Con 36 años de experiencia en el mundo de la hostelería a sus espaldas, Javier Martín, ha conseguido coronar su cachopo como el mejor del mundo. El año pasado quedó en segunda posición en el Campeonato Internacional al Mejor Cachopo del Mundo y el primero en la categoría "el resto de España". Un año depués ha conseguido la tan deseada primera posición a nivel mundial. "No ha sido fácil", reconoce a EL ESPAÑOL.
Han sido cinco años inténtando conseguir ese primer puesto. Año tras año el hostelero zaragozano y su equipo se han dedicado a hacer numerosas pruebas con el producto de la mejor calidad para crear el cachopo ganador. Buscando la finura, la cantidad y la calidad. El equilibro es la clave, "no porque sea más grande o más gordo está mejor", asegura Javier.
Meses de investigación, desarrollo e innovación. "Este año hemos mejorado un poco la carne con respecto al año pasado. Nuestro cachopo está compuesto por carne de Wagyu nacional madurada, lleva jamón ibérico y un queso de Cantabria de oveja y cabra. Todo esto lo freímos al momento para que quede crujiente", explica el cocinero. Esta invención del restaurante Mas Torres, en Zaragoza, ha conquistado al jurado del Campeonato Internacional al Mejor Cachopo del Mundo de 2024, en el que también han participado países como República Dominicana, México o Perú.
Desbancando a Asturias
Para conseguir la medalla de oro, en Mas Torres han optado por cambiar un poco el concepto del cachopo asturiano clásico. "Siempre se ha pensado que el cachopo tiene que ser algo muy grande y con mucha carne mucho, muy grueso. Nosotros lo hemos cambiado para que sea más fácil de comer, más fino y no tan pesado". Lo que prentenden conseguir con esta modificación es que los consumidores disfruten comiendo. Apuestan por la jugosidad y la textura, "podríamos meterle más carne, pero no estría tan rico". Javier asegura que es mejor comer dos cachopos, que llenarlo más.
Todos estos cambios han conseguido desbancar a los líderes de este tradicional plato de la gastronomía asturiana. Pura felicidad es lo que siente Javier al haber superado a los expertos del cachopo. "Al final te da alegría, porque les estás ganando en su casa, eso quiere decir que realmente está bueno y por tanto, le de prestigio al concurso porque si solo ganan los de allí tampoco tendría tanto prestigio. Para nosotros tiene un valor añadido ganarlo allí en Oviedo".
Se dice que todo esfuerzo tiene su recompensa. Han pasado 8 años desde que tomaron la decisión de empezar a cocinar cachopos y tanto Javier como su equipo están encantados de haber conseguido la primera posición. Contentos al sentir que se valoran sus horas de trabajo, de pruebas y equivocaciones, "el premio es para todos, para mi equipo y para mí".
Pasado y futuro
A los 16 años se inició en el mundo de la hostelería, concretamente en las cafeterías de la universidad, hoy con 52 años cuenta ya con tres restuarantes. Su primer negocio lo abrió hace 30 años, Yolimar, una bocatería en el centro de Zaragoza. Y hace aproximadamente 13 años dió el salto a la cocina de alto nivel con el protagonista de esta noticia, Mas Torres.
"Queríamos hacer algo que no se viera en Zaragoza". Ahora el cachopo está en tendencia en en toda España, pero por aquel entonces prácticamente no había en la provincia. Cabe aclarar que el restaurante ofrece mucho más que cachopo, en su menú puedes encontrar una variedad de comidas como mariscos, pescado, carne, platos de cuchara, aunque está claro que el "plato estrella" es el cachopo de carne de Wagyu.
En cuanto al futuro, Javier va a abrir este mes de agosto su tercer restaurante, Cachopo Loco. E incluso se ha llegado a plantear expandir su negocio fuera de Aragón. Desde que ganaron el campeonato no han parado de recibir ofertas de varias partes de España. "Si que he recibido propuestas este año por el premio y me han llamado de varios sitios para ofrecerme locales, algún negocio, se puede valorar pero vamos poco a poco".
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En este momento lo único en lo que pueden pensar es centrarse en Mas Torres, desde el logro conseguido en abril el trabajo ha aumentado considerablemente. No hay día que el restaurante no se llene de clientes que vienen de todas partes de España para probar el mejor cachopo del mundo.