Casi un millón de alumnos de cuarto de Primaria y segundo de la E.S.O. serán examinados durante los meses de abril y mayo en una nueva prueba conocida como “evaluación de diagnóstico”. Se trata de unos exámenes previstos en la LOMLOE que persiguen objetivos similares a los del informe PISA. Es decir, tienen la finalidad de, como mínimo, comprobar “el grado de dominio (que tienen los estudiantes) de la competencia en comunicación lingüística y de la competencia matemática”, reza la propia Ley Celaá.
O lo que es lo mismo, tanto el Ministerio de Educación como las 17 Consejerías de Educación de las comunidades autónomas buscan, con la evaluación de diagnóstico, medir el nivel que tienen los alumnos de 9 y 10 años y de 13 y 14 años en Matemáticas y Lengua. De esta forma, todos los centros educativos de España, sin excepción, deben realizar estos exámenes, cuyos resultados “se tendrán en cuenta (...) en el diseño de sus planes de mejora”, dice el texto legislativo.
Aun así, la evaluación de diagnóstico “tendrá carácter informativo, formativo y orientador para los centros, para el profesorado, para el alumnado y sus familias y para el conjunto de la comunidad educativa”. Un carácter que perfectamente podría describir el espíritu del informe PISA, publicado cada tres años por la OCDE.
A diferencia de éste, sin embargo, la evaluación de diagnóstico tendrá “un carácter censal” y no muestral, como PISA. Esto hace que todos los alumnos deberán hacer las pruebas, dibujando una fotografía más exacta de la situación de la Educación en España. Una situación educativa que a la luz de los resultados obtenidos en PISA 2022 debe reforzarse con mayor ahínco, ya que los alumnos españoles de cuarto de la E.S.O. obtuvieron, precisamente, los peores resultados de la historia en Matemáticas –con un 473– y Lectura –con un 496–.
17 exámenes y un “mínimo”
La Ley Celaá, por otra parte, prevé que la evaluación de diagnóstico sea “responsabilidad de las Administraciones educativas”. Sin embargo, no será el Ministerio de Educación como tal el que elabore este examen, sino que lo harán las 17 consejerías de Educación de las comunidades autónomas. Como la EBAU, cada comunidad hará su propia prueba. No obstante, según reconocen a EL ESPAÑOL fuentes del departamento de Pilar Alegría, hay unos “mínimos obligatorios” que se deben evaluar sí o sí: Matemáticas y Lengua Castellana.
Es más, “el Instituto Nacional de Evaluación Educativa y los organismos correspondientes de las Administraciones educativas colaborarán en la realización de un marco común de evaluación que sirva como referencia de las evaluaciones de diagnóstico”. De esta manera, se persigue también armonizar lo que se pregunte. Al menos unos mínimos. Sin embargo, las autonomías tendrán potestad para examinar otros contenidos si así los consideran.
Ejemplo de ello sería Navarra, que aparte de evaluar entre el 8 y el 11 de mayo la “competencia en comunicación lingüística” del castellano, también lo hará del inglés y del euskera, lengua cooficial en la comunidad foral. También medirán los conocimientos de los niños y adolescentes en ciencias.
En Galicia, por ejemplo, la consellería evaluará el 10 y el 11 de abril las competencias de los alumnos sobre el gallego, su lengua cooficial, y sobre una lengua extranjera, aparte de los “mínimos”. La lengua extranjera “puede ser alemán, francés, inglés o portugués, en función de la lengua de elección en cada centro”, explica el departamento de Educación de la Xunta.
En el caso gallego, además, “las pruebas estarán constituidas por cuadernos para cada una de las competencias a evaluar y los contenidos de las mismas versarán sobre los objetivos de área y de materia recogidos en los currículos de estas asignaturas para cada uno de los cursos. Como suele ser habitual, con carácter general, las pruebas serán aplicadas y corregidas por profesorado del centro que no imparta docencia al alumnado evaluado”.
Aun así, todavía no se conoce cómo será la evaluación de diagnóstico en cada una de las 17 comunidades, pero sí se sabe que se hará cada año a partir de este curso.
La Evaluación General del Sistema
Pese a todo, la LOMLOE no sólo regula las evaluaciones de diagnóstico, sino que prevé también establecer una “evaluación general del sistema”. Si cabe, esta evaluación incluso será más parecida a las características que tiene el informe PISA, pues en este caso se hará “con carácter muestral y plurianual”. PISA hace el informe cada tres años, también con una muestra de los alumnos de los países de la OCDE.
Para más inri, esta prueba estará destinada para los alumnos de sexto de Primaria y de cuarto de la E.S.O., guardando así otra similitud con PISA, cuyo examen está destinado a los alumnos del último curso de Secundaria obligatoria.
Nuevamente, esta evaluación, que no entrará en vigor hasta el curso 2024/2025 para Primaria y el curso 2025/2026 para Secundaria, tiene un “carácter informativo, formativo y orientador para los centros e informativo para las familias y para el conjunto de la comunidad educativa”, dice la ley, con el fin de mejorar el sistema.
En este caso, no obstante, se evaluarán “las competencias establecidas en el currículo y se desarrollarán en la enseñanza Primaria y Secundaria”. Aún no se sabe cómo serán los contenidos de este otro PISA español, pero sí que los exámenes serán iguales en toda España. Para ello, la Conferencia Sectorial de Educación velará para que estas evaluaciones se realicen “con criterios de homogeneidad”.