"Cuando las películas se acaban adquieren personalidad propia. Esa es su magia oscura. Las invocas, te despiertan y luego te abandonan. En el limbo". Este diálogo de la serie representa cómo nos sentimos los espectadores frente a cualquier pantalla cuando salen los títulos de crédito finales y también quienes han hecho realidad esas imágenes. En este caso, las de Irma Vep, el experimento meta de Olivier Assayas, en ocasiones irregular, pero siempre fascinante e hipnótico.
Para René Vidal, el trasunto del director francés en la serie de HBO, un set de rodaje es un espacio místico. "El fantasma de la Irma Vep de Musidora ha estado rondando el cine desde Les Vampires", le dice a Mira en un momento. Porque hacer películas (o series, en este caso marcar una línea divisoria es artificial e irrelevante) tiene algo de mágico y cuando se grita "¡acción!" se invoca una especie de conjuro. Cada nuevo proyecto es visitado por los fantasmas del pasado y estos se convertirán en los del futuro.
Esta miniserie es una historia sobre la memoria, sobre el paso del tiempo y sobre el arte de hacer cine hace un siglo, hace 30 años cuando se rodó la película con Maggie Cheung, y ahora. También la forma que tiene Assayas de revisitar los fantasmas del cine, del cine francés en particular y los suyos propios, porque después de su divorcio Cheung desapareció de su vida y también de la pantalla: jamás volvió a rodar.
Parte sátira de la industria audiovisual, parte dramedia existencial sobre el proceso creativo y parte homenaje romántico al cine, lo meta en Irma Vep funciona a tantos niveles que podemos perder la cuenta. Las imágenes originales de Les Vampires se entremezclan con la película de 1996, con el rodaje de la nueva serie en la ficción, la ficción en sí, la recreación del rodaje original y extractos de la vida de Musidora.
Por su espíritu e inspiración se deja poseer metafóricamente Mira hasta que vive la transformación que necesitaba y pasa página. El personaje está inspirado en parte por la vida de Alicia Vikander, pero también por la de Kristen Stewart. La actriz aparece en un pequeño cameo en el último episodio como la actual pareja de Eammon, también desilusionada con el éxito comercial de su carrera y de quien supimos sufrió un aborto espontáneo, experiencia que vivió en la realidad la propia Vikander. Realidad y ficción forman una vez más, un bucle hipnótico.
Irma Vep no es una propuesta del agrado de todos. Para algunos puede ser muy conceptual, para otros muy ligera. Habrá quien diga que es muy densa y confusa o quizá banal y lenta, porque no pasa nada. Tal vez criticaran que desentona porque se pone fantasiosa o cuando decide hablar de temas realistas, como el rodaje de escenas sexuales sin una previa reflexión de lo que realmente representan. Algunos disfrutarán con su aspecto meta y el resto dirá que es demasiado referencial.
Y lo más probable es que todos tengan razón. Irma Vep es una suerte de ensoñación delirante que a veces se parece perder un poco el norte, pero como a Mira, René y Regina, nos devuelve un poco la fe en la magia del cine y la televisión. Y nos reconcilia con las buenas historias, dejando a un lado los debates vacíos de para qué pantalla están hechas.
'Irma Vep' está disponible en HBO Max.
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