Cuando Los Bridgerton aterrizó en Netflix en diciembre de 2020, muchos quedaron sorprendidos ante el número de escenas de alto voltaje entre el Duque de Hastings y la hermana mayor de la familia más popular de la televisión. Tal y como comentamos en la crítica de SERIES & MÁS, en la segunda entrega de la producción de Shonda Rhimes hay menos fuegos artificiales y sexo de lo esperado: “Van Dausen echa un pulso a la audiencia con una construcción del romance que juega en contra de las expectativas que dejó la primera temporada”.
"Nunca hemos hecho una escena de sexo por hacer una escena de sexo y no creo que lo hagamos nunca". El showrunner de la serie avisaba días antes el estreno que este año los espectadores encontarían menos sexo en la serie, pero las críticas de algunos seguidores llegaron igualmente. “Sé que la gente se ha sentido frustrada porque no ha habido más escenas de sexo. Hay un montón de escenas que no se han quedado fuera del montaje final”, explicaba Lizzy Talbot, coordinadora de intimidad de la serie de época, en una entrevista con Glamour.
La pasión, los malentendidos y los tempranos escarceos sexuales en la ficción de Regé-Jean Page y Phoebe Dynevor dejan paso en su continuación a una aproximación más melancólica, clásica y exigente para los espectadores. Si Jane Austen ya era un evidente referente a la hora de establecer el tono, la relación entre el testarudo Anthony (Jonathan Bailey) y la reservada Kate (Simone Ashley) parece beber directamente del romance entre Elizabeth Bennet y el señor Darcy en Orgullo y prejuicio.
El descenso del sexo no parece haber afectado a la audiencia. El estreno de la temporada ha sido el mejor debut para una ficción anglosajana en la historia de la compañía, con 193 millones de horas consumidas en solo tres días.
“Pasó lo mismo en la primera temporada, hubo muchas escenas que no vieron la luz. Siempre hacemos más de las necesarias para tener posibilidades en el montaje. Estamos muy orgullosos de las escenas que sí han podido ver los espectadores”, aclara en referencia al apasionado final del séptimo episodio de la temporada. Para Talbot la decisión de limitar esos encuentros ha merecido la pena, porque cuando llega el sexo a la pantalla “ya has conectado emocionalmente con los personajes después de verles durante seis capítulos. Se están entregando mutuamente. Como espectador, estás con ellos. Lo has querido todo este tiempo y por fin está sucediendo”.
El propio Jonathan Bailey también ha dado su punto de vista sobre la situación. En una entrevista con USA Today defendía las decisiones de la serie. “Lo que pierdes en las escenas de sexo lo ganas en una comprensión humana más profunda, que con suerte enriquece el mundo para que las futuras escenas sexo no sean tan importantes ni tengas que depender tanto de ellas. Está bien sorprender a la audiencia y mantenerlos un poco alerta. Creo que la recompensa final merece la pena”.
Para Simone Ashley, su compañera de escena, "tiene sentido [que haya menos escenas de sexo] con estos personajes porque son muy protectores con sus familias. Son muy fieles a sus deberes y responsabilidades, por lo que romper con eso no habría tenido sentido para ellos".
Según la coordinadora de intimidad, una posición cada vez más habitual en la industria que empezó a implementar Netflix a raíz de la crisis a la que se enfrentó Hollywood por culpa del #MeToo, la escena de sexo más complicada llegó en el último episodio de la temporada en un momento en el que Kate y Anthony están sentados frente a frente. "Funcionó muy bien, pero nos costó mucho dar con la coreografía adecuada porque el ángulo y la posición en una cama en la era de la Regencia son realmente complicados".
En otro de los momentos más comentados de los nuevos episodios, el personaje de Anthony Bridgerton recibe una felación sin apartar la mirada de su amante. “Siempre insistimos en que debía haber mucho contacto visual entre ellos en este momento. Es un momento en el que están completamente comprometidos. Creo que la ironía es que cada vez que vemos en ficción una escena a la inversa, hay mucho énfasis en los ojos de la mujer que miran al hombre. Es importante poder darle la vuelta a esa situación”.
Para Bailey hay otro motivo que justifica que haya menos escenas de sexo. “Es positivo que la conversación sobre la serie deje de girar tanto alrededor del sexo en los próximos años. Pasa lo mismo con los avances de la serie en materia de representación en pantalla”, zanjaba en la web Refinery29.
Netflix todavía no ha hecho pública la identidad del personaje de la serie al que le tocará vivir un apasionado romance en la tercera temporada. En los libros el elegido fue Benedict Bridgerton, el hermano artista y bohemio de la familia. Sea quien sea, Talbot ha prometido que las escenas sexuales volverán a ser “esplendorosas” en los nuevos capítulos.
Las dos temporadas de 'Los Bridgeron' se pueden ver solo en Netflix.
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