Digan lo que digan los libros de música, uno de los movimientos más influyentes de la historia de nuestro país es el 'raphaelismo', cuyo máximo exponente es un artista tan emblemático y atemporal como Raphael. Desde el 13 de enero en Movistar+ podremos asomarnos a su transgresora evolución, tanto personal como artística, en la serie documental Raphaelismo, una producción de cuatro episodios creada por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega.
Su música ha cruzado todo tipo de fronteras, tanto políticas como lingüísticas o ideológicas, trazando una línea evolutiva de hasta sesenta años sobre los escenarios que será contada en esta docuserie. En los cuatro episodios de Raphaelismo, los espectadores podrán conocer más de cerca al icono y cantante Raphael que se describe como "un artista hecho a mano", pero también con Rafael Martos, un hombre que, desde muy pequeño, siempre había soñado con ser quien es hoy.
De eso y mucho más hablaron el propio Raphael, Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, que nos cuentan cómo ha sido el viaje narrativo y cinematográfico del icono y cantante y nos dan las claves de esta producción.
Una serie sobre el artista y la leyenda de Raphael
A través de un recorrido por los cuatro episodios de Raphaelismo, la serie documental nos muestra el viaje que hizo el cantante y actor Raphael, desde sus inicios como un chico joven que se colaba en las funciones de teatro, hasta convertirse en el emblema musical que es hoy en día. Charlie Arnaiz, creador, director y productor, explicó lo curiosa que es la relación que tiene la gente con Raphael, un artista al que todo el mundo conoce. Sin embargo, también nos invitó a ir más allá, dejando caer que "hasta que no te sientas y empiezas a digerir toda esa historia tan increíble que tiene, de dónde surge, como va triunfando y conquistando poco a poco el mundo, no terminas de comprender cómo una persona que proviene de una familia con muy pocos recursos económicos llega a triunfar en el mundo entero, protagonizando una historia tan bonita".
El cocreador nos contó que la gente "se encontrará una historia que merecía la pena ser contada y que tiene todos los tintes para que la gente se quede pegada a la pantalla, ya no solo a nivel visual, sino también por la banda sonora, que es alucinante" y que ha sido una suerte poder sacar adelante "el documental definitivo, el que la gente estaba esperando, y una historia que no acaba, porque Raphael es un artista que sigue tocando".
Un artista como Raphael merecía contar su propia historia
Durante el proceso creativo, los directores de Raphaelismo se dieron cuenta de la importancia que tenía poder contar por primera vez la historia de alguien como él, una idea que no había surgido hasta ahora y que no había ocurrido en el mundo audiovisual. Alberto Ortega confesó haber pensado que "era una pena que un artista como Raphael no tuviera un documental ahora que hay tanta calidad en este boom de las series documentales" y recordó lo fácil que fue el proceso y el buen recibimiento que tuvo a discográfica con ellos, al estar buscando un nuevo proyecto para que el cantante contase sus sesenta años de carrera musical.
"Después de reunirnos, poner las cartas sobre la mesa y decir qué esperábamos y qué temíamos, nos dimos cuenta de que todos íbamos en el mismo barco, en la misma dirección hacia un proyecto muy potente", explicó. Ortega también mencionó el empujón que recibieron al final, teniendo en cuenta que tanto Charlie Arnaiz como él venían de estar nominados a Goya por Anatomía de un Dandy y que eso les ayudó a salir adelante.
Una vez que tuvieron claras las ideas, se pusieron en marcha y se reunieron con Raphael, una persona que aunque reconoce "tener una perspectiva que mira al futuro y que prefiere no echar la vista atrás", ha decidido hacer una excepción para que aunque él sea reacio a hacerlo, el resto de personas podamos disfrutar de su éxito. También declaró que en todo momento "ha hablado con el corazón en la mano".
Alberto Ortega recuerda cómo fue su primera toma de contacto con él y lo mágica que fue la primera vez que le vio, ya que "literalmente parecía bajar desde el cielo, en un ascensor de cristal, como solo una gran estrella puede hacer". Al venirle a la mente esa escena, Raphael se rio, contando cómo fue su exitosa etapa en el teatro al participar en la obra 'Dr. Jekyll y Mr. Hyde', especificando "que también era algo matador y que al volver de noche a casa, no era capaz de subir las escaleras del agotamiento".
