Kira Miró lleva más de una década trabajando en televisión y cine, convirtiéndose en una de las actrices más solicitadas para multitud de proyectos en la pequeña y la gran pantalla. Sus últimos trabajos han sido en La que se avecina, donde conquistó el corazón de Antonio Recio (Jordi Sánchez) siendo Rosanna; en Pollos sin cabeza de HBO Max, donde encarnó a Mariajo, la exmujer del personaje de Hugo Silva o triunfando en Machos Alfa de Netflix junto a Fernando Gil, María Hervás o Fele Martínez, entre otros. Con ellos, está preparando la tercera temporada de la ficción creada por Laura y Alberto Caballero.
Su estreno más reciente ha sido la serie Perverso, en Prime Video, el spin-off de Parot. La historia se centra en Haro (el personaje de Iván Massagué), un refinado y maquiavélico aristócrata que cumple condena por violación y asesinato, que quiere vengarse de Lucía (Kira Miró), la jueza que lo encarceló, interpretada por la canaria.
Lo que pocos espectadores saben es que Miró es una gran aficionada al deporte, practicando multitud de disciplinas desde muy pequeña como atletismo, golf, salto de trampolín… En la actualidad se ha enamorado de dos relacionados con el mar, el buceo y el kitesurf, haciéndole un guiño a este último en Machos Alfa, donde su personaje, Luz, aparecía practicándolo en uno de los capítulos.
Además, Miró fue la primera ganadora de El Desafío, el programa de Antena 3 donde varios famosos se enfrentaron a retos propuestos por la productora, 7yacción, destacando la de apnea. Gracias a esa victoria, Miró colaboró durante un tiempo con El Hormiguero realizando la sección de los retos, pero la incompatibilidad de su agenda profesional con la preparación de las pruebas hizo que abandonara el programa de Pablo Motos.
La actriz realizó una pausa en sus multitud de proyectos profesionales para atender a EL ESPAÑOL y desvelar esa exitosa faceta deportiva. Siempre ha estado ligada a su éxito delante de las cámaras, llevándola a participar en varias películas y series al mismo tiempo, pero dejándole sus momentos de evasión para volar en su tabla de kitesurf.
De las estudiosas de la clase
Para su trabajo como actriz, Kira Miró cuenta con una gran disciplina para el estudio de los guiones de sus diferentes proyectos profesionales. No obstante, ya desde muy pequeña destacó en los estudios: “En el colegio era súper estudiosa, muy callada, tímida y empollona. Estudiaba muchísimo, me organizaba muy bien y me encantaba sacar buenas notas”, recuerda la canaria.
Desde muy temprana edad se aficionó al deporte, aprendiendo a montar a caballo. “Creo que aprendí antes que a andar”, admite, y de ahí nació su amor por los caballos, compitiendo en Cross (saltos en campo, que es una prueba de hípica que consiste en una carrera de obstáculos campo a través).
Pregunta.– ¿Cómo empezó su afición al deporte?
Respuesta.– En el Colegio Heidelberg, al que iba en Gran Canaria, tenía una profesora de Educación Física que era maravillosa y que nos incidía mucho en la técnica de cada deporte. Comencé por el atletismo, aprendiendo técnicas de carrera y casi siempre me clasificaba para alguna competición hasta llegar al equipo del colegio. Competíamos por las islas y yo hacía 80 metros, vallas y relevos, así ganamos bastantes medallas. De hecho me quedé subcampeona de Canarias, pero porque me caí, tuve un traspiés, pero si no, habría ganado. Como dato curioso, la que era mi profesora de Educación Física es la madre de la tenista Carla Suárez, y con ambas sigo guardando una gran relación.
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P.– ¿Qué más deportes ha practicado?
R.– También jugué al baloncesto y no se me daba mal (risas). Mi puesto era el de base y fuimos subcampeonas de la isla en categoría alevín. Me encantaba el baloncesto. Ya en el instituto me cambié a salto de trampolín y a mis amigas y a mí se nos daba tan bien que nos fichó el Club Natación Metropole, haciendo saltos de cinco y diez metros. No llegué a competir, sólo entrenaba con ellos. Eso sí, ahora mismo, ya de mayor, no me atrevo ni a hacer un mortal (risas). Soy más consciente del peligro porque antes nos dábamos unos espaldarazos… En Madrid tienen como una burbuja de aire en la piscina en la que si te das un barrigazo o un espaldarazo, no duele tanto porque lo llenan de burbujas. Pero en Canarias íbamos a pelo...
