En algunas ocasiones, los lugares en los que transcurren las historias se vuelven tan icónicos como los personajes que las protagonizan. Es el caso de la casa donde vive Otis (Asa Butterfield) con su madre Jean (Gillian Anderson) en la serie de Netflix Sex Education, un edificio de estilo nórdico que acaba de salir a la venta.
Según la BBC, esta propiedad se sitúa en Symonds Yat, Herefordshire, Reino Unido, muy cerca del río Wye, y está en venta por 1,7 millones de euros aproximadamente -el precio original es de 1,5 millones de libras-.
La casa era un antiguo albergue de pesca de salmón que se construyó en el siglo XVIII y ha causado verdadera sensación desde que apareció por primera vez en la serie cuando se estrenó en la plataforma en 2019. El edificio saldrá a la venta justo después de que la ficción haya estrenado su última temporada.
La página web de la inmobiliaria que se encarga de la venta describe esta propiedad de cinco dormitorios como "bastante excepcional", "con impresionantes vistas del Wye Gorge", "con balcones y terrazas, una nueva extensión del invernadero" e incluso "la posibilidad de comprar una pequeña capilla en el terreno".
Además, el agente inmobiliario James Toogood de Knight Frank Bristol le dijo a la BBC: "El hecho de que esta propiedad sea tan conocida sólo aumenta el atractivo de lo que es una oportunidad increíblemente rara de poseer una casa espectacular".
[En su adiós, a 'Sex Education' solo podemos decirle: Gracias por todo]
El adiós de 'Sex Education'
Sex Education ha llegado a su fin después de cuatro temporadas y se ha rodado en otras localizaciones del valle de Wye, que se extiende entre Inglaterra y Gales. Además de la casa en Symonds Yat, otros lugares donde se rodaron los episodios fueron Tintern y Cardiff, además del campus en desuso de la Universidad de Gales en Caerleon, que fue transformado en el instituto Moordale.
Aún sabiendo que no es nada fácil hacer buenos finales de serie, sobre todo cuando no se trata de una historia que requiera atar cabos y resolver interrogantes, Sex Education lo ha conseguido. Su cuarta temporada puso un bonito broche de oro a las historias de todos y le dio a sus personajes la despedida perfecta.
Han llegado al final de una etapa vital de la que sabemos saldrán, por encima de todo, siendo buenas personas, empáticas con los demás y con herramientas para tener relaciones sexo afectivas sanas.
Aunque destaca como una de las mejores juveniles y su amplio espectro de representación de identidad es digno de todos los elogios, a Sex Education también la recordaremos como una las series amables y con corazón que nos devuelven la fe en la humanidad como Ted Lasso y Schitt's Creek.