La estructura circular de 'Raphaelismo': una compleja decisión
Raphaelismo es una producción compuesta por un total de cuatro episodios que, en conjunto, resuelven un hilo narrativo circular y que tiene un desenlace abierto, ya que Raphael es un artista que sigue en activo. Este hecho complica la labor de documentación, acumula más de sesenta años de archivos, fotografías e imágenes, y dificulta el hecho de seleccionar lo esencial o "más importante". Arnaiz explicó que seleccionar el material fue lo más complicado, porque "cuando te enfrentas a un retrato de estas dimensiones, y hay tanto que contar, es doloroso seleccionar los hitos y dejar fuera otras cosas".
Una de las decisiones que los creadores tuvieron claras desde el principio fue la manera de contar los hechos, entremezclando las distintas etapas y subrayando el hecho de que la infancia le sigue influyendo hoy en día. El cocreador dijo que durante el proceso, "todo el equipo ha tenido esa crisis personal de encontrarse este tsunami de documentación, pero que al final, comunicar es elegir y hay debieron seleccionar un poco qué es lo que querían contar y qué partes son más importantes". Ejemplo de ello fue la época en la que Raphael vivió en Las Vegas, una de sus etapas más desconocidas, pero que al mismo tiempo, "era un contrapunto muy importante a la subida hacia el éxito del artista", describió Arnaiz. "Nos parecía que ahí nadie había puesto la lupa y nos dimos cuenta de que Raphael era muy humano durante aquellos años".
El mismo Raphael recordó las imágenes inéditas que grabó su hijo Jacobo durante esos años, y bromeó con la posible continuación de Raphaelismo, una serie que, narra una vida que sigue manteniendo vivos tanto a la persona como a su legado. De hecho, el artista llegó a bromear con la posibilidad de retomar la producción y hacer más episodios, recordando que su carrera no ha terminado y que "aún tiene mucho por ofrecer y que puede seguir contando".
El balance perfecto entre la persona y el artista
Durante los diferentes episodios de la serie documental, el espectador se sumergirá en un viaje para conocer el balance perfecto entre Raphael con ph y Rafael Martos. Está en nosotros escoger cuál de las dos personalidades nos gusta más y qué visión obtener al final del relato, y ese fue uno de los puntos clave a los que quisieron llegar los creadores de Raphaelismo.
Alberto Ortega indagó en la mitología del artista y qué tipo de perspectiva tiene la sociedad sobre él, comentando que "cuando le preguntas a las personas de su entorno, cada una tiene una respuesta completamente distinta y que incluso sus propios hijos difieren entre ellos cuando te dan una respuesta a esa pregunta de '¿Raphael con ph o Rafael Martos?'". El creador atajó rápidamente sin ninguna conclusión clara, planteando que "nunca llegamos a saber si son la misma persona o si uno de ellos ha devorado al otro" y que lo más inteligente es dejar esa incógnita abierta y que el espectador responda a través de esas entrevistas que aparecen.
Sin embargo, el director también especificó que "habrá momentos a lo largo de su trayectoria en los que Raphael (con ph) habrá tomado las riendas y otros en los que lo hace Rafael Martos", destacando la evolución de "un personaje que tiene un arco similar al de cualquier otro personaje de ficción, con unos puntos de giro muy importantes para su vida". Por eso mismo, Ortega agradeció la suerte que han tenido de llevar a cabo la producción de esta serie, porque "Raphael hace que tenga tanto a nivel visual como narrativo un aspecto y un punto muy cinematográfico".
Muchos artistas de su entorno aportan su propia visión del icono
En Raphaelismo aparecen personalidades tan conocidas del mundo de la música como Alaska, Enrique Bunbury, José Luis Perales, Pablo López David Bisbal, o Manuel Alejandro, principal compositor de muchas canciones, entre otros. Tanto Charlie Arnaiz como Alberto Ortega recordaron su especial predisposición cuando llegó el momento de contactar con ellos, ya que se trata de "un número uno y de una persona que no deja de ser un referente para ellos".
