La tercera temporada de Los Bridgerton debería avisar a los espectadores en sus primeros episodios, porque al verlos se corre el riesgo de llegar a tener simpatía por personajes que no deberían. Uno de ellos es Cressida Cowper (Jessica Madsen), que a pesar de lo que pueda parecer, es mucho más que la chica mala de la historia.
También están Francesca (Hannah Dodd) y su romance con Lord Stirling (Victor Alli), que casi logran eclipsar el de Colin Bridgerton (Luke Newton) y Penelope Featherington (Nicola Coughlan). Y por último está Lord Alfred Debling (Sam Phillips), el tercero en discordia en esta historia. Y un candidato que podría haber sido el ideal para la protagonista esta temporada de no ser por Colin.
Después de ver los cuatro episodios de la tercera temporada, cuesta entender que Penelope acabara eligiendo a Colin antes que a Lord Debling, aunque en cuestiones como esta, será mejor seguir el camino del corazón. Penelope siempre ha estado enamorada de Colin y por mucho que aparezca un hombre soltero y aparentemente ideal para ella, nada le hará olvidarse de lo que siente. Aunque lo cierto es que ha estado a punto. Y no la culpamos.
Hasta ahora, los romances de Los Bridgerton siempre han tenido una tercera pieza incordiando a la pareja central. En la temporada 1, el duque de Hastings (Regé-Jean Page) tuvo que competir por el corazón de Daphne (Phoebe Dynevor) con el guapísimo príncipe Friedrich (Freddie Stroma); y en la temporada 2, aunque estaba claro que era menos madura que su hermana mayor, Edwina (Charithra Chandran) fue una dura competencia para Kate (Simone Ashley).
Y ahora ocurre parecido con Colin y Penelope, que tienen a alguien como Debling interponiéndose en su camino. Sin embargo, para esta pareja en particular, el hecho de que Lord Debling sea un buen partido podría ser un verdadero problema.
Colin es el partido ideal
Aunque las apariencias digan lo contrario, Colin no es el típico héroe de cuento o un príncipe encantador. Lo que le hace diferente de sus hermanos es que nunca ha sido el protagonista de su historia. En su lugar, el personaje principal es Penelope, que es quien debe tomar las riendas de su historia y las decisiones difíciles en esta temporada.
De hecho, lo único que nos importa ahora es que ella sea feliz, y eso implica que tiene que casarse con la persona de quien esté de verdad enamorada. Teniendo eso en cuenta, debemos considerar a Colin como la mejor opción dentro del grupo de intereses románticos que hay en la serie. No solo forma parte de la historia desde el principio, sino que ha experimentado cierta evolución y siempre ha estado ahí. Puede que por eso apoyemos especialmente esta relación, porque conocemos a Colin más a fondo y hemos tenido el tiempo suficiente como espectadores para cogerle cariño.
Pero los desafíos a los que le toca enfrentarse no serán muy diferentes a los del resto de personajes de la serie. Al igual que Daphne y Anthony, tiene que dejar de ser tan cabezota y aprender a aceptar lo que quiere su corazón. Y, tal y como ocurrió con Simon y Kate, tiene que luchar por el cariño de Penelope contra un pretendiente que es mucho más apropiado para ella que él.
Lord Debling como competencia
A diferencia de lo ocurrido en otras entregas en las que vimos que la alternativa formaba una pareja terrible, esto no ocurre con Penelope y Lord Debling. No sólo parecen disfrutar hablando entre ellos, sino que Lord Debling es capaz de aportarle muchas cosas positivas a Penelope.
En primer lugar, no lee a Lady Whistledown y no está al tanto del escandaloso plan de Colin y Penelope para ayudarla a encontrar un marido. Y cuando se entera, no la juzga ni la desprecia por ello. Es un ecologista y vegetariano en la época de la Inglaterra de la Regencia, y ha escuchado muchas tonterías de mucha gente y ya nada le molesta.
Además, su amor por la naturaleza le obliga a viajar frecuentemente, por lo que podría dejarle a su esposa mucho tiempo libre para dedicarlo a sus propios intereses. En el caso de Penelope, eso significaría poder escribir más artículos como Lady Whistledown.
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Todo esto nos lleva a lo que busca Penelope en un marido. Está al borde de convertirse en una solterona y para colmo, lleva tres años intentando encontrar un pretendiente sin éxito. Puede que todo esto sea culpa de su madre por tener un gusto cuestionable para vestirla, pero lo cierto es que eso a la sociedad no le importa.
Por otro lado, no podrá heredar propiedades debido a la legislación de la época, es la tercera hija de una familia formada por mujeres y se acerca peligrosamente a una edad en la que se la considera indeseable. Lord Debling parece ser su última oportunidad. Y no se la puede culpar por aferrarse a él como un clavo ardiendo.
La elección de Penelope
Para Penelope, elegir entre Debling y Colin es elegir entre lo práctico y el amor verdadero. Una decisión que muchas mujeres de su época no tuvieron la oportunidad de tomar. Para ellas, la mejor opción era tener un matrimonio con un marido rico y, si tenían suerte, que fuera mínimamente agradable.
Pero Penelope es una mujer muy romántica. Siempre ha soñado con casarse con Colin Bridgerton y pensar en caminar hacia el altar con Lord Debling significaría decir adiós a todas sus fantasías. Además, Lord Debling tampoco estaría presente la gran parte del tiempo y después de que él mismo admitiera que no busca el amor, lo único que puede aportarle es soledad e infelicidad. Al poner todo esto sobre la mesa, la decisión que acaba tomando no parece tan difícil de entender.
La mejor opción es casarte con tu primer amor. El único problema es que Penelope no sabe con certeza si Colin también la quiere. Hasta donde ella sabe, a él nunca se le ocurriría cortejarla, como les dijo a sus amigos al final de la segunda temporada. Y es quizá por eso por lo que quien acaba dando el paso es Debling, que toma esa decisión por ella. Cuando se da cuenta de que Penelope está enamorada de Colin, le expresa su preocupación y rompe su compromiso aún sin formular.
Al final, el hecho de que Debling sea un buen partido es, al mismo tiempo, la razón por la que Penelope debería casarse con él y por la que no debería. Sobre el papel, parece el hombre ideal para ella y debe tomar decisiones sensatas por el bien de su familia. Pero esa fachada de hombre perfecto simplemente sirve para ocultar el hecho de que ninguno de ellos quiere al otro en realidad. Casarse con él no habría hecho a Penelope más feliz, así que tocará agradecerle a Colin que le pusiera fin a esta locura.