En España faltan albañiles. Tanto para reformas como para construcción, la Confederación Nacional de la Construcción y la APCEspaña, la patronal de los constructores, llevan años advirtiendo de que escasea la mano de obra. La carencia va desde distintos oficios de albañilería a los jefes de obra, con especial afectación en grandes urbes, islas y alguna zona de costa. El sector es unánime al señalar que esta escasez se debe a la falta de relevo generacional, un problema que está afectando al sector promotor. Lo sabe bien Ming Chen, quien llegó a España con 29 años y hoy está al frente de Construchen, con una plantilla de albañiles chinos que no para de trabajar... construyendo, sobre todo, casas de lujo.
Tiene su mérito porque Construchen es famosa por sus impecables acabados. También porque Ming llegó a España desde la provincia de Zhejiang, al sureste del país, hace solo 10 años. En Madrid ya estaba su hermana. "En aquella época China no estaba tan avanzada, por eso la mayoría vinimos en aquella época, y mayoritariamente desde Zhejiang", cuenta en un perfecto castellano, dilapidando estereotipos: su pronunciación es tan buena que no se le pasa una erre.
Tiene a su cargo a 16 albañiles y a 8 ayudantes. "No todos hablan español. Solo algunos. Por eso los encargados me llaman a mí: dile a éste que haga esto, o que empiece por aquí", señala.
[Esta es una de las casas más caras de España: dónde está y cuánto cuesta]
En realidad, en China Ming era diseñador. "Pero cuando vine, mi cuñado tenía una empresa de construcción con dos o tres socios que quebró. Así que me dije: voy a retomarla". Se metió en el sector en 2007. Él mismo trabajó mucho en Ibiza, reparando artesanalmente los azulejos desportillados de hoteles de lujo y dejándolos impecables.
-¿Cómo es la cuadrilla?
-Muy trabajadores. Estamos muy demandados y tenemos mucho trabajo.
En determinados territorios del país, hay lista de espera de hasta 4 meses para contratar albañiles. Ming subraya que, en su caso, "voy calculando. Ahora tenemos una obra que acaba en diciembre, pues entonces apalabro otra. Intento encajar una con otra".
Actualmente su cuadrilla de albañiles tiene 3 grandes obras en ejecución, así que más o menos sabe las fechas en las que las acaba para, inmediatamente, meterse de lleno en otras.
Sobre todo trabajan en obra nueva y en obras grandes. "También hacemos algún trabajo pequeño, pero pocos. Pero si puedo, los atiendo también", aunque es sí, nada de reformas. "Preferimos obras grandes", subraya. Partiendo de cero.
-En España hay un dicho con los albañiles: que les pasa como a los cirujanos, que se sabe exactamente cuando abren pero no cuando cierran. ¿Vosotros sois de cumplir plazos?
-Sí (carcajada). En las obras que dependen de mí, o de nosotros, obviamente si falla el de delante, en materiales o lo que sea, pues nos afecta. Pero si no, nosotros más o menos cumplimos. Quizá trabajamos a un ritmo más rápido, ahora que escasean los oficiales de obra pues quizá se nota más la diferencia.
Ahora se encuentran trabajando en Madrid en un edificio de viviendas en el barrio de Cañaveral, en varias en el barrio de Salamanca y en Pozuelo de Alarcón. Su cliente principal es Construcciones San Martín, la empresa constructora más antigua de España, fundada en Navarra en 1890. En Pozuelo están en la selecta La Finca, una de las urbanizaciones de lujo más conocidas de España y preferida por los jugadores del Real Madrid. En La Finca han residido o residen Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, Raúl o Fernando Torres.
Sin diferencias
La cuadrilla se encuentra trabajando en las obras de la segunda fase, y también participaron "en la fase de abajo, en la primera, indica Ming.
-¿Qué diferencia hay entre construir una vivienda de lujo a una más accesible?
-La de lujo entraña más dificultades. Pero a nosotros en realidad a la hora de construir nos da lo mismo que una vivienda cueste dos millones o 200.000 euros. Nos pagan igual. El margen es mayor, pero por precio unitario es lo mismo.
Para llegar aquí, Ming y su cuadrilla han pasado lo suyo. "Yo ahora estoy muy contento, pero al principio es verdad que nos contrataban empresas constructoras malas. Pero ahora los clientes que tengo están muy bien".
El tajo comienza a las 8 de la mañana. Ming no suele estar a pie de obra, a no ser que se le requiera como intérprete para traducir alguna indicación. "No hace falta que esté yo, que estoy dando vueltas por las distintas obras. Los trabajadores saben perfectamente lo que tienen que hacer".
Porque, explica, en fases de urbanizaciones como La Finca, "de 96 viviendas en la que trabajamos actualmente", se construyen totalmente "una o dos", a modo de muestra y lo que se hace es que se replican las demás exactamente igual que las viviendas piloto. "Por eso van solos".