Tras reventar la taquilla y ganar el Goya a la mejor película por Campeones, había mucho interés en ver qué era lo nuevo que preparaba Javier Fesser. Pronto se levantó el misterio, y se descubrió que sería Historias lamentables, unión de relatos cortos en las que volvía a sus orígenes, a esas historias que parecen salidas de cómics con un humor peculiar y un estilo visual propio. El filme anunció, en febrero de 2020, su estreno para el 30 de abril del año pasado… Efectivamente, a uno de los estrenos más esperados del año le pilló la pandemia y tuvo que retrasar su estreno.
Con las salas cerradas y sin un horizonte claro en el camino, Fesser y Amazon, socio del filme, decidieron estrenar directamente en Prime Video la película el pasado 19 de noviembre. En las entrevistas con la prensa, Javier Fesser dejaba claro que Historias Lamentables llegaría a los cines. Lo haría después de pasar por plataformas, cambiando el orden férreo de ventanas que impera actualmente en la industria.
Habían pasado seis meses desde aquel estreno y no se tenían noticias del estreno, pero Fesser ha cumplido su palabra. Historias Lamentables llegará a unos pocos cines. Lo hará después de una batalla casi personal para convencer a los exhibidores de que se podían cambiar las normas establecidas y que era el momento de probar otras cosas. “Hay una parte de exhibidores que creen que esto es un modelo imposible, que tienen miedo a que su forma de trabajar o entender la distribución cambie radicalmente, pero nosotros no nos movemos por el miedo, sino por investigar caminos nuevos”, cuenta el director a EL ESPAÑOL.
Para lograrlo se ha convertido en algo parecido a un vendedor de Avon, y ha conseguido acuerdos particulares con cadenas o cines concretos. “Ha sido un acuerdo particular, una exclusiva con Kinépolis, pero también otros lugares como Zaragoza, donde se podrá ver en los Palafox. En cada sitio será personalizado y habrá tráilers específicos para cada cine”, explica sobre este logro que para él “era muy importante”. “Primero, porque la película estaba concebida para cines, y sobre todo porque prometí que lo iba a hacer, también para acabar contra muchas opiniones que pensaban que era una locura, no voy a decir que ha sido fácil, pero tenía que cumplir mi promesa de que se viera en pantalla grande”.
Cree Fesser que Historias Lamentables tiene algo muy importante que la hace perfecta para ver en una sala, y es que “las risas son lo más contagioso, eso lo tendría que decir un día Fernando Simón, acudid al cine pero a contagiaros de risa”. Él ya consiguió propagar esa risa en pelotazos de taquilla como El milagro de P. Tinto, Mortadelo y Filemón o Campeones.
Su estreno supone un cambio de paradigma, del orden establecido, y, para él, “ojala que sea un punto de inflexión y mejore la situación de todos”. “Cuando negociamos el estreno mundial con Amazon, ellos entendieron perfectamente nuestra determinación de ir a los seis meses a salas, cosa que era una novedad para todos, pero creyeron que era buena idea, porque sí piensan que hay sitio para todos, y una película da mucho de sí y y puede ser exhibida de forma diferente en la lína de tiempo. No hay ningún dogma que haya que seguir a pie juntillas”, puntualiza.
Hay una parte de exhibidores que creen que esto es un modelo imposible, que tienen miedo a que su forma de trabajar o entender la distribución cambie radicalmente
En este nuevo mundo de plataformas, a Fesser le asustan los términos que se han popularizado para hablar de las series y películas: productos. Y los verbos que las definen: consumir. “Me resulta raro… es que yo no las concibo así, yo lo hago de una forma artesanal. Cada película es un hijo, está hecha a mano. Va en ella parte de ti, de tu corazón, y entonces hablar de mercado… y es cierto que es un producto que se consume, pero es que todo son esos términos: espectadores, taquilla, producto, consumir…”.
Todavía queda mucho camino por anda, “la situación es nueva y todos estamos buscando un escenario al que no hemos llegado y no conocemos, pero tenemos dos opciones, podemos quedarnos parados viendo por dónde nos las dan, o actuar de forma proactiva e investigar y movernos y buscar ese camino nuevo”, asegura Fesser que está seguro de que movimientos como el suyo “beneficiará a los que vengan detrás”- “Yo soy consumidor de cine en salas, y de plataformas. Las veo en casa, pero en otros momentos o situaciones, a mí tener acceso a tantas películas no me ha quitado de ir al cine. Ni al revés".
"Hay oferta más que de sobra para que sea ampliada y variada. El consumo está cambiando, y no podemos esperar a que todo se quede como estaba, porque además no era perfecto. Encuentro en la sala cosas que no hay en salón, y al revés. Creo que hay espacio más que de sobra”. El movimiento se demuestra andando, y Javier Fesser no para. Está con un guion para una película y con un proyecto en forma de serie. No es que le “guste más o menos, sino que la historia que quiero contar tiene la forma ideal para hacer una serie”.