Entre medias también jugué al golf y fui al Campeonato de España ganando un par de copas para mi club, y eso que solo llevaba un año practicándolo. Se me dio muy bien en poco tiempo. Aunque no es un deporte, de pequeña también hice ballet, pero ahí no competí, aunque lo practiqué durante ocho años. Ya de mayor me he pasado a los deportes acuáticos como el wakeboard, el buceo, el surf y, hace cinco años, aprendí a hacer kitesurf.
P.– ¿Cuál era el que más le gustaba?
R.– Todos tuvieron su momento y me aportaron cosas cuando los practiqué. Diría que el kitesurf porque es el que más me gusta en la actualidad, el que más disfruto. Pero para mí era un flipe montar a caballo, estar con esos animales todo el día y la adrenalina de saltar, todo eso era brutal. Luego el atletismo, entrenar, ir todas en equipo, los campeonatos escolares o los insulares, era muy guay ir a todo por competir, los nervios antes de participar en una prueba…
P.– ¿Qué le aporta el kitesurf en la actualidad?
R.– ¡Un montón de cosas! Me aporta adrenalina, paz, serenidad, subidón, conexión con la naturaleza... El momento en el que estás navegando por el mar, su inmensidad, el sonido del viento de la tabla con el agua, la comunión con la naturaleza y toda esa libertad que me aporta navegar. También es un deporte que es muy social porque necesitas a alguien que te ayude con la cometa, hay mucho compadreo porque hay que echarse una mano unos a otros. También me aporta la adrenalina de ser un deporte de riesgo, tiene un punto de tensión que da mucho vértigo al inicio.
P.– Y si se le daban tan bien los deportes, ¿por qué optó por la interpretación como carrera profesional?
R.– Pues no lo sé. Creo que cuando se me daba uno bien, cuando destacaba un poco, cambiaba a otro deporte, no me gustaba la rutina. Lo de actriz vino un poco porque me perdí en un momento de mi vida, no sabía qué quería estudiar y decidí probar y seguir los pasos de mi hermano, que estudiaba interpretación. Pero empecé sin ninguna fe, porque decía: "Con lo tímida que soy… no voy a poder salir al escenario". Pero luego fue como reparador, descubrí que en el escenario vencía la timidez y me encantaba, me transformaba. Se convirtió en mi mayor reto.
Familia de artistas
Kira Miró procede de una familia de artistas. Su abuelo Baudilio Miró fue pintor y cineasta; su madre, Marta Miró, fue ganadora de un premio Goya a la Mejor Dirección de Producción en 2016; su hermano Ciro es actor; y su hermana Sarah, concursó en La Voz.
La canaria no para de enlazar proyectos y éxitos. Tras la gran acogida de las dos temporadas de Machos Alfa en Netflix, la actriz presenta un nuevo proyecto, Perverso, que se estrenó el 19 de abril en Prime Video. Da vida a Lucía, una jueza que se verá las caras con el malvado Haro (Iván Massagué) y que contará con la ayuda de Mariana (Esmeralda Pimentel).
P.– ¿Cómo definiría a su personaje en Perverso?
R.– Lucía es la jueza que metió a Haro, el personaje de Iván, en la cárcel hace 10 años. Es una jueza muy vocacional, bastante mediática, obsesionada con hacer justicia y encontrar la verdad. También es muy trabajadora. La serie comienza con un secuestrador que rapta a los ricos y, además, amenaza a Haro, que quiere beneficios penitenciarios a cambio de colaborar. Ahí empieza la investigación y la obsesión de Lucía por encontrar la verdad, por hacer justicia. Es un drama con una serie de sucesos intrigantes que te mantienen totalmente en vilo. Además, Lucía es madre de dos universitarios que le complican bastante la vida, un matrimonio en crisis. O sea que su situación personal y laboral es bastante complicada.
P.– ¿Qué podrán ver los espectadores en Perverso?
