El último episodio de la temporada de The Last of Us es, a su vez, el más corto y el que más conversación va a generar. Por su final, conclusivo pero que deja con ganas de más, por sus detalles, que van de homenajes a incursiones a la profundidad de los personajes y, sobre todo, por el debate filosófico que expone. Es la culminación de una adaptación que ha servido de celebración para los diez años que cumple esta saga.
De principio a fin, el episodio tira de su repertorio de contrastes para formar un capítulo muy completo. Con sus momentos de conversación y los de acción, con su ternura y su desesperanza y con Joel y Ellie en lados opuestos a nivel emocional respecto a su situación al comienzo del viaje.
Ella, descolocada tras el trauma de lo sufrido en el episodio 8 frente a David. Él, siendo el que busca la conversación y las broma tras abrazarla como a su hija. Por fin está abierto a hablar de su pasado y contarle la verdad sobre cómo se sintió tras perder a Sarah, planteándose incluso quitarse la vida. Al hablar de ello, les tiembla la voz. Queda claro que durante el viaje, en realidad, ella le ha salvado a él.
Y Joel va más allá: le habla de un futuro juntos, en el que le enseñe a tocar la guitarra. La evolución del contrabandista se ha gestado a lo largo de la serie de una manera que parezca natural y no forzada. El mérito le corresponde, especialmente, a Pedro Pascal.
Joel es el personaje que más se lleva los focos en este final de temporada aunque eso no significa que Ellie no destaque como ha venido haciendo. Es la razón de todo y la que mueve la trama. Bella Ramsey vuelve a hacer gala de su versatilidad con un zigzag entre la apatía y la felicidad.
Las jirafas
Su alegría, aunque efímera, no se ha ido. Cuando descubre a una jirafa en el camino al Hospital Saint Mary, la niña que lleva dentro sale a la luz. Disfruta de esa emotiva e icónica secuencia con Joel y acaban observando a un grupo de estos animales caminar por un parque de Salt Lake City.
Allí Joel le pregunta: "¿Es lo que te esperabas?". Ella, recordando el primer panorama que contemplaron juntos en Boston, repite su respuesta de aquel entonces, aunque con un tono mucho más ilusionante: "Aún no lo sé. Pero vaya, menudas vistas".
Mientras las jirafas, y la inocencia de Ellie, se alejan, Joel le plantea la opción de no arriesgarse y dar marcha atrás. Pero ella se niega. Quiere acabar lo que han empezado y darle significado a todo lo que han perdido por el camino.
Para entonces, Joel no se plantea si debe cumplir su promesa a Tess o si hay una cura. Sólo le preocupa la seguridad de Ellie.
Principio y final
Finalmente, ambos dan con los Luciérnagas. O, mejor dicho, los Luciérnagas les encuentran a ellos. Al despertar, Marlene, su líder, le cuenta a Joel que pueden encontrar una vacuna y cambiar el mundo. Pero para hacerlo, Ellie debe morir.
¿Cómo de lejos puede alguien llegar para proteger a alguien que ama? ¿Está justificado matar a una persona para salvar a la humanidad? ¿Se le puede pedir a alguien que murió por dentro al perder a su hija que sufra lo mismo una vez más? Todo lo que la serie plantea desde ese momento son preguntas. Y Joel tiene sus propias respuestas: hasta donde haga falta; no si esa persona es Ellie; de ninguna manera.
En base a ello, y tras una secuencia de acción que se aleja del sosiego propio de la serie para invocar al videojuego, el contrabandista acaba con todos los que se ponen en su camino para salvar a Ellie. Ha encontrado algo por lo que luchar, y no va a soltarlo. Incluso si eso supone mentir a su nueva hija.
De su engaño surge una nueva duda: ¿es una decisión egoísta o movida por amor? El episodio no deja claro si le oculta la verdad para protegerla o para no perder su relación. Del mismo modo, tampoco dice si Ellie le cree o no, o cómo se siente exactamente respecto a haber perdido su propósito, aunque en cualquier caso, lo acepta. Su "vale" para el recuerdo así lo demuestra.
La serie, por su parte, no expone sólo los argumentos de Joel. También formula los de Marlene. Y te explica, en lo que es una historia exclusiva de la serie, su intrahistoria y por qué su decisión tiene también un factor personal contra el que ella lucha. La líder de los Luciérnagas era amiga de la madre de Ellie, Anna.
La encargada de interpretarla ha sido Ashley Johnson, que hizo de la propia Ellie en los videojuegos, siendo la actriz que durante más de diez años ha ocupado ese rol protagonista.
Un tributo
La personalidad de Ellie está extremadamente influenciada por la de la actriz, que aportó sugerencias que los creadores aceptaron para formar a uno de los personajes de videojuegos más interesantes.
Es por ello por lo que la emotividad del parto de Anna con Ellie se multiplica para quien haya sido testigo de su interpretación. La secuencia funciona al nivel del espectador y al del jugador, de quien la serie no se olvida. De hecho, de manera más clara que nunca, se dan pistas sobre lo que podía ser la causa de la inmunidad de la joven.
Este capítulo, como la propia serie, es un regalo para todos las personas que adoran a estos personajes y esta historia y una manera de rendirles tributo. Y algo más importante, es una puerta para que la gente que no tiene el placer de disfrutar de los videojuegos pueda sentir lo mismo que ellos.
El episodio finaliza con un cierre intrigante para la primera temporada de The Last of Us, una auténtica superproducción que ha sabido traducir a su lenguaje el videojuego con buen resultado, al contrario que otras adaptaciones de este estilo. Sus creadores tomaron un riesgo y la moneda les ha salido del lado adecuado. Pero no ha sido cuestión de suerte: todo sucede por algún motivo. En este caso, el gran causante del éxito ha sido el cariño que se nota en un trabajo todavía tiene mucho que ofrecer. Esta ha sido sólo la primera parte.
'The Last of Us' se puede ver en HBO Max.