En las seis temporadas de The Crown, y a través de las tres actrices que la han interpretado en la edad adulta, la serie ha mostrado a la princesa Margarita como una mujer carismática y magnética que disfrutaba de la vida pública, las celebraciones, el romance, los excesos y los actos sociales.
A pesar de que se vio obligada a hacer algunas renuncias y concesiones, en contraposición a su hermana, la Reina Isabel II, disfrutaba de cierta libertad y le gustaba aprovecharla al máximo. Pero en los últimos años de su vida su salud se vio deteriorada por una serie de derrames cerebrales que le dejaron secuelas y mermaron su movilidad y, por tanto, su independencia.
El episodio 6x08 titulado Ritz, se centra en esta difícil etapa de la vida de la princesa Margarita, y en la relación con su hermana, 'Lilibet' tomando como punto de partida una noche de 1945 inolvidable para ambas, cuando en la celebración del Día de la Victoria disfrutaron de la libertad de las obligaciones reales y fueron dos adolescentes más en las calles de Londres.
Estos momentos se entrelazan con el presente, en 1998, cuando la princesa Margarita (Lesley Manville) se va como acostumbra a su casa de vacaciones en Mustique. Durante una fiesta, sufre un derrame cerebral delante de sus amigos. Poco después, en una conversación telefónica con la Reina, le dice que ha sido trasladada en helicóptero a un hospital de Barbados.
El declive de su salud
El incidente ocurrió el 23 de febrero de 1998 durante un viaje de la princesa a la isla, después del cual tuvo algunos impedimentos con el habla, pero se recuperó bien.
Los excesos con el alcohol, y los entre 40 y 60 cigarrillos que llegó a fumar diariamente en alguna etapa de su vida, habían empezado a pasarle factura a su salud dos décadas antes. A los 54 años le extirparon una parte del pulmón izquierdo. En 1993 fue hospitalizada de urgencia por una neumonía y sufría habitualmente de migrañas, bronquitis y laringitis.
En 1999, un año después del primer derrame, sufrió un segundo mientras tomaba un baño, y tal como muestra la serie en una gráfica secuencia, sus pies quedaron dentro del agua caliente mientras ella era incapaz de pedir ayuda o salir de la bañera, lo que le provocó quemaduras considerables.
Después de este incidente, su salud se vio realmente deteriorada y le costaba caminar sin bastón, por lo que habitualmente iba en silla de ruedas. Esta vez, su recuperación fue lenta y parcial, por lo que se fue retirando poco a poco de la vida pública y asistía cada vez a menos actos oficiales.
La fiesta de su 70 cumpleaños
En octubre del año 2000, familiares y amigos cercanos se reunieron en una exclusiva fiesta en el Hotel Ritz para celebrar el cumpleaños 70 de la princesa, a la que llegó, como recoge Los Angeles Times, en un Rolls-Royce rojo, recibida por su hijo, el vizconde Linley.
"Desde que se quemó las piernas en un baño caliente a principios del año pasado, Margarita ha estado utilizando una silla de ruedas o un bastón en sus apariciones públicas, pero subió sin ayuda los seis escalones que conducen al restaurante del hotel", dice la noticia. Y así fue mostrado en The Crown.
Entre los 140 invitados se encontraban la reina y su esposo, el príncipe Felipe; la hija de Margarita, Lady Sarah Chatto; el actor Roddy Llewellyn, y la cantante Dame Cleo Laine.
Sus últimos años
Antes de las navidades de ese año sufrió otra recaída. Tres meses después, en marzo de 2001, sufrió otro derrame cerebral que la dejó paralizada del lado izquierdo. También perdió la vista.
La última vez que se la vio en público fue antes de la Navidad de 2001, en la fiesta del centenario del nacimiento de la princesa Alicia, duquesa viuda de Gloucester, sentada en una silla de ruedas y sus ojos ocultos tras unas enormes gafas de sol.
Poco después, tras un nuevo derrame cerebral que la dejó con secuelas cardíacas, fue trasladada de urgencia al King Edward VII's Hospital de Londres, donde murió mientras dormía a las 6.30 de la mañana del 9 de febrero de 2002.
El funeral
El New York Times informó de que la princesa Margarita dejó "instrucciones detalladas" para su funeral, que tuvo lugar en el 50 aniversario del de su padre, el rey Jorge VI, el 15 de febrero de 2002.
A pesar de estar enferma, la reina Madre, de 101 años y fallecida dos meses después, asistió al funeral de su hija, junto con otros 29 miembros de la familia real y 370 invitados. Según CNN, asistieron el exmarido de la princesa, el conde de Snowdon, y su antiguo amante, Roddy Llewellyn, además de la actriz Judi Dench. El New York Times escribió que a la habitualmente reservada Reina Isabel II "se la vio secándose los ojos con un pañuelo" durante el servicio.
La ceremonia se celebró en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor y, tal y como insistió antes de morir, fue incinerada sin la presencia de ningún miembro de la familia real. Sus cenizas fueron depositadas en la King George VI Memorial Chapel de la capilla de San Jorge de Windsor, donde también descansa ahora la Reina Isabel II y Felipe.