Hay buenas y malas noticias para los fans de ¡García!, la adaptación de los cómics de Santiago García y Luis Bustos. El pasado viernes llegó a su fin la primera temporada de la serie de HBO Max, pero lo hizo con un cliffhanger que deja la puerta abierta a la continuación de las aventuras de García y Antonia, la improbable pareja protagonista de una de las series españolas del 2022.
Aunque la plataforma de streaming todavía no ha tomado una decisión sobre el futuro de la serie, los creadores y guionistas Sara Antuña y Carlos de Pando reconocen a SERIES & MÁS que la dinámica entre el superagente y la periodista y la alocada actualidad en España son fuentes más que suficientes para ir más allá de una primera temporada que acaba de recibir dos nominaciones en los premios Feroz en las categorías de Mejor serie dramática y Mejor actor secundario para Emilio Gutiérrez Caba.
A lo largo de seis episodios, Antuña y de Pando han demostrado que la ficción española puede tener su propio Capitán América. La primera vez que escucharon hablar de ¡García!, Sara y Carlos -amigos y colaboradores desde que coincidieron en la sala de guionistas de Gominolas- estaban trabajando en El ministerio del tiempo y La víctima número ocho, respectivamente. Desde 2015 han trabajado juntos sin parar en la película El silencio del pantano, la adaptación del cómic El vecino y la serie Sin huellas, una paella wéstern que aguarda su estreno en Amazon Prime Video y en la que han ejercido como creadores y showrunners.
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SERIES & MÁS repasa con los creadores de ¡García! los siete años que han pasado trabajando en la serie de HBO Max. Su primera conexión con los cómics, la particular venta del proyecto a HBO España, su colaboración mano a mano con el director y showrunner Eugenio Mira y los retos de hacer género y hablar de política sin caer en la parodia son algunos de los temas que surgen en la conversación. Sara y Carlos ya están pensando en el futuro de las aventuras de Antonia y García, en las lecciones que han aprendido con la primera temporada y en los salseos de la política que les gustaría incorporar a su hipotética continuación.
¿Cuándo aparece ¡García! en vuestras vidas?
Carlos de Pando: Leímos el cómic en 2015. Yo lo recuerdo porque le leí un estado de Facebook a David Rubín, el dibujante, en el que decía que era el mejor cómic de Capitán América que había leído en su vida. Me compré los dos volúmenes, me los leí, se los pasé a Sara y le dije: “tenemos que hacer algo con esto, no sé si es una peli, no sé si es una serie, no sé qué es, pero algo hay que hacer”. En ese momento estábamos en conversaciones con Paco Ramos para escribir El silencio del pantano. Le pasamos el cómic para que lo leyera y le dijimos que ahí había un proyecto. Paco compró los derechos para Zeta. Poco después entramos en Zeta estando fijos en la compañía y empezamos a desarrollar proyectos desde cero. La verdad es que éramos otra gente cuando empezamos a pensar en adaptar ¡García!
¿Qué fue lo que os llamó la atención de ¡García! para pensar que se podía hacer en España una serie así?
Carlos: Tenía todos los ingredientes de los tebeos que me gustaban: aventuras, misterio y thriller, pero a la vez lo reconocía como algo muy auténtico y muy español. Todo lo que tenía que ver que iba más allá del género, como el costumbrismo y la esencia española del cómic, me interesaba. Quizás también porque estaba escribiendo El Ministerio del Tiempo y estaba también en ese mood de poder mezclar géneros dentro de la televisión española. Tal vez fue lo que más me llamó la atención: la combinación de cientos de referentes que me encantaban y esa mezcla tan nuestra que le daba ese sabor único y especial al tebeo.
Sara Antuña: Como dice Eugenio Mira, no mola tener que pedir perdón por hacer género. Parece que si haces género tienes que escribir una comedia. Es lo que pasaba con Anacleto, si querías hacer algo de espías, o Superlópez, si te metías en el mundo de los superhéroes. El cómic español se iba a la parodia con cosas como Mortadelo y Filemón o Timoteo, que era una especie de Sherlock Holmes en clave de comedia. ¡García! te permitía hacer una comedia sin tener que llegar a caer en la parodia. Era posible imaginarse un mundo en el que la Sección 9 existe de verdad y tiene un supersoldado que pudiera entrar en los códigos del pulp. En España ya estaban Roberto Alcázar y Pedrín y los aventureros españoles clásicos tipo El Jabato o el Capitán Trueno. Era interesante que tuviera algo del sabor de esos cómics sin caer nunca en ese código de la parodia.
