"La historia nos ha fallado, pero no importa". De esta manera tan tajante como compasiva se dirige la novela y éxito superventas de Min Jin Lee a los lectores, mirándoles con lágrimas en los ojos y tratando de reconciliarse con el inmenso dolor que nos ha causado a todos el pasado y que arrastramos generación tras generación, sea cual sea el suelo que estemos pisando.
Agarrando con ímpetu y ganas la fuerza y el poder que contienen estas pocas palabras, Soo Hugh (The Terror, See, The Killing) se arma del valor suficiente y traslada el lenguaje escrito a Pachinko, una serie que estrena hoy 25 de marzo su primer capítulo en Apple TV+ y que apunta maneras para ser uno de los mejores títulos del 2022.
Gracias al exhaustivo trabajo de investigación que llevó a cabo la autora de la novela, la realidad histórica queda plasmada en la narración de una forma muy visual, facilitando un proceso de adaptación cinematográfica, que Soo Hugh junto a los directores Kogonada (Columbus), Justin Cho (Blue Bayou) y los productores Theresa Kang (Crazy Rich Asians) y Michael Ellenberg (Prometheus, The Morning Show) llevan a cabo de una manera magistral y con personalidad propia.
A través de un relato sincero y que deja sin aliento, Pachinko se adentra entre las ramas generacionales de una misma familia coreana, comenzando a narrar desde un pueblo pesquero en la Corea ocupada por el Imperio Japonés en el año 1915, hasta el mundo de las altas finanzas de Tokio y Nueva York durante los 80.
Siendo la dulce mirada de la joven Sunja (Minha Kim) y su recorrido el único punto de unión que comparte con la novela, la serie Pachinko transforma la historia original con una delicadeza exquisita, honrando la esencia y el punto de partida, y escogiendo una manera diferente de narrar.
Así es como comienza el largo camino de las cuatro generaciones que aparecen en la serie: poniendo el primer pie en el núcleo de la humilde y sometida sociedad coreana y en una historia de amor prohibido. Poco a poco, la resistencia se acaba convirtiendo en una condición indispensable para la supervivencia humana, y por muchos golpes que soporten y pérdidas que afronten, la familia logrará tener una vida digna, aunque para ello tengan que vivir en el lejano Estados Unidos.
Desplazándose fácilmente a lo largo de la línea temporal, la creadora y directores de la serie deciden saltar hacia adelante y hacia atrás constantemente, controlando la trayectoria de los movimientos justos que realizan en el guion y mostrando los recuerdos adecuados que guarda la versión más anciana de Sunja (interpretada por la oscarizada actriz de Minari Youn Yuh-jung) en su memoria.
Entre los grandes nombres que figuran tras las cámaras, destacan los de Kogonada y Justin Chon, dos grandes veteranos en el mundo del cine que con un estilo propio y único se arremangan para dirigir cada uno cuatro de los ocho episodios que abarca la temporada. Siguiendo sus directrices, la lente de la cámara captura los deliciosos colores de las impresionantes vistas del verde paisaje y las complementa con el imponente azul del mar y con los altísimos e infinitos edificios de las grandes ciudades. De esta forma tan cuidada, ambos cineastas nos sitúan en el terreno que pisan los distintos personajes, y sin permitir que nos perdamos entre los miembros de la familia, acercan sin miedo la lente y firman los íntimos planos con los que los actores encienden la chispa de la emoción.
De hecho, junto al inmenso guion y la brillante ejecución del mismo que hacen los directores y productores el tercer gran pilar de la serie es la interpretación del reparto. Poniéndose en la piel de unos cuantos personajes ficticios que representan a otras miles de historias reales, los actores Lee Min-ho, Minha Kim, Jin Ha, Anna Sawai y por supuesto la galardonada Youn Yuh-jung hacen gala de su inmenso talento, mezclando hasta tres lenguas diferentes que destacan por colores en los subtítulos, y poniéndole cara a una historia universal y que ha ocurrido en muchas partes del mundo.
En un momento dado cuando Sunja aún era muy pequeña, su padre le prometió que "haría lo que fuera para protegerla de la fealdad y los horrores del mundo", sin saber que ese amor tan profundo que supo darle sería el mismo que ella le regalaría a sus hijos y nietos y que perduraría, a pesar de todo.
Siendo este solo uno de los grandes momentos con los que nos deleita la serie en apenas el primer capítulo, Pachinko llama nuestra atención desde la secuencia inicial y los créditos iniciales hasta el fragmento documental del octavo capítulo, capturando de una forma realmente hermosa lo mejor y lo peor del ser humano. Con un gran despliegue técnico y artístico, no solo se sitúa entre lo mejor del año en apenas marzo, sino que además podría considerarse una obra maestra.
Los nuevos episodios de 'Pachinko' están disponibles los viernes en Apple TV+.
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