Albert Einstein es conocido a nivel mundial principalmente por su Teoría de la Relatividad, ganando además en 1921 el Premio Nobel de Física. Sin embargo, además de dejar un gran legado en el campo de la física, también hizo una gran aportación a la forma en la que vemos la vida. Sus reflexiones sobre la felicidad y el sentido de la vida son muy interesantes e incluso expuso una serie de enseñanzas para ayudarnos a ser más felices.
Corría el mes de noviembre de 1922 y uno de los mayores genios de la historia se alojaba en el Hotel Imperial de Tokio. Einstein viajó a Japón con fines académicos, hacía poco que le habían otorgado el Premio Nobel de Física y fue recibido como una celebridad en el país. Así, un mensajero japonés entró al Hotel Imperial, donde Einstein se alojaba, para entregarle una carta. No se sabe si el mensajero, según los hábitos locales, se negó a aceptar propina o si el físico no llevaba dinero suelto encima en ese momento. Lo que está claro es que Einstein no quiso que el muchacho se fuera de allí con las manos vacías y le escribió allí mismo dos notas, a mano y en alemán, advirtiéndole que esos papeles tendrían valor en el futuro.
Una de las notas, en la que aparece el membrete del Hotel Imperial de Tokio, dice textualmente que "una vida tranquila y modesta trae más felicidad que una búsqueda constante de éxito, unida a una agitación constante". La otra, escrita en un sencillo papel blanco, dice simplemente "donde hay voluntad, hay un camino". Hoy, las famosas frases escritas por el Nobel en aquellos papeles han sido bautizadas como la teoría o fórmula de la felicidad Einstein.
Desde este punto de vista, Einstein entendía la felicidad como un camino y no como un destino. Atreverte a lograr tus objetivos, no rendirte, la búsqueda del conocimiento y la generosidad hacia los demás eran las claves de felicidad para Albert Einstein.
[El día que en el que el físico Albert Einstein rechazó la oferta para ser presidente de Israel]
La filosofía que transmite el físico está en línea con la idea japonesa del ikigai. Cuando Einstein habla de la importancia de tener un propósito en la vida, hace un planteamiento similar al que proponen los nipones cuando dicen que tener un propósito vital es lo que otorga la felicidad. En la cultura japonesa, esta idea habla de que, al tener un objetivo, las personas encuentran un motivo para sentirse motivadas y para tener perspectiva. Tener algo por lo que merece la pena vivir nos motiva, nos alimenta, nos da perspectiva. Para Einstein ese caminar hacia la meta iba de la mano de vivir con una mente abierta y curiosa, además de buscar la paz y la comprensión.
Casi 100 años después, se ha demostrado que Einstein tenía razón, y que esas dos notas valían mucho más que una propina. De hecho, el sobrino de este mensajero ha recaudado con ellas un millón y medio de dólares en la Casa Winner's Auctions de Jerusalén.
Mientras que las notas, previamente desconocidas para los investigadores, no tenían ningún valor científico, es cierto que pueden arrojar luz sobre los pensamientos privados del gran físico cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de genio, de acuerdo con Grosz.
Los puntos clave de Albert Einstein para ser feliz
- La curiosidad: "Nunca pierdas una sagrada curiosidad" dijo Einstein, ya que para él era un valor muy importante a la hora de alcanzar la felicidad. Siempre se mantuvo curioso y preguntándose por qué las cosas funcionan de cierta manera. Quizás esto fue lo que le llevó a descubrir sus grandes logros científicos, que le hicieron aprender y crecer más.
- La creatividad: "La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, mientras que la imaginación no tiene límites". Para el científico, la creatividad era mucho más relevante que el conocimiento, debido a que permite a cada uno encontrar soluciones innovadoras a los problemas.
- Resilencia: No rendirse ante el fracaso era clave en la forma de ver la vida de Einstein. De hecho, fracasó muchas veces antes de alcanzar sus mayores logros. Cuando esto sucedía, en vez de frustrarse y venirse abajo, lo veía como una oportunidad para aprender y mejorar.
- Valorar lo simple: Para el físico, la simplicidad era la clave de la verdad. Si no puedes explicar algo de manera simple, entonces no lo entiendes lo suficiente.
- Pensar por ti mismo: Para él era fundamental ser un pensador independiente, no aceptada la sabiduría convencional y siempre cuestionaba las creencias establecidas. Para tener éxito y ser feliz, creía que era importante tener la valentía de ser un pensador independiente.