La legislación tailandesa prevé de 15 a 20 años de cárcel, cadena perpetua o pena de muerte para crímenes como el que pesa sobre Daniel Sancho

La legislación tailandesa prevé de 15 a 20 años de cárcel, cadena perpetua o pena de muerte para crímenes como el que pesa sobre Daniel Sancho

Reportajes

Los españoles apresados en Tailandia más allá de Daniel Sancho: Carlos 'El Elegido', Artur Segarra...

El hijo de Rodolfo Sancho no es el único ciudadano que ha sufrido la estricta maquinaria judicial tailandesa por cometer un crimen fuera de su patria.

8 agosto, 2023 02:38

El brutal descuartizamiento del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga (44 años) a manos del chef Daniel Sancho (29 años), hijo del popular actor Rodolfo Sancho, ha reactivado la estanca maquinaria mediática veraniega e invadido los platós televisivos de expertos dispuestos a diseccionar uno de los casos más macabros y jugosos para la prensa rosa. ¿Qué futuro le espera al también hijo de la actriz Silvia Bronchalo y nieto del legendario Sancho Gracia? ¿Qué le podría pasar después de ingresar en la durísima prisión de Koh Samui, en la que reina la insalubridad y el hacinamiento? ¿Será condenado a pena de muerte? ¿Conmutará el excéntrico rey tailandés la inyección letal por la cadena perpetua

Las incógnitas en torno al truculento caso se agolpan a cada minuto que avanza la investigación. Hay más preguntas que respuestas y una decena de variables por despejar. Todas las pistas apuntan a que el pasado 2 de agosto, Sancho y Arrieta acudieron a una habitación de hotel en la isla turística de Koh Phangan, al sur de Tailandia. Las cámaras de seguridad de la localidad los cazaron subidos a una motocicleta. Al llegar a la estancia, siempre según la versión de Sancho, tuvieron una acalorada discusión.

La víctima, presuntamente, quería mantener relaciones sexuales con su futuro asesino, pero este se negó. Tras encararse, Daniel Sancho acabó empujándolo contra la bañera, golpeando la cabeza de Arrieta y provocándole la muerte. Posteriormente, lo descuartizó y lanzó una maleta con parte de los restos mortales al mar, previa compra de un kayak, y repartió lo que quedaba del cuerpo desmembrado en varios vertederos de la zona. La policía no tardó ni 48 horas en encontrarlos y señalar a Sancho como principal sospechoso por ser la última persona en verlo con vida.

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"Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho", aseguró el reo frente a sus abogadas de oficio tras ser detenido y verse obligado a confesar. Según declaraciones recogidas por El programa del Verano de Telecinco, Sancho también habría añadido: "Ese hombre me tenía prisionero y estaba amenazando a toda mi familia. Si no hacía lo que me pedía... Me decía que ya sabía lo que era Colombia y lo que un hombre con 100 millones de dólares era capaz de hacer".  

De momento, sólo se sabe que el hijo del actor de Isabel había adquirido unos días antes del crimen un cuchillo, varios guantes de goma, productos de limpieza y bolsas de plástico, lo que indicaría que el crimen pudo ser premeditado. Rodolfo Sancho, quien no ha querido hacer más declaraciones que las de este comunicado oficial pidiendo "respeto" por su familia y por su vástago en "estos momentos de gran confusión",  aterrizó el lunes en Tailandia junto a un abogado penalista para llevar el caso. Mientras, Daniel Sancho ha pasado ya a disposición judicial e ingresado en la cárcel de Koh Samui, donde permanecerá en aislamiento 10 días por protocolo Covid-19.

Daniel Sancho durante su detención en Tailandia

Daniel Sancho durante su detención en Tailandia EFE

El precedente de Artur Segarra

El código penal tailandés contempla la pena de muerte para los delitos de asesinato como el de Sancho. A pesar de que el cocinero se ha mostrado colaborativo con las autoridades y hasta ha llegado a asegurar que la Policía lo "está tratando muy bien", la legislación del país asiático podría no ser tan laxa con su crimen. Ya hay precedentes. En 2016, el empresario y estafador Artur Segarra Príncep, apodado por la prensa nacional como 'el descuartizador de Bangkok', secuestró al consultor catalán David Bernat, lo torturó durante más de seis días para forzarle a hacer transferencias bancarias a sus cuentas y, finalmente, lo asesinó mediante asfixia; un caso que, como el de Sancho, copó los titulares de la prensa nacional. Después de matarlo, lo descuartizó.

