Ion Aramendi se ha convertido en uno de los presentadores de más éxito de 2023 gracias a dos programas que han conquistado a la audiencia de Telecinco pese a ser formatos totalmente diferentes: Reacción en cadena y el debate de Gran Hermano VIP.
A finales de 2022 estrenó el concurso que, poco a poco, ha ido mejorando su audiencia hasta estabilizarse en las tardes de Telecinco. Mucha culpa de ese éxito la comparten el presentador y Los Mozos de Arousa, que llevan más de 130 programas participando y acumulando dinero, rozando ya el millón de euros. “Con Reacción en cadena estoy encantadísimo porque ver cómo va creciendo un proyecto del que tú has formado parte desde cero, ver cómo se va asentando, como vas fidelizando al público día tras día es la mayor felicidad que hay. Es, además, un concurso súper chulo que tiene un gran potencial y un largo recorrido. Me lo paso bomba grabando”, reconoce el presentador.
El donostiarra cree que el balance de este año de emisión de Reacción en cadena es “extraordinario”, pese a la “montaña rusa de emociones que hemos vivido”. Aramendi considera que cualquier formato que empiece de cero requiere que se tenga un poco de paciencia con él y se crea mucho en el proyecto, como ha hecho Mediaset. Considera que han tenido la suerte de que esto haya sido así, de lograr asentarse, tener muy buenos datos y todavía con margen de mejora. “El recorrido que tiene este programa es hacia arriba y durante mucho tiempo. Estoy muy orgulloso porque además estamos en la franja que creo, es la más complicada de la televisión”, admite.
Sobre el tanto por ciento de culpa que tienen Borjamina, Raúl y Bruno en ese éxito, el conductor del programa asegura que “son maravillosos, en primer lugar, porque son buenísimas personas y, segundo, porque juegan fantástico y enseñan a jugar a los que están en casa. Aportan un buen rollo increíble al programa, mucha humildad y una capacidad de trabajo en equipo y de apoyarse los unos en los otros admirable”.
Eso sí, pese a la familiaridad que hay entre ellos tras meses de concurso (y que a Borjamina le conocía también de su participación en El Cazador de RTVE), Aramendi deja muy claro que no tiene ninguna preferencia con ellos respecto al resto de participantes que acuden a diario al concurso: “Hay una relación de confianza extraordinaria, pero cada uno estamos en nuestro sitio, ellos son los concursantes y yo el presentador y esto tiene que mantenerse así para que funcione, no pueden ser mis colegas. No me comunico con ninguno de ellos fuera de plató porque están concursando y hay que seguir unas reglas”, asegura el presentador.
Sobre su otro programa que presenta, los debates de Gran Hermano VIP los domingos en Telecinco, destaca que siempre ha sido un fanático del formato como espectador y que poder formar parte de él le parece un auténtico regalo. “El domingo era el día que menos me gustaba de la semana, pero desde que estoy haciendo el reality se ha convertido en mi favorito. Estoy encantado y enamorado de lo que estoy haciendo”, confiesa.
Y es que “Gran Hermano VIP me aporta vivir la experiencia de un reality, son muy loco de la telerrealidad, me encanta el juego psicológico que tiene. Además, este formato viene respaldado con una productora como Zeppelin, que son auténticos maestros en el arte de este tipo de programas”.
El test navideño
EL ESPAÑOL ha contactado con el donostiarra para hacer un balance de este exitoso 2023 y para saber cómo afronta 2024 gracias al test navideño que se ha sometido.
Pregunta.– ¿Qué producto nunca falta en su mesa?
Respuesta.– No faltan nunca las anchoas del Cantábrico, a ser posible de Santoña. Soy fanático desde que era pequeño, cuando sacaba buenas notas o cuando me querían hacer un regalo de cumpleaños y no sabían qué darme, siempre pedía la pandereta, como se llama a la lata de anchoas redonda que tiene tres pisos. Tampoco pueden faltar los huevos rellenos o los chipirones en su tinta de mi madre, que para mí son platos muy míticos.
P.– ¿Es del team de Pedroche y sus transparencias o es de los que prefiere a Ramón García con capa?
R.– En mi casa siempre se han visto las Campanadas en Televisión Española, soy de la capa de Ramón García, soy un clásico. Tengo 46 para 47 años, cuando era pequeño no existían las autonómicas como ETB, solo estaban La 1 y La 2 y veía a Ramontxu, Anne Igartiburu... Me hace mucha ilusión que este año vuelva Ramón.
P.– ¿Alguna pelea mítica que recuerde con su suegro/a, cuñado/a o familiar que se pueda contar?
