Tras su paso por el Festival de Sevilla, dos nominaciones a los Premios Feroz bajo el brazo y cierto acoso y derribo en redes sociales -donde una jauría de haters prejuzgó una serie a partir de un mísero tráiler-, llega a dispuesta a sacudir el catálogo de Filmin Autodefensa, cuyos cinco primeros episodios ya están disponibles en la plataforma.
Es la segunda serie original después de Doctor Portuondo y será la primera de las próximas grandes apuestas que Filmin enumeró entre los siguientes proyectos que se traen entre manos. Miguel Ángel Blanca, Berta Prieto y Belén Barenys -conocida corista de Rigoberta Bandini- son sus creadores, y las dos últimas son además sus protagonistas.
Describir la trama de Autodefensa no es tarea sencilla, no solo porque las reflexiones que plantea van más allá de una sinopsis, sino porque además, si la tuviera, estaría limitando el propósito rompedor que tanto la define.
Aun así, la propia Filmin acierta al revelar lo que el espectador encontrará en ella: “a dos amigas que hacen lo que les da la gana sin tener que pedir permiso a nadie” y, al mismo tiempo “a dos chicas muy asustadas y que se divierten en defensa propia”.
Sus dos primeros episodios sitúan a Belén y a Berta en el terreno de juego: un piso destartalado que refleja un aparente descuido de sí mismas y que adelanta que Autodefensa no va de personajes perfectos o protagonistas que salvan el mundo, sino de dos jóvenes normales llenas de inseguridades e inquietudes y capaces de ser críticas con el mundo que les rodea.
Ninguna de ellas busca la empatía o la compasión del público ni tampoco convertirse en un referente más de la generación Z a la que pertenecen, pero sí que consiguen conectar con él y establecer un diálogo con la persona que hay detrás de la pantalla, tenga la edad que tenga.
Porque al igual que las relaciones entre las personas requieren de conversaciones incómodas para enriquecer el vínculo que comparten, también el cine y la televisión tiene derecho a tener las suyas propias con el espectador, en este caso a través de la inocencia y la excesividad que Belén y Berta son capaces de transmitir al mismo tiempo.
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Autodefensa las muestra como dos jóvenes irresponsables que saben que el ritmo de vida que llevan es insostenible, pero también como personas con sus propias inquietudes y con la imperiosa necesidad de autoconocerse. Todo ello sin necesidad de recurrir a un guion híper elaborado o a las pautas de un showrunner, ya que el objetivo es traspasar todos los límites posibles.
Y lo mejor de todo es su forma y tamaño -sus capítulos duran 17 minutos de media-, pensados para lograr la fugacidad y el consumo fácil, dos cosas cada vez más buscadas y que son lo que los jóvenes piden del contenido, acostumbrados a pasar horas delante de un dispositivo deslizando una rueda infinita de vídeos cortos y que ocupan solo unos segundos de su atención.
Junto a todo lo anterior, parece que solo queda destacar el último aspecto llamativo de la serie, que no son ni las drogas que aparecen, ni el vello sin depilar de las protagonistas, ni tampoco que hablen del sexo sin tapujos o que muestren el pecho desnudo cuando les apetece. En realidad, lo que importa en ella es la manera de reflejar la realidad de toda la generación Z, que tiene derecho a no esforzarse también, a equivocarse y a disfrutar tanto como lo hicieron los que vinieron antes.
Autodefensa es la voz en sí misma de la juventud actual -o una parte de ella-, un sector de la población que a veces tiene que aprender a vivir con ansiedad, que puede y quiere disfrutar de sus mejores años, que se autocuestiona, deconstruye y reconstruye y que se esfuerza por romper con todos los prejuicios que tenían sus predecesores -a los que a veces les define más el término "generación de cristal"-.
'Autodefensa' está disponible en Filmin.