El corazón se impuso a la cabeza en la 94 edición de los Oscar. No sirvió de nada que las estadísticas históricas estuvieran en contra de CODA, la película de Apple TV+ que ha conseguido subir a una cima que todavía se le resiste a Netflix: el Oscar a la Mejor Película. Estar fuera de la categoría de dirección y montaje y contar solo con tres nominaciones (dos obstáculos insalvables en los 90 últimos años de premios de la Academia) no han impedido que la película de Sian Heder obrara el milagro. Un año y dos meses después de su triunfal puesta de largo en el Festival de Sundance, donde había ganado más premios que ninguna otra película en la historia del certamen de cine independiente más importante del mundo, se cerraba el círculo.
Por el camino se quedó El poder del perro, el wéstern de Jane Campion que con sus 12 nominaciones debería haber puesto en bandeja el codiciado botín a la plataforma de streaming. Al final de las tres horas y media de ceremonia, Netflix solo ha sido capaz de materializar uno de los más de veinte galardones a los que optaba. La neozelandesa salvó los muebles con el tercer premio a la Mejor Dirección para una mujer, además del segundo consecutivo después del triunfo el pasado año de Chloé Zhao y Nomadland. El fiasco de la propuesta se une a los decepcionantes pasos por los Oscar de películas candidatas a todo como El irlandés, Historia de un matrimonio, El juicio de los 7 de Chicago y Mank.
De las cuatro nominaciones para el cine español, los únicos que pudieron materializar el premio fueron el director Alberto Mielgo y el productor Leo Sánchez, principales artífices de El limpiaparabrisas. La categoría de Mejor Corto de Animación fue una de las pocas sorpresas que hubo en una noche donde se impusieron casi todos los favoritos. Penélope Cruz, Javier Bardem y Alberto Iglesias fueron incapaces de dar la sorpresa.
Lo que debería haber sido un momento histórico para la comunidad sorda se ha visto empañado ante un bochornoso espectáculo protagonizado por un Will Smith que decidió subir al escenario a agredir a Chris Rock después de un desafortunado chiste sobre la alopecia de Jada Pinket Smith. Rock ha optado por no presentar cargos contra el flamante ganador de la estatuilla. Minutos después el príncipe de Bel - Air volvió al lugar de los hechos para recoger el Oscar al Mejor Actor por su interpretación en El método Williams. Smith, aún consternado por lo que había pasado minutos antes, intentó justificar su comportamiento mientras hacía un paralelismo con el personaje del drama deportivo que narra el camino a la gloria de Venus y Serena Williams desde el punto de vista de su tozudo padre.
El incidente protagonizado por Smith quitó brillo a una radiante Jessica Chastain que por fin conseguía el Oscar en su tercer intento gracias a Los ojos de Tammy Faye, una película que ella misma había producido y que había soñado con poner en pie desde que viera hace veinte años un documental sobre la vida de la controvertida telepredicadora. Tammy Faye había visto cómo el imperio que había construido junto a su marido Jim Bakker desaparecía de la noche a la mañana cuando éste era condenado a prisión por estafa y fraude. La actriz ha aprovechado su emocionante discurso para acordarse de las víctimas del suicidio y los miembros de la comunidad LGTB, atacada recientemente en Estados Unidos por culpa de la ley Don’t Say Gay de Florida.
Tres horas antes, Ariana DeBose había abierto el reparto oficial de premios con el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto justo en el 60 aniversario del estreno de la primera adaptación al cine de West Side Story. La actriz de 30 años ha hecho historia por partida triple. La inolvidable Anita que convirtió en un mito a Rita Moreno pasa a formar parte del exclusivo grupo de personajes que han dado el premio a más de un actor. La eterna robaescenas sigue los pasos de dos personajes tan icónicos como Joker y Vito Corleone. DeBose es además la primera intérprete afrolatina en hacerse con el premio y la primera intérprete abiertamente LGTB que recibe el Oscar. Estrellas como Jodie Foster y Kevin Spacey se llevaron sus premios muchos años antes de sus salidas públicas del armario.
Troy Kotsur pasa a formar parte de la historia de la Academia como el primer actor sordo en recibir el Oscar por su interpretación como el rudo y encantador progenitor de CODA. El actor de 53 años sigue los pasos de Marlee Matlin, su esposa en la ficción y la única intérprete sorda que había ganado hasta este año la estatuilla dorada. Desde su premio por Hijos de un dios menor hace 35 años, la actriz había quedado relegada a la televisión ante la falta de oportunidades en la gran pantalla.
Como era de esperar Dune fue la gran triunfadora con seis premios técnicos: música original, fotografía, efectos visuales, diseño de producción, montaje y sonido. Cuatro de ellos fueron presentados fuera de la ceremonia después de que la ABC y la Academia decidieran que por primera vez en la historia de los premios más importantes de la industria del cine ocho de las veintitrés categorías se entregarían antes de empezar la gala. Irónicamente, una medida pensada para atraer más espectadores a la ceremonia ha hecho que la mayoría de premios de la película más popular de esta edición se hayan filtrado antes de que empezara la gala.
El resto de categorías fueron según lo previsto. Drive my car ganó en Película Internacional, Cruella en Mejor Vestuario y Los ojos de Tammy Faye en Maquillaje y Peluquería. En las categorías de guion, Belfast y CODA cumplieron los pronósticos. Paul Thomas Anderson, uno de los grandes maestros del cine americano contemporáneo, sigue sin premio después de 11 nominaciones. Los hermanos Billie y Phineas Eilish confirman la historia de amor entre la Academia y los Oscar: Sin tiempo para morir es la tercera película de la saga que se lleva el premio a la Mejor Canción de forma consecutiva.
El desastroso suceso protagonizado por Will Smith ha emborronado una caótica ceremonia en la que Amy Schumer fue la única de las tres maestras de ceremonias que se lució. Los homenajes a El padrino, Pulp Fiction y Juno fueron tan fugaces como eficaces. Peor parado salió un tributo a la saga 007 liquidado con un poco inspirado montaje que debería haber sido reemplazado por una aparición de Daniel Craig y el resto de Bonds vivos. Tampoco generó unanimidad la actuación de Beyoncé, espectacular pero grabada antes de la ceremonia. El gag peor recibido de la noche fue el momento en que Regina Hall decidió subir al escenario a los hombres que encontraba sexualmente deseables.
La decisión de entregar dos premios escogidos por Twitter se reveló como un bochornoso fracaso en el momento que la audiencia descubrió que las dos ganadoras de sendos premios (mejor película del año y momento más emocionante del cine) habían ido a parar a dos películas de Zack Snyder: El ejército de los muertos y la secuencia de Flash en La liga de la Justicia de Zack Snyder, respectivamente.
Lo que debería haber sido un acercamiento entre la maltrecha audiencia en los Oscar acabó en escándalo. Algunos ya están reclamando que la Academia retire el premio a Will Smith. Desde el fallido anuncio del Oscar a la Mejor Película para La La Land, la organización no se enfrentaba a un escándalo de estas características. El ansiado regreso a la normalidad fue todo menos normal. Como decía Paquita Salas: "Somos trending topic, pero... ¿somos el trending topic que queremos?".