R.– Mi familia política, afortunadamente, es súper pacífica y tranquila. Mi familia que no es política, mis hermanos y mis padres, somos muy beligerantes y de discutirlo absolutamente todo. Como buenos vascos, somos de enseguida gritar o dar un golpe en la mesa por cualquier tema de debate.
P.– ¿Qué cosa loca le pide al próximo año?
R.– Pido hacer muchos bolos con la banda que tengo con los padres del colegio de mis hijos con las que hacemos covers. Me encanta. Nos llamamos Pinone, como el mítico jugador de baloncesto que estuvo en Estudiantes. Era un jugador con una apariencia no demasiado baloncestística, pero con una efectividad increíble. Eso nos define porque no somos de apariencia rockera, pero tenemos mucha efectividad (risas).
P.– ¿A quién daría la amnistía este año más allá de Puigdemont?
R.– A Pedro Piqueras, porque soy fiel seguidor desde siempre y me da mucha pena que se jubile. Me hace mucha ilusión que venga Franganillo con el que compartí cadena en RTVE cuando yo estaba haciendo El Cazador, creo que es una persona que va a aportar mucho a la Mediaset. Pero le concedo la amnistía a Pedro Piqueras porque para mí la frase “espeluznantes imágenes” y su manera de contar las noticias siempre me ha atrapado. Es un tipo magnético fantástico.
P.– ¿Con qué político cenaría en Nochebuena? ¿Y en Nochevieja?
R.– En Nochebuena con el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, me cae muy bien. Para Nochevieja, Miguel Ángel Revilla, que tiene pinta de ser muy divertido contando anécdotas toda la noche.
P.– ¿Quién sería su mediador para resolver lo que pasa en España?
R.– Iñaki Gabilondo, me parece una de las personas más coherentes y sensatas que he conocido.
P.– ¿Quién ha sido el gran triunfador de 2023 y quién será en 2024?
R.– De 2023, la selección femenina de fútbol, han sido las grandes estrellas. También Roberto Leal, que aunque coincidamos en franja, es un gran presentador y lo único que queremos los dos es seguir trabajando. ¿Del año que viene? Creo que va a ser Ángel Stanich, compositor y músico al que tengo mucho cariño.
P.– ¿Un libro y un disco para 2024?
R.– El libro de Ángel Martín, Detrás del ruido: Todo lo que aprendí para rehacerme por completo y mantener la cordura, que me lo he comprado. Me encantó el primero, Por si las voces vuelven, y me parecen ambos obras maravillosas. Y disco… el último de Belako (un grupo de postpunk español de la localidad de Mungia, en la provincia de Vizcaya, cuyas canciones están cantadas mayoritariamente en inglés, aunque también incluyen alguna canción en euskera), me flipan.
P.– ¿Cuánto durará el Gobierno de Sánchez?
R.– No soy un gran experto en política. Yo qué sé, supongo que sí, pero no lo sé.
P.– ¿Qué restaurante recomienda para el año que viene?
R.– El Sacha en Madrid (C. de Juan Hurtado de Mendoza, 11).
P.– ¿Con qué político compartiría un décimo?
R.– Con Miguel Ángel Revilla.
P.– ¿Con qué político adornarías mano a mano el árbol de Navidad?
R.– Adornaría el árbol con José Luis Martínez Almeida, el alcalde de Madrid. Seguramente se le caería algún adorno al suelo o tiraría el árbol (risas).
P.– ¿Cuál sería el regalo de Papa Noel o Reyes Magos que pediría?
R.– Solo pido salud, que mi familia esté bien y que todos los problemas se superen. No pido nada material, como mucho unas zapatillas o un jersey nuevo.
P.– ¿Con qué político o personaje famoso te tomarías las uvas? ¿Por qué?
R.– Con Alfredo Landa me habría encantado tomármelas, me encantaba. Es más, cuando pensamos el nombre del grupo nos pensamos ponerle el suyo, aunque al final optamos por Pinone. También con Walt Disney, seguro que tendríamos una conversación curiosa.
P.– ¿A qué político le daría carbón por este 2023?
R.– José Luis Escrivá, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se merece carbón porque debería reconocer lo que es un atril y lo que es un vaso. Es lo mínimo que se le pide a un ministro…
P.– ¿El mejor y el peor regalo de Reyes que le han hecho?
R.– El TCR, que era una versión como de marca blanca del Scalextric donde los coches cambiaban de carril y nos gustaba mucho a mis hermanos y a mí. También la Master System II, que fue la primera consola que entró en mi casa o la cámara de vídeo casera que utilizábamos para hacer cortos. El peor regalo, la infinidad de colonias que no eran de niño, sino de adulto tipo Jack’s o Brummel. Era imposible ponérmelas de lo fuerte que olían.