Podíamos hacer una serie de acción real como la hacen sin avergonzarse en Marvel. En ese sentido sí que era un buen momento porque los cómics y los superhéroes se habían vuelto algo completamente mainstream. Era más fácil que una cadena o una plataforma pudieran entender de qué estamos hablando. Si hace diez años hubiéramos intentando vender una serie con el Capitán América como referente, no sé cómo nos hubiera salido la jugada.
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¿Fue difícil encontrarle casa a García y Antonia?
Carlos: Creo que se movió por más sitios. HBO en realidad entró por esa mezcla de esencias y de géneros. Creo que en HBO no tenían referencia del cómic cuando se lo contamos. Las conversaciones con ellos fueron más en la línea de vender una serie al uso, más que una adaptación. Lo primero que nos pidieron fue un documento de intenciones, en lugar de un documento de venta al uso. No querían saber nada todavía de personajes, de tramas o de peripecias, sino que querían saber por qué queríamos contar esta historia y por qué teníamos que ser nosotros. Fue el documento más raro que habíamos hecho nunca, y tampoco nos ha vuelto a pedir nadie algo similar desde entonces. Les contamos lo que nos gustaba del cómic, qué queríamos hacer con la serie y los temas que nos gustaría tocar. Les convenció.
No mola tener que pedir perdón por hacer género (...) Si hace diez años hubiéramos intentando vender una serie con el Capitán América como referente, no sé cómo nos hubiera salido la jugada.
¡García! es vuestra segunda adaptación de Santiago García. ¿Cómó se relacionan ambos proyectos?
Carlos: Todavía no habíamos hecho El vecino. La realidad es que son conceptos diferentes. El vecino tenía un superhéroe más tradicional, con su traje y con su capa, algo más Marvel. Hacer esa serie nos sirvió como un fogueo perfecto para escribir más adelante ¡García!. Nos vino bien hacer primero una de superhéroes con mucha comedia y jugando a otro tipo de rollo, hablando de una España más de barrio, más moderna y juvenil. Fue muy útil para empezar a hablar más en serio de Antonia, una especie de postadolescente con problemas de precariedad que todavía vive con sus padres.
Sara: En cierto modo también nos sirvió casi para hacer lo contrario en una serie y otra. A Netflix le encantaba el primer tomo de El vecino, pero el segundo tiene un rollo más sórdido que les dejó bastante ojipláticos cuando lo leyeron. Nos pidieron obviar ese tono. Cuando compraron la serie, se pusieron en contacto con nosotros, pero estábamos con otro proyecto y le recomendamos el nombre de dos guionistas: Raúl Navarro y Miguel Esteban. Ellos hicieron su propia propuesta, una adaptación que se separaba bastante de la fuente original. Tenía sentido, porque habían pasado 15 años de la publicación del cómic. A Netflix le gustó su propuesta de actualización y la compraron sin ningún problema, porque lo que les interesaba era hablar de un superhéroe costumbrista y de barrio. Las tramas les daban más igual.
Cuando Carlos y yo empezamos a trabajar en serio en ¡García!, pensamos lo contrario. Queríamos parecernos lo más posible al cómic, porque había elementos que nos gustaban mucho y que pensábamos que podíamos hacer crecer sin perder el espíritu original. Hablamos mucho con Santiago García y Luis Bustos desde el principio, que es algo que no pasó con El vecino, con la esperanza de estar todos en la misma página desde el principio. Queríamos hacer la misma serie, de alguna manera, ellos en los cómics y nosotros en la televisión, aunque también es verdad que los cómics se acaban separando de la serie. Nosotros usamos los dos primeros tomos, ellos han publicado el tercero y ya están trabajando en el cuarto y quinto. Después de ver la serie y haber hablado con ellos, Santiago y Luis reconocen a su García en la adaptación.
No es tan habitual que una serie se escriba entera entre dos personas. ¿Qué ventajas y qué desventajas tenía hacer ¡García! sin una sala de guionistas?
Carlos: Para mí la gran ventaja de trabajar con Sara, aparte de que llevamos ya muchísimo tiempo colaborando y nos entendemos perfectamente hasta el punto de darnos un poco de medio a veces, es que los debates que se establecen son más fluidos y trabajamos en la misma línea de pensamiento. Antes de ponernos a escribir, lo que más hacemos es hablar. Hablamos mucho más que escribimos. No nos sentamos a escribir hasta que tenemos las cosas muy claras. El proceso es más directo y más sencillo. La parte que pierdes al no tener sala de guion es la multiplicidad de ideas y cierta facilidad para superar atascos. El proceso de hacer frente a esos problemas nos obliga mucho a volver atrás y replantearnos cosas. Cuando tienes cinco, seis, siete voces, de pronto hay puntos de vista muy dispares. Eso, cuando funciona, hace que todo vaya más rápido.