Segarra, sin embargo, no fue cazado ni colaboró con las autoridades policiales. Al echar los restos de Bernat al río Chao Phraya, se fugó a Camboya, donde trató de mantener un perfil bajo para evitar ser localizado. Craso error, ya que su fotografía ya había asaltado los telediarios españoles y él fue poco precavido. Fue precisamente una pareja de turistas españoles quien dio la señal de alarma y facilitó su detención. Tras ser extraditado a Tailandia, en 2017 fue condenado a pena de muerte.

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En España la justicia le reclamaba desde hacía años por ser uno de los cabecillas de una trama criminal que estafaba a ancianos y gente con problemas hipotecarios, pero Segarra fue finalmente condenado en el país asiático por asesinato premeditado, tortura, falsificación de documentos, robo y extorsión. Sus abogados recurrieron al Tribunal de Apelaciones y al Tribunal Supremo, pero estos denegaron la petición para conmutar la pena a cadena perpetua.

Cuando todo parecía perdido, en 2021, el rey de Tailandia, el estrafalario Maha Vajiralongkorn, popularmente conocido como Rama X, un tipo imprevisible que bien se pasea por Europa rodeado de su séquito de veinte concubinas o nombra a su perro mariscal del Ejército del Aire, concedió el indulto real a Artur Segarra durante su cumpleaños.

Artur Segarra en una imagen reciente

Artur Segarra en una imagen reciente EFE

Todo apunta a que si finalmente Daniel Sancho es condenado y procesado por homicidio y, en un hipotético caso, condenado a pena de muerte, lo cual no es seguro aunque se confirme el asesinato del cirujano, siempre existiría el precedente de Artur Segarra. Al fin y al cabo, no es habitual que Tailandia aplique la pena capital. En los últimos veinte años sólo la ha autorizado en cuatro ocasiones: una en 2003, dos en 2009 y, la última, en 2018. Si todo va según lo previsto, Segarra podría solicitar la extradición a España en 2024. 

'El Elegido': crimen en Koh Phangan

Después del asesinato cometido por Artur Segarra y mucho antes de que Daniel Sancho siquiera pisara Tailandia, el país asiático se estremeció en 2020, en plena pandemia, ante un crimen atípico ejecutado por otro español. Se trata del caso de Carlos Alcañiz, bautizado como 'El Elegido', un ciudadano de Tarrassa con antecedentes penales –en 2005 atropelló y mató a un anciano y se dio a la fuga en su ciudad natal– que mató a puñaladas a un ciudadano chileno llamado René Patricio Guzmán.

Tras el crimen, las autoridades lo detuvieron en plena calle, sin camiseta, con el rostro ensangrentado. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. "¿Puedo decir algo al vídeo, para la gente?", preguntaba, riendo y con la mirada perdida, en un inglés con fuerte acento español, antes de ser trasladado al furgón policial para ser procesado por el asesinato de Guzmán, quien, al parecer, era un conocido muy cercano con el que había quedado para consumir algún tipo de drogas estupefacientes.

Carlos 'El Elegido' tenía entonces 33 años –hoy ya suma 37– y presumía de haber liderado un proyecto humanitario, Los Elegidos, para ayudar a los más necesitados. Además, según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL en mayo de 2020, también había cosechado una pequeña fortuna en el sector turístico. "Presumía de dinero, de contactos, subía fotos y vídeos en sus redes, diciendo que él era el elegido por dios para salvar al mundo", aseguraban algunos de sus allegados, quienes no daban crédito al brutal asesinato cometido por Carlos 'El Elegido' y que EL ESPAÑOL adelantó en exclusiva

Jorge Vázquez: un caso de violación

"Hola, me llamo Jorge. Hay una conferencia de prensa ahora mismo. Están diciendo mentiras, fui arrestado ayer y no se me ha comunicado aún de qué se me acusa". Era el mensaje de auxilio de Jorge Vázquez López, un ciudadano originario de Cartagena, Murcia, acusado de violar a una mujer tailandesa en su apartamento en Bangkok, un crimen penado con entre 4 y 20 años de prisión. Todo ocurrió el 18 febrero de 2019, cuando el procesado salió de fiesta por el exclusivo barrio de Thong Lord

