Silvia, madre de los niños de Castro Urdiales.

Silvia, madre de los niños de Castro Urdiales.

Reportajes

Broncas, peleas y las malas notas: el cóctel que hizo que los niños de Castro Urdiales mataran a Silvia

El mayor de los hermanos revela que vivía una situación con sus padres adoptivos que le llevaba al límite. No obstante, no utiliza esto para justificar el crimen. 

9 febrero, 2024 13:53

La muerte de Silvia López Gayubas, la madre de 48 años asesinada por sus dos hijos, de 15 y 13, en Castro Urdiales, ha conmocionado al municipio cántabro. En estos momentos, la investigación se está centrando en conocer qué fue lo que motivó a los menores a cometer el matricidio. En un principio, podría estar relacionado con una discusión por malas notas. 

El hermano mayor, que es quien, de momento, se cree que es el responsable de la muerte de la mujer, tal como ha explicado el periodista Alfonso Egea en 'Vamos a ver', ha contextualizado una situación en casa de "peleas, broncas y reproches académicos. De una situación con sus padres adoptivos que le llevaba al límite". No obstante, Egea ha revelado que el menor no utiliza esto para justificar el crimen cometido. 

Ocurrió en la madrugada del pasado jueves. Sin embargo, era algo que ya se estaba fraguando entre las siete y las ocho de la tarde del mismo día. El periodista cuenta que "a las cinco de la tarde, en esa casa todo era normal. Los niños venían del colegio, Silvia los traía, hay una primera pelea porque al mayor le han suspendido en una asignatura, pero esa pelea no va a más. La tarde sigue discurriendo y el pequeño tiene una actividad extraescolar". 

[Silvia López sólo dejaba salir a sus hijos para ir a misa en Castro Urdiales: “Tenían pocos amigos”]

Todo se tuerce entre las 19:30 y las 19:45 horas. Los tres se encuentran en la cocina de la casa, donde ocurre una discusión más grave en la que Silvia, según ha podido relatar el mayor de los hermanos, "le vuelve a reprochar el resultado académico y, de un momento a otro, se pasa a la locura". 

Silvia López, con sus dos hijos, el dia de la comunión de su hijo menor, en 2020.

Silvia López, con sus dos hijos, el dia de la comunión de su hijo menor, en 2020. E.E.

"Él dice que con un cuchillo que hay en la cocina, de esos que están en un soporte de madera, arremete contra la madre. Llama la atención que hay una primera herida muy certera y mortal en el cuello, luego es incapaz de explicar qué ocurre con la otra docena de heridas que tiene el cuerpo. Parece que es de una locura de violencia que se desata en ese instante. A partir de ahí la improvisación", detalla Egea al programa de Telecinco. Según sigue relatando, el menor de los hermanos aseguró haber sido testigo del crimen y ayudar a su hermano en lo que ocurrió después. 

También el periodista Víctor Serrano ha señalado a 'Espejo Público' que, según el entorno de los menores, no habían dicho que les pegaran en casa, aunque sí presentaban moratones y lesiones en el cuerpo. Además, los compañeros del hermano mayor le describen como un niño estudioso, que no había tenido problemas hasta este curso, cuando empezó a suspender varias asignaturas y que el menor estaba muy preocupado.

De hecho, este mismo estaba visitando a la orientadora del centro escolar y un compañero ha manifestado que observó que tenía la tarjeta de una psicóloga. "Le dijo que preferiría estar en cualquier parte antes que en su casa, que prefería estar en un reformatorio. No era violento, aunque sí le califican de raro. Además, era el único de todos ellos que no tenía WhatsApp", ha detallado Serrano. 

El juez de menores Emilio Calatayud apunta al programa de Antena 3 que "los niños son niños y a veces se producen estos acontecimientos". "El menor de los hermanos, el de 13 años tiene que estar en un centro de protección de menores por la vía de servicios sociales. Se le ha internado 6 meses prorrogables por otros 3 meses. Dentro de 9 tiene que estar el juicio celebrado", ha contado.

Intento de secuestro

El cuerpo de Silvia López fue encontrado por agentes de la Guardia Civil con una bolsa de plástico en la cabeza y una puñalada en el cuello en el interior de su coche empotrado en el garaje de la casa. Los menores intentaron hacer creer que en vez de un crimen había sido un intento de secuestro en el que ellos estaban intentando también ser secuestrados.

Y es que la madre de Silvia y abuela de los menores habló por teléfono con los críos poco después de las nueve de la noche y uno de ellos le contó que les habían intentado secuestrar. A la señora le pareció tan raro que fue ella misma quien llamó a la Guardia Civil: "Nuestros nietos nos han llamado diciendo que están secuestrados". 

Fuertes convicciones cristianas

La mujer trabajaba como celadora en el Hospital Universitario de Cruces, en Barakaldo (Vizcaya). Estaba muy involucrada con la religión. De hecho, era catequista en la iglesia del Sagrado Corazón de Castro Urdiales, asistía los domingos a misa y acudía a retiros espirituales femeninos de la asociación Pleamar. Los menores estudiaban en el colegio Menéndez Pelayo, un centro privado católico. También la madre los llevaba a una asociación juvenil llamada Tallaviento, de inspiración cristiana. 

Desde el colegio cuentan que los menores tenían pocos amigos, no interactuaban con casi nadie, no utilizaban el móvil y no salían solos a la calle. Al parecer, tampoco existen indicios de acoso escolar. Su único ocio era asistir a celebraciones religiosas con sus progenitores. La alcaldesa del municipio cántabro, Susana Herrán, aseguró en una comparecencia pública que según sus informes los menores "no eran conflictivos" y tenían un expediente académico "excelente"