"Alza la bandera" cantan al unísono el elenco del nuevo musical de Hollywood, In the Heights (En un barrio de Nueva York) que se estrena en las salas de nuestro país este viernes. Una película dirigida por Jon M. Chu y escrita por Quiara Alegría Hudes, que lleva al formato audiovisual el mítico musical ganador del premio Tony y creado en 2008 por Hudes y Lin-Manuel Miranda. Una obra que ensalza el orgullo de pertenencia a la comunidad latina y que cuenta una historia sobre sueños, familia, orígenes y la unión del barrio.
"Es una carta de amor, es escuchar a mi familia", dice Lin- Manuel Miranda, compositor, actor, cantante, dramaturgo y productor estadounidense, que llevó a Broadway In the Heights y Hamilton, además de crear sus canciones. Una figura que está dando el reconocimiento y visibilidad que tanto merecen los artistas latinos en el arte.
Son muchos los musicales del universo hollywoodense que centran sus tramas en el alcance de los sueños. Ejemplo muy sonado el de La La Land (2016), aunque esta propuesta dirigida por M.Chu no se queda atrás. Además del clásico "persigue tus sueños", el eje del proyecto es abrazar y celebrar la diversidad con la cultura dominicana, puertorriqueña o cubana en apogeo, poniendo el foco en las comunidades extranjeras que residen en Nueva York.
Los sentimientos de pertenencia y no pertenencia se abordan desde varias perspectivas a través de personajes que no se sienten ni muy latinos, ni muy americanos; pero sí muy del barrio de Washington Heights y de su gente.
Los actores Anthony Ramos, Corey Hawkins, Leslie Grace, Melissa Barrera, Olga Merediz, Daphne Rubin-Vega, Gregory Diaz IV y Jimmy Smits son algunos de los interpretes más destacados de un elenco formado por artistas latinoamericanos de la industria cinematográfica, que vienen directos del teatro o han tenido éxito en series y películas.
In the Heights se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles y llega hoy a las salas de cine de España para mostrarnos la vida y los sueños de unas comunidades que muchas veces son aisladas y olvidadas en Estados Unidos.
Del teatro a la gran pantalla
Adaptar una obra de teatro tan querida como In the Heights es tarea fácil, y sino que se lo digan al director Jon M. Chu, que hablaba de cuáles habían sido los mayores retos en la rueda de prensa de la película: "Mi objetivo era no compararlo con el escenario de Broadway. El trabajo más duro fue encontrar al cast, necesitábamos gente que hablara todas las lenguas de la película, desde el guion, a los diálogos, la música, al baile... Pero desde el primer momento todos ellos llegaron con esa verdad que buscaba y muchas ganas de ofrecer su talento".
La guionista Quiara Alegría Hudes destaca la mezcla entre "la visión tremenda de los números musicales y esos momentos íntimos, que son casi conversaciones en susurros", como el que mantienen abuela Claudia y Nina en una de las primeras escenas donde relatan la vergüenza de algunas mujeres que esconden con guantes las cicatrices de sus manos por el uso de liquídos de limpieza. Una historia de empoderamiento transmitida de una generación a otra. "Tener la oportunidad de mostrar cosas muy a lo grande y también cosas más cercanas y personales es maravilloso. Siempre empujando estos dos extremos para crear ese dinamismo", explica la guionista.
Aunque la película cuenta con un cameo de Lin-Manuel Miranda como Piragua Guay y un irreconocible y demacrado Marc Anthony, es la abuela Claudia la que se mete en el bolsillo al espectador gracias a la interpretación de Olga Merediz, que afirma que esta película "es un milagro y un sueño hecho realidad para ella".
Su canción Paciencia y Fe, junto a Carnaval del barrio (todo un espectáculo de banderas al viento) son dos de las estrellas de este musical, aunque el ritmo frenético del montaje impide ver en todo su esplendor el complejo despliegue de medios.
Orgullo latino
In The Heights quiere mostrar cómo los extranjeros residentes en Nueva York habitan en ese limbo que caracteriza al extranjero. "Esta es mi casa" dice el protagonista al final de la cinta, cuando descubre que su verdadero hogar está en las comunidades de Nueva York y no en el Caribe, sitio que tiene idealizado por una infancia feliz junto a su padre y recuerdos en formato analógico.
