En el mundo de El Poder a las adolescentes nadie volverá a decirles que son el "sexo débil", porque más allá de toda discusión política sobre género hay algo indiscutible: ellas son, literalmente, más fuertes que los varones.
La nueva serie de Amazon Prime Video está basada en una novela de Naomi Alderman, que bajo la tutela de su mentora, Margaret Atwood, decidió imaginar una sociedad que funcionara como contraparte de su obra más conocida, El cuento de la criada. Una sociedad matriarcal en la que las mujeres reclamaran el poder porque eran superiores físicamente.
Como si fuera una reacción epigenética al trauma heredado tras siglos de violencia y opresión, en las adolescentes de todo el mundo (y no es casual que sea en la edad en la que sociedad empieza a sexualizarlas) aparece un nuevo órgano que funciona como un mecanismo automático de autodefensa cargado con siglos de rabia y deseo de venganza.
Se hace realidad un sueño tan simple como imposible: dejar de sentir miedo al caminar solas de noche, y ese pequeño detalle lo cambia todo. Las jóvenes de este mundo tienen la garantía de moverse libremente por cualquier calle a cualquier hora, porque el Poder les permitirá defenderse de cualquier ataque, de forma letal si lo necesitan, y sin que implique ningún esfuerzo: solo emitiendo una descarga eléctrica con sus manos.
Las reacciones institucionales por parte de los gobiernos no se hacen esperar. Tal como ocurre en la vida real, el primer instinto es negar el derecho a la información: cuanto menos sepan de lo que pasa con sus cuerpos mejor, porque así ellos pueden ejercer control. Una vez la información es accesible y entienden, el segundo paso será legislar contra la autonomía de los cuerpos.
A pesar de los problemas burocráticos, automáticamente las mujeres de esa sociedad disfrutan de una sensación de libertad y seguridad inéditas. Ya no sienten miedo, las mujeres ahora tienen el Poder, literal y figurativamente. El mundo ya no volverá a ser el mismo, pero ahora que está en sus manos, ¿será mejor?
Esa pregunta existencial se explorará a través de varios protagonistas ubicados en diferentes partes del planeta, y con los filtros de la religión, política, guerrilla o el crimen organizado. Una historia global en clave de thriller que sigue el destino de varios personajes de forma paralela. Personajes con experiencias vitales distintas que serán las que motiven la decisión de qué hacer con su Poder.
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Como ocurre con las historias corales, algunos personajes serán más intrigantes que otros, pero todos y cada uno de esos viajes dejará imágenes potentes, especialmente las que se producen en el episodio ambientado en Arabia Saudí o las del discurso político de Toni Collette, por la forma en la que dialoga con la realidad.
Al margen de lo problemático del discurso binario de su premisa (algo que también aqueja a la novela en la que se basa), desanima un poco pensar que la teoría y las complejas conversaciones que pone sobre la mesa esta historia parecen más interesantes que la serie en sí. Al menos en su primera mitad, que en más momentos de los que nos gustaría se torna lenta y algo irregular.
A pesar de que no es todo lo redonda y emocionante que nos gustaría, lo realmente impactante de El Poder es que la consideremos una distopía, porque a pesar de la incómoda violencia de algunas de las imágenes que se esperan en futuros episodios, lo cierto es que todo lo que pueda ocurrirle a un hombre en esta serie ya le habrá ocurrido antes a las mujeres anteriormente. Y cada día en la vida real, porque nosotras siempre hemos vivido en una distopía.
'El Poder' está disponible en Amazon Prime Video.