El trato de Ginés con el Ayuntamiento de Totana: recolecta sus 200 olivos decorativos y vende aceite
El Consistorio autoriza a un vecino que estaba parado a recoger los 500 kilos de aceituna de los árboles ornamentales de jardines, calles y medianas.
26 octubre, 2023 14:02Cada vez que los vecinos de Totana escuchan el grito de '¡oro líquido!' por algún parque de juegos infantil, una plaza o la mediana de alguna avenida, ya saben que Ginés Serna anda manos a la obra con su cuadrilla, para recoger la aceituna de los cerca de 200 olivos ornamentales que tiene esta localidad murciana -conocida allende sus fronteras como la ciudad alfarera por la calidad de su artesanía-. Ahora también la van a conocer en toda España por una medida inusual: el Ayuntamiento ha autorizado a un vecino que estaba en paro, a recoger los olivos decorativos, para que su fruto no acabe desperdiciado por el suelo.
El último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) refleja que el precio de un litro de aceite de oliva ya cotiza a 8,72 euros en cualquier supermercado, de modo que el trato entre Ginés Serna y el Consistorio de Totana se antoja interesante.
"Le he pedido permiso al Ayuntamiento para recolectar los olivos que decoran el casco urbano porque somos gente trabajadora que estamos 'paraos', cada año veía que esos árboles estaban 'abandonaos', la oliva se caía al suelo debido a que no se recogía y la gente se quejaba porque pisaban las aceitunas en la acera", tal y como explica Ginés a EL ESPAÑOL, junto a tres olivos ornamentales bien hermosos, plantados en la acera de la parada de autobús que hay en el Pabellón de Deportes Manolo Ibáñez. "Es una lástima que acabe por el suelo un producto que se puede aprovechar por la gente en paro: ¡El aceite de oliva está carísimo!"
No habla en vano Ginés, conocido como 'El Serna', ya que los técnicos del Consistorio calculan que "puede rondar los 500 kilos de aceituna" el montante de esta peculiar campaña de aceite de oliva, con denominación de origen 'casco urbano de Totana'. "Yo no me voy a quedar gratis esta aceituna", advierte este jornalero, de 55 años, convertido en el capataz de una cuadrilla compuesta por otros cuatro vecinos que también estaban parados, como Jerónimo Ballester o Juan Fernández. "Cuando terminemos de recolectar, vamos a podar y clarear los olivos, limpiar sus centros y rebajar la copa porque algunos árboles están como en la selva".
En el quid pro quo radica la clave de la autorización municipal que permite a Ginés Serna recolectar los casi 200 olivos ornamentales que hay repartidos por jardines, aceras, avenidas y entornos de edificios públicos, así como zonas verdes del Santuario de la Patrona Santa Eulalia de Mérida. Incluso puede varear los olivos de las rotondas de la carretera que comunica Totana con la pedanía de El Paretón y el Polígono Industrial El Saladar. "A cambio del permiso, este vecino realiza la poda de todo el censo de olivos repartido por el casco urbano y La Santa", tal y como subraya un portavoz del Ayuntamiento.
"Ese trabajo antes lo realizaban operarios municipales de la Concejalía de Servicios a la Ciudad que debía movilizar a tres personas". Esta medida excepcional supone un "ahorro económico" para las arcas municipales, pero este portavoz del Ayuntamiento aclara que la decisión también se ha adoptado por otro motivo: "Aparte de la suciedad que generaba el fruto en la vía pública, en los últimos años, se había detectado que los desconocidos la recogían, con alevosía y nocturnidad, provocando algún conflicto vecinal".
Lo que ocurre ahora es que esta medida adoptada por el Consistorio totanero, en plena crisis inflacionista del aceite de oliva, puede sentar un precedente en el resto de administraciones locales de la Región de Murcia y de todo el país, ya que es tan sencillo como solicitarlo por escrito a la concejalía competente.
Así lo ha hecho Ginés Serna Belmonte, empujado por los paros temporales que sufre cuando no puede engancharse a algún tajo agrícola como le estaba pasando ahora: "Llevo toda la vida en el campo, excepto dos años y medio que trabajé en ElPozo". EL ESPAÑOL acompaña a la cuadrilla de 'El Serna' para ver cómo recolectan por el casco urbano: "Hay dificultades a la hora de recoger la aceituna porque no estás en el campo y aquí hay tráfico, los vehículos no dejan de pasar, te estorban, y tenemos que cortar la circulación para que no se produzcan accidentes".
De hecho, en cuanto 'El Serna' y sus jornaleros, Jerónimo y Juan, se bajan de la furgoneta en la calle Pliego, lo primero que hacen es delimitar una zona de seguridad entre el punto de recolecta, el tráfico rodado y el paso de los peatones. "No queremos que nadie se lisie ni tampoco que nos pisen las aceitunas", remarca Ginés, luciendo un característico pendiente con 'diamante', al más puro estilo Cristiano Ronaldo. "Colocamos unos conos y a partir de ahí, cada uno tiene su misión: desplegar el manto, sacar cajas, enchufar a una batería los dos vareadores eléctricos…".
