Tener altas capacidades intelectuales es un don del que disponen más de 45.000 estudiantes en España según el Ministerio. Sin embargo, y por desgracia, en muchas ocasiones esta habilidad se convierte en una maldición ya que algunos de los alumnos superdotados suelen manifestar una baja autoestima, dificultades para relacionarse e incluso acoso escolar por parte del resto de compañeros. Motivo por el cual cientos de alumnos con altas capacidades tienden a desarrollar la estrategia del camaleón para pasar desapercibidos.
Concretamente se trata de una actitud que suelen llevar a cabo muchos de estos alumnos con el fin de camuflarse y no destacar frente al resto. Desde muy pequeños sienten que no encajan en el molde establecido, de manera que tienden a callar, disimular o mentir para ser aceptados.
Este es el caso ni más ni menos de Jorge Albaladejo, a quien le identificaron que tenía altas capacidades intelectuales a los 39 años. Ahora tiene 42 años y los tres últimos han sido diferentes al resto, porque Jorge ya conoce con certeza quién es y quién ha sido siempre. Obviamente sabía que le costaba encajar o que sus intereses eran muy distintos a los del resto, pero no sabía por qué.
"A raíz de mis vivencias en el colegio, yo desarrollé una capacidad de camuflarme brutal. Digamos que me anulé a mí mismo, anulé mi personalidad con tal de disfrazarme de adolescente normal y encajar en el grupo. Me forzaba a que me gustaran y me interesaban cosas que en realidad no me gustaban", corroboró Jorge a EL ESPAÑOL hace unos meses.
"Tenía pánico a que alguien descubriera que yo no era normal y, de hecho, intenté bajar el rendimiento, pero no lo conseguí. Entonces lo que pasó es que cuando una persona esconde su propia personalidad, se puede provocar una depresión y diferentes problemas emocionales", añade.
El caso de Jorge, no obstante, no es aislado. Resulta muy frecuente que un menor con altas capacidades intelectuales no pueda desarrollarlas como debe en España; y esto se debe en gran parte a que estas personas no son identificadas como tales.
De hecho, es muy común que estos casos a los años acaben suspendiendo o incluso abandonando los estudios, porque aprenden a aparentar inferioridad para ser aceptados.