Precisamente la película cuenta con un elenco que es todo un reconocimiento a las estrellas latinas del cine y el teatro, como la actriz mexicana Melissa Barrera que crea un dúo perfecto con Anthony Ramos, un actor que ya ha defendido su figura en otras producciones de Lin-Manuel Miranda como Hamilton; o el actor Corey Hawkins, que da vida a Benny y está muy involucrado en movimientos antirracistas.
"Yo, como persona de color sé lo que es no ser visto, estar en espacios donde tu voz no es escuchada y no es celebrada. Esto es una oportunidad para todos nosotros, para vernos todos juntos. Siento que ahora es el momento. Es maravilloso estar en el cine, que se apaguen las luces y sentarte al lado de alguien que no es del mismo sitio que tú, y que no mira como tú miras, pero con la que conectas por ese lado de la humanidad, en espacio y tiempo", expresa Hawkins.
Un abrazo a la bandera y a las generaciones, ya que según afirma Alegría Hudes querían crear una historia que hablara de ellas. "Cuando piensas en el número de Carnaval, hay algo implícito a nivel generacional. Es muy fiel con la cultura, muy fiel con el barrio, no solo andas por la calle de Washington Heights (...) sino que ves gente de 20 o de 30 años, pero no son los únicos que bailan, los mayores también", relata.
El sueñito
"Creo que mi sueñito con esta película es que la gente cuando salga de verla, primero se sientan felices de vivir y emocionados de conectar unos con otros. Que la gente sienta esperanza porque cada personaje tiene un sueño, sea cual sea, y tiene esa necesidad de alcanzarlo. Después de estos dos años tan duros la gente puede sentarse en el cine y ver esta película y sentir esperanza, ver a todos estos personajes afrontar cosas distintas y que ninguno se rinda. Esta película es sobre una comunidad que sigue adelante pase lo que pase, y en el proceso y esos momentos de superación es donde encuentran la felicidad", explica el actor Anthony Ramos.
Rodaje a pie de calle
Si algo convierte en único a este film son las localizaciones reales que recorren toda la película. Trasladarse al lugar que da nombre a la trama no solo enriquece visualmente, sino que también nutre a los actores y al equipo técnico a la hora de crearla.
La actriz Daphne Rubin-Vega califica como mágico el haber podido grabar las escenas en Washington Heights. "Es un elemento extra. Es en los Heights, aprendemos la coreografía en el estudio pero cuando rodamos hay que poner en práctica todo lo que aprendemos y por supuesto no es lo mismo hacerlo encima de un escenario que en un sitio real. Nada como rodar en sitios reales", afirma.
Ramos coincide: "Me encantó rodar en el barrio, sentíamos a la gente, sentíamos la comunidad, olíamos el arroz con habichuelas y la comida de los bloques. Me encantó ver cómo la gente quiere contar sus propias historias, de donde vienen y compartirlo con el mundo y con la gente de su comunidad".
Polémica antes y después
Durante todo el proceso previo al rodaje, se realizaron varios cambios en la adaptación de la obra, incluidas referencias a la política de inmigración y microagresiones de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). En mayo de 2016, se anunció que Miranda y Harvey Weinstein producirían la película con The Weinstein Company, pero a raíz de las numerosas denuncias por abusos sexistas contra Weinstein, se eliminó su crédito de productor en la película, y los derechos de la película finalmente se subastaron a Warner Bros. En junio de 2016, Jon M. Chu se unió para dirigir la adaptación cinematográfica del musical, y después de un año de espera, la cinta In the Heights ve la luz.
Mucho se ha criticado en los últimos años la proliferación de una mayor presencia de nominados latinos y africanos en Hollywood y en sus glamurosos premios. Para muchos es un lavado de cara, pero para otros un avance hacia la diversidad en el cine. Sea como sea es otro bonito homenaje por parte de Lin-Manuel Miranda a su gente, esa que también merece "ser vista y oída" fuera y dentro del barrio.