de los 600 euros, y puede superar los 10.000 euros anuales

Por otra parte, la presencia de organizaciones privadas también abre la puerta a que aquellos que no tienen caseta propia puedan contar con un punto de referencia en la feria. Colegios profesionales, clubes sociales, hermandades, asociaciones y empresas ofrecen a sus miembros pases e invitaciones para que puedan disfrutar de un día de feria en compañía.