[En HBO] no querían saber nada todavía de personajes, de tramas o de peripecias, sino que querían saber por qué queríamos contar esta historia y por qué teníamos que ser nosotros.
¿Hasta dónde hay libertad creativa en un proyecto como ¡García!?
Sara: Nosotros no hemos tenido la sensación de lo contrario. La serie la desarrollamos con Miguel Salvat y Antonio Trashorras, del equipo de HBO de España. La parte de guion la trabajamos desde el principio con Steve Matthews y Camilla Curtis, dos guionistas británicos que también trabajan en la serie [Matthews aparece acreditado como productor, Curtis como creative executive]. Siempre he sentido que estaban trabajando a favor de obra.
A veces nos llegaban cinco páginas de notas y luego veías que dos de ellas eran cosas que les habían encantado. No estaba acostumbrada a que las notas pudieran ser así de generosas, bien explicadas y útiles también. En ocasiones se perdían alguna cosa en la traducción, pero les contextualizábamos las cosas para esa mentalidad británica. El concepto de las dos Españas, por ejemplo. Nunca he sentido que HBO plantara líneas rojas que no pudiéramos atravesar, nada raro más allá de las que tienen todas las series. Cuando llegan los abogados y pasan su filtro, hay que borrar algunas referencias por temor a que nos demanden.
Carlos: A pesar de que ¡García! era una serie peliaguda en ese sentido, nunca nos hemos sentido limitados ni en el retrato político ni en el retrato social de la España actual.
Sara: Eso por parte de la plataforma. Las instituciones no lo pusieron tan fácil y, por ejemplo, no pudimos rodar en el Valle de los Caídos.
¿Es más difícil hacer ficción con tintes políticos ahora que cuando autores como Berlanga desafiaban a la censura del franquismo? ¿Hay cierta autocensura en la ficción española en cuestión de política?
Carlos: Nosotros hemos ido siempre a lo que queríamos contar y ahí no hemos encontrado cortapisas. Sí que es cierto, o esa sensación tengo yo, que cuando la estábamos tramando y armando sí había preocupaciones de cómo se va a recibir esto. Podía haber gente de izquierdas que nos dijeran que estamos blanqueando el fascismo y gente de derechas que se quejaran de convertir a un señor falangista en un rojo vegano y progre.
Actuamos con cierta prudencia a la hora de tratar las cosas porque queríamos que se entendiera bien. Nosotros cojeamos de donde cojeamos y teníamos muy claras las intenciones que teníamos con la serie, pero sí que teníamos dudas de cómo se iba a entender por parte del público. No sé si era tanto una cuestión de autocensura como de no caer en el lado equivocado de la historia, estando como están las sensibilidades ahora. No queríamos hacer parodia, poner a fachas con bigotillo y rojos con rastas. No queríamos irnos a los extremos.
¿Hubo un debate interno sobre si se podían o debían usar nombres y siglas de partidos reales?
Sara: Al principio me llevaron los demonios cuando los abogados nos dijeron que podía ser problemático hablar del PP, del PSOE y demás, aunque ellos en realidad solo están haciendo su trabajo. Al final retratamos esa polarización que hay ahora mismo en la sociedad, con una parte siendo más de izquierdas y la otra claramente de derechas. Con el uso de los colores corporativos, el tipo de personajes y hasta el vestuario, estaba claro de quién era quién en la historia.
Lo que pasó es que desde que empezamos a escribirla hasta que empezamos a rodarla cambió tanto el panorama político que fue un acierto no usar siglas reales. El bipartidismo seguía siendo dominante en España y Vox no estaba en el universo. Yo era la que tenía más problemas con la decisión de no usar siglas, pero es que fíjate dónde han quedado Ciudadanos y UPyD. Cuando estábamos escribiendo, Franco todavía estaba enterrado en el Valle de los Caídos.
Teníamos dudas de cómo se iba a entender [el aspecto político de 'García'] por parte del público. No sé si era tanto una cuestión de autocensura como de no caer en el lado equivocado de la historia, estando como están las sensibilidades ahora
Tampoco es habitual que un director se encargue en España de todos los episodios de una serie. ¿Cómo fue el trabajo con Eugenio Mira?
Carlos: Nosotros empezamos en 2015, el desarrollo cogió velocidad en 2017 y Eugenio se incorporó en 2019. Ha estado casi tres trabajando en la serie. Lo conocimos gracias a Javier Alvariño, el diseñador de producción de El vecino. Le contamos a Javi en qué estábamos trabajando y nos dijo que teníamos que conocer a Eugenio. Quedamos con él y nos tomamos un café. Ya había leído los dos primeros guiones y enseguida vimos que había una comunicación muy fluida, que entendía lo que queríamos hacer y las entendía de la misma manera que nosotros. Claro, nosotros pensamos en Eugenio como el primer director del proyecto. Nunca pensamos en que él fuera a hacer todo, pero él tuvo claro desde el principio que o la hacía entera o no la hacía.