Según señaló EFE, la víctima relató a la Policía que conoció a Jorge Vázquez en el citado local y más tarde lo llevó en su coche, junto a un amigo, a su apartamento. La mujer tailandesa, en su denuncia, afirmó que tras usar el baño, Vázquez la inmovilizó con unas esposas y abusó sexualmente de ella. Presentó una denuncia al día siguiente. El murciano fue detenido y el teniente de policía general de Bangkok, Surachate Hakparn, anunció a bombo y platillo su detención en una rueda de prensa señalando como culpable al español antes incluso de ser juzgado.

Español detenido en Tailandia

"Nadie me ha dado la oportunidad de defenderme antes de montar toda esta conferencia de prensa. No he hecho nada. Soy inocente. No he hecho nada de lo que me acusan y, aún más importante, nunca he tenido ningún juicio, no ha habido investigación, no se me ha preguntado nada y, por favor, por favor, por favor, le pido a todo el mundo que hagan lo que puedan, incluso si es poco: contactad con la embajada o cualquier organización. Si voy a prisión sé que voy a morir allí".

Una semana después de la acusación, Jorge Vázquez fue puesto en libertad bajo una fianza de 11.000 euros, lo que en su momento muchos expertos achacaron a la falta de pruebas. El magistrado accedió en junio a programar una vista de mediación entre ambas partes para tratar de dirimir de manera privada la acusación antes de proseguir con el juicio. La presunta víctima y el acusado alcanzaron un mutuo acuerdo y el español, finalmente, quedó en libertad y sin antecedentes penales.

Yuyee, Nieves García, Juan Arnau...

Jorge Vázquez, Carlos Alcañiz, Daniel Sancho y Artur Segarra no son los únicos condenados en Tailandia por cometer crímenes o ser sospechosos de ello. Uno de los casos más mediáticos fue el de la exesposa de Frank Cuesta, la modelo Yuyee Alissa Intusmith, quien pasó seis años en prisión por haber sido interceptada en un aeropuerto con 0,2 gramos de cocaína en su equipaje. Aunque ella era tailandesa, el popular naturalista movió cielo y tierra, e incluso suplicó al ministerio de Exteriores de España, para que alguien intercediese por Yuyee. Ella, al final, tuvo que cumplir la condena (volvió a España en 2021) y perderse la infancia de sus tres hijos.

Un caso similar fue el de Nieves García, natural de Albacete, condenada a cadena perpetua por tráfico de drogas al llevar 3,1 kilogramos en su equipaje; un delito que la propia legislación tailandesa a veces también castiga con la pena capital. Haberse declarado culpable sirvió de atenuante, como podría ocurrirle a Daniel Sancho. Tras pasar varios años en prisión, el rey conmutó su cadena perpetua a 25 años. Finalmente, en febrero de 2019, García llegó a Madrid para terminar su condena.

Otro condenado en Tailandia, natural de Colmenar Viejo, fue Juan Palau Tamayo, quien también fue enviado a prisión por tráfico de droga en 1987 al llevar encima 15 gramos de heroína. Fue indultado –con anulación de condena– y repatriado en 1991.

Cuatro españoles condenados en Bangkok

Actualmente, además de Segarra, tres españoles cumplen condena en la cárcel de Lard Yao, en Bangkok. En total, según datos del Ministerio de Exteriores, a 31 de julio de este año, un total de 908 españoles cumplen condena en cárceles en el extranjero; 794 hombres y 114 mujeres. El país con más reclusos españoles es Francia, donde cumplen sus penas 187 personas (169 hombres y 18 mujeres); seguido de Alemania, donde hay 129 reclusos españoles (114 hombre y 15 mujeres).

En tercer lugar de esta lista figura Marruecos, donde cumplen condena 99 españoles (92 hombres y 7 mujeres), según datos oficiales. La mayoría de los casos son por tráfico de estupefacientes, muchos de ellos jóvenes detenidos cuando portaban pequeñas cantidades de droga (especialmente, en el sur de Europa) o por ejercer de mulas con varios kilos de drogas, unos casos que se dan más en Sudamérica.