No es precisamente el tipo de serie que más apetece ver en estas fechas, pero si os interesan las historias basadas en hechos reales, esta dramatización de los esfuerzos de un neonazi reformado por tumbar desde dentro uno de los grupos de extrema derecha más peligrosos del Reino Unido, la miniserie británica The Walk-In que estrena Filmin compensará el esfuerzo.
Jeff Pope, nominado al Oscar por Philomena, firma esta ficción de tres episodios en la que Stephen Graham (The Virtues, Cadáveres) interpreta a Matthew Collins, un hombre que pasó su juventud como uno de los pilares de la extrema derecha racista y fascista británica conocida como Acción Nacional, banda neonazi que ahora le ha puesto precio a su cabeza por traidor.
Así lo explica el personaje de Graham, en una escena en la que está dando una charla en una sala llena de estudiantes a los que alerta sobre el problema del terrorismo extremista blanco del Reino Unido, explicando cuáles son los puntos que atraen a la gente común a identificarse con estos grupos de odio.
"Fijaos en este chico", dice Collins señalando una foto en la pantalla. "Él tuvo una gran influencia en la ultraderecha de este país. Soy yo hace 20 años", dice para sorpresa del aula.
The Walk-In se basa en el libro Nazi Terrorist: The Story of National Action, escrito por Collins, ahora activista que viaja por el país alertando a la gente del peligro de la extrema derecha, mientras dirige la organización benéfica 'Hope Not Hate'. La serie se centra en sus experiencias reales, el atentado frustrado de una diputada en 2017 gracias a la colaboración de Collins con un delator infiltrado.
De neonazi a activista
En su juventud, Matthew Collins (51 años) fue organizador del Frente Nacional (NF) en el sur de Londres, voluntario de la sede del Partido Nacional Británico (BNP) y miembro del grupo neonazi Combat 18. Tras un incidente en Welling en 1989, cuando 40 hombres atacaron con saña a un grupo de ancianas que protestaban contra el BNP, Collins tomó la decisión de pasar información encubierta a la revista antifascista Searchlight sobre su trabajo en estos grupos.
En 1993, cuando se descubrió que era un informante, Collins se exilió bajo la presión de la policía antiterrorista y se escondió en Australia durante una década. A su regreso, empezó a trabajar para luchar contra las organizaciones fascistas. Durante un tiempo trabajó encubierto en Belfast, donde el BNP había abierto una oficina y buscaba apoyo. Allí Collins conoció a Jackie McDonald, dirigente de la Asociación para la Defensa del Úlster (UDA).
McDonald dejó claro que, a pesar de los vínculos entre el unionismo y la derecha, no veía con buenos ojos la campaña del líder del BNP, Nick Griffin, en la capital de Irlanda del Norte. "Se quejó de que el BNP se aprovechaba del Úlster y de una economía con salarios bajos. Protestó porque le gustaba la comida india y porque le molestaban las acusaciones de que el unionismo y el lealismo estaban dominados por racistas", cuenta en su nuevo libro, The Walk In, según recoge The Guardian.
Desde el interior de esa oficina en Belfast, Collins llegó a dirigir un equipo de cuatro espías, tres de los cuales eran ingleses. Hasta la fecha, dice Collins, su trabajo ha ayudado a encarcelar a 65 personas.
En 2017, se encargó de colaborar con el infiltrado cuyo testimonio acabó derribando la organización terrorista nazi Acción Nacional, uno de cuyos presuntos miembros conspiró para asesinar a la diputada laborista Rosie Cooper.
Ese infiltrado era Robbie Mullen, el delator de Acción Nacional que cambió de bando. En esa época, Collins mantuvo a Mullen escondido en pisos francos y conectado con teléfonos desechables mientras recopilaban información sobre el grupo terrorista. Su historia se cuenta en The Walk-In.
'The Walk-In' se rodó en secreto
En las últimas décadas, Collins ha recibido cientos de amenazas de muerte y se ha visto obligado a mudarse de casa constantemente, por lo que el rodaje de la serie que trae Filmin se produjo en medio del más absoluto secretismo.
Durante la producción la serie tenía un título diferente y una sinopsis oficial ficticia. Cuando comenzó el rodaje de The Walk-In no se hizo ningún tipo de promoción, ni se enviaron notas de prensa, ni siquiera cuando Stephen Graham aceptó interpretar a Collins. Salvo Graham, ni el personal de producción ni los demás actores recibieron nunca el guion completo para evitar posibles filtraciones por motivos de seguridad.
"La seguridad era extremadamente estricta, incluso se discutió si se emitiría la lista completa de créditos con los nombres de todos los implicados", dijo Collins a The Guardian tras el estreno de la serie en ITV el año pasado.
Collins es pesimista sobre el futuro. Sobre las posibilidades de un atentado terrorista de extrema derecha, advierte en The Guardian: "Si se sigue sembrando el odio, al final alguien lo hará. Ahora es más peligroso que nunca".