Quería imbuir todo de su tono y su estilo. Sabía que era algo que le iba a pasar muchísima factura. Fue un rodaje complicado y se ha comido marrones, pero él tiene adicción al curro y tiene una manía perfeccionista loquísima. El tío se ha dejado la piel para hacerlo. Al principio no pensamos que fuera posible que se encargara de todo, pero fue algo positivo. La comunicación era muy directa y fluida entre los tres. Hablábamos todos los días prácticamente: nos veíamos, repasábamos escenas, nos pasaba el material que iba haciendo. Él dibujó la serie entera antes de empezar a rodar gracias a los meses de pandemia. Se encerró seis meses en casa y estuvo diseñando la serie principio a fin. Un día nos pasaba la cabecera, otro la música. Y nosotros decíamos: “Está loco y su familia lo va a matar”.
De cara a una hipotética segunda temporada de ¡García!, que claramente queda abierta después del final del sexto episodio, ¿cómo creéis que afectaría todo lo que ha pasado en España en estos años que han pasado desde que escribisteis la serie?
Sara: Para nosotros sobre todo son importantes los personajes. En la segunda temporada de arranque nos centraríamos en Antonia y García y cuál era su situación después de los eventos de la primera temporada y hacia dónde van ambos. García, de alguna forma, ha vuelto a nacer y a Antonia le ha cambiado la vida después de encontrarse con él. Hay cosas que una vez que pasas la primera temporada, no puedes volver atrás. A mí me encantaría poder hacer un Tarzan en Nueva York, por así decirlo, con García como agente secreto en el extranjero. Pero eso no puedes hacerlo, el personaje ya está en otro lugar.
García siempre será un hombre fuera de su tiempo y es interesante explorar las vías que eso ofrece en relación con Antonia, pero no puedes volver a hacer una lectura en la que García reacciona a la España insólita en la que se encuentran. Tiraríamos por otro lado. Es verdad que la realidad nos ofrece material abundante. Hemos decidido ignorar el tercer tomo hasta cierto punto. El tercer cómic se escribió antes de la pandemia y, claro, la pandemia acabó comiéndose al independentismo catalán. Cuando se escribió el cómic, el conflicto catalán estaba on fire. Después llegó la guerra, Musk comprando Twitter… La actualidad es muy difícil de contar en un producto audiovisual. Buscamos temas que nos interesen, más allá de cómo las autoridades los estén tratando.
Carlos: Muchas veces nos mandamos noticias que leemos y decimos “hostia, esto para ¡García!”, pero es que va tan rápido el mundo…. Si nosotros nos sentimos abrumados con los cambios tan veloces y lo vivimos segundo a segundo, imagínate García, que lleva 60 años de retraso. Hay muchas cosas que están pasando y que nos gustaría plasmar en la serie.
Cuando Carlos y yo empezamos a trabajar en serio en '¡García!', pensamos lo contrario [que en 'El vecino']. Queríamos parecernos lo más posible al cómic, porque había elementos que nos gustaban mucho y que pensábamos que podíamos hacer crecer sin perder el espíritu original.
¿Hay alguna lección que hayáis aprendido durante la primera temporada que os gustaría aplicar si hacéis la segunda?
Carlos: ¡Hostias! Muy buena esa pregunta.
Sara: Para mí la única cosa que engloba un poco esa reflexión es el hecho de que Eugenio entrara a dirigir la serie y la hiciera entera él. En la primera temporada no hemos sido productores ejecutivos. HBO Max le dio la figura de máxima autoridad creativa [el puesto de showrunner] a Eugenio. Esta ha sido la serie de Eugenio. La ventaja es que tuvimos mucho tiempo para hablar con él, para estar tranquilos por el guion, para que él le diera una vuelta a todo lo que quería hacer y cómo quería hacerlo. Él quería hacerla suya. Era su trabajo, evidentemente, para eso le pagaron y es lo correcto.
Para escribir la segunda temporada la referencia no es tanto los guiones que escribimos como la propia serie. Nosotros podíamos tener en mente un García distinto antes de que empezara el casting, aunque realmente no fue el caso. Francisco Ortiz encajaba también con el García que queríamos. Lo que pasa es que ahora sí que sabemos cómo es la química que tiene con Antonia, cómo los dirige Eugenio… La idea ha sido esa: escribir los guiones en respuesta a la primera temporada, más que teniendo en cuenta lo que hicimos inicialmente.