Aun así, ambos también tenían claro que "no querían que apareciera gente alabándole únicamente, sino que todos ellos tuvieran un punto de conexión con Raphael de algún modo". Esto se puede ver cuando aparece David Bisbal, que destaca especialmente el hecho de que Raphael haya triunfado, no solo en la música vendiendo millones de discos, sino también siendo capaz de haber mantenido una familia unida hasta el día de hoy, algo que, como dice Arnaiz "ha estado en competencia con su carrera todos estos años".
Evolucionar y adaptarse a los cambios
Raphael es la clara definición de un icono que, desde el principio, llegó a la industria musical pisando fuerte y con el propósito claro de convertirse en un artista con una voz despampanante. Sus inicios fueron complicados y tuvo complicaciones a la hora de hacerse hueco, pero fue capaz de hacerse notar y de cautivar a millones de personas en todo el mundo. Los años fueron pasando y las modas cambiando, pero ninguna de las dos cosas le frenó en absoluto. De hecho, su capacidad de adaptación y su coraje y fuerza ante cualquier adversidad son parte de su secreto para protagonizar una carrera tan longeva y prolífica, sin olvidar que sigue en activo.
Alberto Ortega reconoció que "siempre es interesante es conocer las raíces de las cosas y que lo que somos ahora, ha pasado por épocas, hitos anteriores y en el mundo de la música, si haces esa retrospectiva, pasas irremediablemente por la figura de Raphael, un artista que ya era moderno en su época y que abrió el camino a todos los artistas que vinieron después".
Uno de los recuerdos a los que hizo referencia Raphael fue su aterrizaje en la Rusia de hace años, cuando todavía formaba parte de la Unión Soviética. De ahí se lleva el impacto tan positivo que tuvo al pensar que su música llegaba hasta allí y también el hecho de que "la gente aprendiese español para poder entender las letras de sus canciones". Además de esas memorias de hace años, también se rio al acordarse de cuando, más recientemente, "se lo pasó en grande volviendo al cine junto a Álex de la Iglesia", o cuando llegó a cautivar al público más joven y amante de la música electrónica en el festival Sonorama, versionando sus canciones y aportándoles un toque distinto y de otro género.
Una serie que cruza todos los límites con mucho respeto y confianza
Recorriendo los momentos más importantes de la vida de Raphael, hay uno de ellos que fue complicado de narrar, tanto para Charlie Arnaiz y Alberto Ortega como para el propio protagonista de los hechos. El artista tuvo que enfrentarse a dos crisis importantes y aunque el coraje, la fuerza y el apoyo de su entorno le ayudaron a salir adelante, existe una línea roja con respecto a su trasplante de hígado que aún le resulta dolorosa de recordar y de cruzar.
Esa etapa se incluye en el documental, que logra toparse de frente con ese momento tan difícil para Raphael y abordarlo con todo el respeto y la confianza posibles, dos factores esenciales y que, tal y como dice Charlie Arnaiz, "pueden ayudar a cruzar todas las líneas". De hecho, la misma confianza fue algo que surgió entre los creadores y el artista desde el primer minuto, ya que "la intención no era hacer sangre de algunos episodios concretos de su vida" y que aunque tengan que mostrarse, se "tratan con muchísimo respeto y con mucho tacto".
De hecho, tal confianza también dio lugar a la total libertad que surgió en el proceso creativo, donde Arnaiz recuerda que "Raphael en ningún momento les dijo que no quisiera hablar de algo, ni tampoco que anulasen o censurasen alguna temática del documental". Una de las mínimas modificaciones que hizo fue cuando "les pidió que cambiaran una foto concreta porque "el paisaje de Madrid que recordaba no era ese"".
Porque en definitiva, Raphael es y será siempre una leyenda de la música en nuestro país, pero también una persona como cualquier otra que, desde la humildad, reconoce querer ser recordada por su "tremenda cercanía", tanto hacia sus fans como hacia su propia familia.
'Raphaelismo' ya está disponible en Movistar+.
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