La tragedia de la familia Solans es doble. Fernando hijo murió intentando luchar contra el fuego en Chile y su padre, también piloto, lo hizo también en un avión cuando venía de hacer labores de fumigación en África.
Fernando Solans Robles, de 58 años, residía en Sevilla, estaba casado y tenía dos hijos. Contaba con una amplia experiencia en vuelos comerciales y, en más de una ocasión, se encargó de transportar a la plantilla del Sevilla F.C. en alguno de sus partidos internacionales.
Fernando era aficionado de este club y gustaba de saludar desde cabina a la escuadra sevillista. Él se educó en el Colegio Alminar, en La Motilla, y sus hijos lo han hecho en el Portaceli, también en Sevilla. Aunque toda su familia reside en la capital andaluza, Fernando se encontraba vivieno al otro lado del Atlántico en el momento de su muerte.
Anteriormente había trabajado para compañías como Líneas Aéreas Navarras (LAN), Clickair, Vueling y Air Nostrum. Hasta ahora se encontraba al servicio de PLYSA, una empresa española que opera conjuntamente con una compañía local chilena dedicada a la extinción de fuegos.
Esto se da a través de una UTA con la firma Air Andes Spa, que también se dedica al combate aéreo de incendios en colaboración con CONAF (Corporación Nacional Forestal).
Pecisamente se encontraba operando bajo las órdenes de CONAF en el momento del siniestro. Según han informado los medios locales, Fernando perdió el control de la avioneta mientras se encontraba en una labor de extinción.
Tras colisionar contra unos cables del tendido eléctrico durante un vuelo de baja altura, Fernando impactó contra una autopista cercana a la ciudad de Talca, que se halla a unos 250 kilómetros al sur de Santiago de Chile, capital del país andino. Un vídeo de una testigo muestra cómo la avioneta se estrella contra la carretera.
El accidente provocó heridas de diferentes grados en tres personas que circulaban por la autopista. Fernando, sin embargo, falleció in situ. La familia ha exigido que se realicen investigaciones para que se esclarezcan todos los detalles del siniestro.
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Se ha conocido una casualidad que ha llamado la atención de la gente: el padre de Fernando Solans también falleció en un accidente aéreo. Como su hijo, se dedicaba al pilotaje. El padre de Fernando Solans era piloto civil y murió mientras cruzaba el Estrecho. Venía de realizar labores de fumigación en África.
Con Fernando, ya son tres los pilotos españoles que han fallecido en servicio en las regiones andinas durante los últimos años. Ricardo García-Verde Osuna falleció en diciembre de 2016 cuando luchaba contra los incendios en la región chilena de Bío Bío. También Ricardo trabajaba para CONAF.
Luis Sevillano, por su parte, tenía de 34 años cuando, el año pasado, falleció en un accidente aéreo mientras trabajaba en esta peligrosa labor: la extinción de fuegos. Esto sucedió en el sur del país, concretamente en la región de La Araucanía, a 750 kilómetros de Santiago.