R.– Es una serie que muy inquietante, que te mantiene en tensión a cada minuto. Que nada es lo que parece, que todos tienen verdades y mentiras que esconder. Es perversa y adictiva a la vez.
P.– ¿Qué tiene Perverso para que haya querido participar en ella?
R.– El contraste que cualquier actriz quiere tener en su carrera, cambiar de registro respecto a la comedia de Machos Alfa, por ejemplo. Es verdad que llevo mucho haciendo comedia en mi vida y un proyecto así, tan dramático, tan oscuro... Me encantaba cambiar de registro físico e interpretativo, salir de la mítica zona de confort.
También trabajar con Iván me pareció fascinante; con Gustavo Ron, que es un director que también tiene un gran bagaje… todo eran ingredientes que me ilusionaban y me asustaban al mismo tiempo (risas).
P.– ¿Qué tal con Iván Massagué en el rodaje?
R.– Trabajar con Iván una brutalidad porque realmente mi cuerpo reaccionaba ante su personaje, porque está tan inquietantemente, maquiavélico y perverso, que me daba miedo de verdad. Hasta tuve pesadillas con su personaje, no con Iván (risas). Es que Haro es muy perverso y exponerme a esa perversión me daba vértigo.
P.– ¿Qué puede decir de Esmeralda Pimentel?
R.– Con Esmeralda fue un match instantáneo y eso que no nos conocíamos de nada. En nuestro primer día de rodaje nos metieron en una piscina en pleno noviembre y las dos estábamos muertas de frío porque habían quitado la calefacción... La verdad es que lo pasamos mal, pero hicimos mucho equipo, enseguida conectamos muy bien, tanto en el trato personal como en escena. Y la verdad que ha sido súper fácil trabajar con ella.
P.– ¿Recuerda algún momento destacado del rodaje?
R.– La de la piscina con Esmeralda. El frío y las tiritonas unen mucho (risas). Entre plano y plano salíamos corriendo de la piscina y nos íbamos a un baño pequeñito en el que había un calefactor, nos tapábamos con las toallas y decíamos: “Esta parte de la profesión es la que nadie ve, todo el mundo ve sólo la alfombra roja cuando estrenas y vas vestida de princesa. Y nadie vive este frío a punto de la hipotermia, este sufrimiento con los labios morados, la tiritona...”. Pero bueno, eso nos unió, de ahí salimos amigas íntimas.
P.– ¿Le gustaría que se hiciera un spin-off de Lucía? ¿Y ser la protagonista absoluta de una serie? Porque siempre ha hecho ficciones muy corales….
R.– Los personajes de esta serie creo que darían para varios spin-off porque ninguno es plano. Pero si hicieran uno de Lucía yo estaría encantada. ¿Ser la protagonista absoluta? Supone mucha presión en todos los sentidos, tanto física y de día a día como de responsabilidad interpretativa y artística, creo que sí que impone, pero vamos, si me lo ofrecen, yo feliz de la vida.
Creo que Lucía tiene tanto recorrido en Perverso que podría protagonizar su propio spin-off como ha hecho Iván con Haro, pasando de Parot a esta serie. La intensidad dramática que requiere el personaje y el proyecto darían más de sí, aunque el rodaje fue muy duro a nivel emocional.
P.– ¿Y de los personajes que ha interpretado en su carrera habría alguno que le gustaría que tuviera su propia serie?
R.– Recuerdo la serie Fenómenos, que se emitió en Antena 3 en 2012 y donde daba vida a Victoria, una ex Miss España que era la dueña de una radio. Ese personaje me provocaba mucha ternura y me lo pasé muy bien haciéndolo. Se le podría sacar mucho jugo a un spin-off de aquella loca. Estaban en el reparto Javier Mora, Julián Villagrán, Luis Fernández, Alejo Sauras, Mariam Hernández, Ana Polvorosa… Hicimos muy buena pandilla, todos disfrutamos, la serie me gustaba mucho y mi personaje me encantaba.
P.– ¿Qué han supuesto para usted y sus compañeros de profesión la llegada de las plataformas?
R.– Para los actores, la aparición de las plataformas nos ha aportado una bolsa de trabajo mayor. Hay más proyectos y más diversidad a la hora de elegir o, simplemente, comer de esta profesión