Laura Gregorio empezó el Grado en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), pero pronto se dio cuenta de que no le gustaba. Había llegado hasta esa carrera por méritos propios, nadie le había regalado nada. Gracias a su media sobresaliente en el Bachillerato y al 12,4 sobre 14 que obtuvo en su Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), Laura podía acceder a los estudios que siempre había soñado.
“Pero estando en primero de carrera me di cuenta de que siempre había confundido mi pasión por el espacio con dedicarme a él profesionalmente. En ese curso, sólo me gustó una asignatura: Programación, así que decidí reenfocar mis estudios hacia algo que me permitiera programar”, cuenta Laura Gregorio (Albacete, 2002) en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
Fue cuando en 2022 la joven albaceteña se puso a buscar Grados o Formaciones Profesionales (FP) que le permitieran aprender a programar; a desarrollar su nueva pasión para dedicarse a ella a nivel laboral. En esa búsqueda encontró el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma impartido en el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad). “Y tras una entrevista e informarme bien decidí estudiarlo”, explica Laura.
Allí ha estado estudiando esta FP superior durante los dos últimos cursos. Dos años que han concluido con la última fase: “370 horas de prácticas curriculares, que equivalen a unos tres meses a jornada completa de ocho horas”. Laura Gregorio hizo estas prácticas como desarrolladora de lenguaje de programación para hacer aplicaciones para Android e iOS y páginas web en la empresa Kultur.
“Y la semana pasada, antes de acabarlas, me dijeron si quería quedarme. Así el viernes terminé mis prácticas de FP y el lunes ya empecé como trabajadora. Tengo un puesto de desarrolladora júnior”, explica la joven de 22 años. Por tanto, la joven encontró trabajo gracias a su FP sin ni siquiera haber concluido su etapa curricular. La empleabilidad de este ciclo, en este sentido, “está cerca del 100 %”, explican fuentes de la U-tad.
Pregunta.– Laura, ¿en qué consiste el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma?
Respuesta.– Un dispositivo Android, un iPhone con iOS o un ordenador tienen aplicaciones. Las hay de todo tipo. Pueden ser las más básicas: un calendario, una calculadora… O las más avanzadas como Instagram, por ejemplo. Pues bien, a nosotros en la FP nos enseñan a programar esas aplicaciones tanto en Android, como en iOS u ordenadores.
De la FP a júnior
En esta semana, la Selectividad ocupa los pensamientos de miles de jóvenes que se enfrentan a ella por toda España. Todos ellos aspiran a acceder a los Grados universitarios que quieren, pero no por ello deben descartar la posibilidad de estudiar una Formación Profesional, que también les puede dar empleo a través de una profesión que les guste.
Ése, precisamente, ha sido el caso de Laura Gregorio, quien siempre había tenido unas brillantes notas. Educada en los colegios San Antón, en Albacete, y luego en el CEIP Gloria Fuertes y el IES La Hontanilla, ambos en Cuenca, la joven explica que siempre ha tenido “una media de 9”. “Siempre me ha gustado mucho estudiar y no se me ha dado mal”, reconoce. Pero, con mucha personalidad, decidió declinar –por ahora– la opción universitaria en favor de un título acorde con sus gustos y que le ha facilitado el acceso al mercado laboral.
Este sector, el de los desarrolladores de aplicaciones, tiene “una horquilla salarial como júnior de entre 1.200 y 1500 euros al mes y, luego, de 1.500 a 1900 euros al mes”, explican fuentes de la universidad. Esto significaría que dentro de uno, dos o tres años, Laura Gregorio podría rozar, en el mejor de los casos, un salario próximo a los 2.000 euros.
Aunque de momento acaba de iniciar su carrera laboral como júnior, ella no olvida su faceta académica. “Aunque ya estoy con un trabajo, me gustaría poder compaginarlo con seguir mi formación. Bien sea con un curso de especialización –una suerte de másters enfocados hacia la FP– de ciberseguridad, por ejemplo, o bien sea mediante empezar el Grado en Ingeniería del Software. Pero tengo claro que quiero seguir formándome a parte de trabajar”, explica la joven del Albacete.
10.200 euros
Lo que ha estudiado Laura Gregorio se trata de un ciclo con mucho presente y mucho mayor futuro. No por nada, hoy vivimos en un mundo en el que las aplicaciones móviles son una parte esencial de nuestra vida. Y de la necesidad de perfiles profesionales que las desarrollen nació la idea de la U-tad de crear el Ciclo de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma.
“Estudiando este ciclo el estudiante aprenderá a desarrollar e implantar aplicaciones para todo tipo de plataformas y dispositivos móviles (Android e iOS), y dispondrá de un programa de prácticas de 370 horas en empresas líderes en desarrollo de software. De esta manera, el alumno podrá afrontar su inserción en el mercado laboral de forma cualificada y competente”, explican desde la propia universidad.
Una promesa de inserción laboral que en el caso de Laura Gregorio se ha cumplido con creces. Sólo ha estado un fin de semana desempleada. La joven, tras pagar los 10.200 euros que valen los dos años de ciclo formativo y superar la FP, ahora empieza su etapa laboral. Una etapa que, como ella misma reconoce, quiere compaginar con continuar su formación.