Ginés siempre empuña una vareadora con sus manos plagadas de surcos, como una parcela agrícola, fruto de hacer podas y segar romero por el monte desde que era un zagal. "Trabajamos como un jornal en el campo: de ocho de la mañana a cinco de la tarde". La media hora de almuerzo también es sagrada, con la particularidad de que al no estar en una finca, tienen la posibilidad de acercarse a algún bar del pueblo, incluso a la terraza del Club de Petanca de Totana para tomarse un 'agua de Espinardo': una cerveza escarchada de Estrella de Levante. "Esto lo hacemos como si fuésemos una familia: en la cuadrilla somos entre 3 y 5, en función del día".
- ¿Qué les dicen los vecinos cuando les ven vareando un olivo en una acera o en un parque infantil?
- Ginés Serna: Comenzamos la recolecta hace una semana, en el Jardín de Tierno Galván. Hay personas que nos han dicho que ya era hora de que hubiera gente que recolecte los olivos para que la aceituna no se caiga al suelo, sin aprovecharla. Los vecinos ven bien lo que estamos haciendo porque los árboles se quedarán podados y bien curiosos y así evitamos caídas de la gente por la aceituna que terminaba sobre la acera. También hay otros vecinos que nos piden cuatro o cinco kilos de aceituna para irse a la almazara a sacarse ellos unos litros de aceite de oliva (risas).
Tal comentario vecinal es de los más repetidos, a la vista de que este producto es más oro líquido que nunca. El último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios revela que el precio medio del aceite de oliva virgen extra, de marca blanca, en los supermercados españoles, es un 6% más caro que en Italia, un 16% más caro que en Francia y un 27% más caro que en Portugal. La OCU reclama inspecciones al Ministerio de Agricultura para garantizar "el correcto funcionamiento de la cadena alimentaria", ya que considera que "no es lógico que el aceite de oliva resulte más caro en España, siendo nuestro país el primer productor mundial".
La escalada del precio de este producto ha motivado memes que se han viralizado. Valga como ejemplo: el montaje de una foto donde aparecen agentes de una empresa de seguridad privada, transportando garrafas de aceite hasta un vehículo blindado, en vez de custodiar las habituales bolsas con la recaudación de cualquier negocio. En el caso de los olivos decorativos de Totana, a la cuadrilla de 'El Serna' también le van a poner escolta porque "algunos árboles son de la variedad cornicabra". Un portal especializado en el sector agrícola recoge que el aceite de cornicabra está bien valorado en el mercado: "Uno de los mejores en cuanto a características organolépticas, con notas de tomate, hoja y alloza".
- ¿A cuánto les sale el jornal diario?
- Ginés Serna: Nosotros llevamos recogidos unos 200 kilos de aceituna que serán unos 60 litros de aceite de oliva. Los litros de aceite nos los repartimos entre toda la cuadrilla y estamos ganándonos un jornal de 40 euros diarios, pegándonos una paliza de ocho de la mañana a cinco de la tarde.
La cuadrilla trabaja con dedicación, tal y como recalca 'El Serna': "Limpiamos la aceituna de hojas y ramas antes de ir a la almazara". También varean con cuidado los árboles porque romper una de sus ramas: es sinónimo de reducir su producción de aceitunas al año siguiente. En su faena diaria, la cuadrilla tiene que salvar las dificultades de desplegar el 'chiringuito recolector' en cualquier punto del casco urbano: "En los parques, a veces es complicado colocar los mantos porque hay columpios por en medio o baldosas levantadas. El campo es una cosa y el pueblo otra: aquí hay más horas de trabajo porque no estamos en la naturaleza".
Otro hándicap que se encuentran es que los olivos no están cuidados a lo largo del año como en una finca agrícola. "Algunos tienen más leña que aceituna". Tal extremo lo corrobora un portavoz del Ayuntamiento: "Más de un centenar de árboles existentes en La Santa son muy viejos y rinden productivamente muy poco, tienen más una función ornamental y tradicional en las inmediaciones del Santuario de la Patrona".
Pero a la cuadrilla le da más miedo estar en la cola del paro que agachar el lomo para ganarse el pan y ahí están ellos para exprimir la producción. "Estoy parado desde finales de agosto porque se terminaron las fiestas de verano en los pueblos", corrobora Jerónimo Ballester, técnico de sonido e iluminación, al que Ginés Serna ha fichado como jornalero. "Cuando me llamó y me dijo que íbamos a recoger las aceitunas del casco urbano, pensé que estaba de broma", admite Jerónimo, autor intelectual del "eslogan de trabajo" de la cuadrilla. "Cada vez que recolectamos y la gente se queda mirando, me pongo a gritar: ¡Oro líquido!"
Al término de cada jornal, guardan la aceituna en cajas, hasta lograr los kilos suficientes para llenar el remolque de una camioneta de Ginés. "La gasolina es otro gasto más y en la almazara siempre te pagan lo que ellos quieren". La cuadrilla tiene que hilar fino para sacar el mayor beneficio posible de unos árboles que hasta ahora estaban muertos de risa. "En el extranjero tenemos a 5 euros el litro de aceite y en España pagamos 9 euros: en las almazaras se aprovechan de los obreros para sacarles la piel".
- ¿Qué hará cuando termine de recolectar toda la aceituna del casco urbano?
- Ginés Serna: Seguir trabajando de todo lo que pille, de donde me llamen, como me han enseñado mis padres. Y si hace falta, me echo al monte a buscar romero por las ramblas. Mi vida es trabajar y me voy a morir trabajando.