Pare un momento, póngase sobre cuatro patas e intente andar durante algunos metros manteniendo la coordinación, moviendo la palma y el pie contrario al mismo tiempo y adoptando una postura cómoda. ¿Difícil, verdad? No para Ayla Kirstine. Esta mujer noruega no solo anda a cuatro patas, sino que trota, brinca y galopa con las cuatro extremidades en el suelo. Ella se siente caballo.
Desde hace varios años, Ayla comparte sus peripecias equinas en redes sociales, mostrando a todo el mundo su destreza en toda clase de disciplinas reservadas a los caballos. Es capaz de mantener la compostura y la coordinación mientras pasea a cuatro patas y también puede trotar sin esfuerzo aparente. En algunos vídeos, se la ve incluso completando saltos tal y como lo haría un caballo de competición.
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Según contó la propia Kirstine en una entrevista al portal Insider, el caballo no es el primer animal con el que se ha identificado. “Cuando tenía 4 años me encantaban los perros y quería ser un perro”, explica al citado medio. Esa primera experiencia ‘transespecie’ le sirvió para saber qué hacer una vez el modo de vida equino apareció en su vida.
“Cuando me di cuenta de que me gustaban los caballos, simplemente usé lo que había aprendido”, rememora Kirstine. En poco tiempo, ya había dominado los movimientos típicos y, aunque parezca mentira, lo hizo sin daño aparente a sus muñecas, que podrían parecer castigadas después de tanto impacto contra el suelo. Así lo explica ella misma: “No sé si me estoy estropeando las articulaciones, pero, hasta ahora, no me duele ninguna parte del cuerpo”.
El salto al estrellato
Una vez hubo pulido todas las técnicas, Kirstine comenzó a compartir sus vídeos en las redes sociales. No obstante, no se hizo conocida en su país natal, Noruega. Un usuario de Twitter alemán fue el primero al que le llamó la atención el peculiar estilo de vida de Kirstine. Retuiteó alguno de sus vídeos y, en poco tiempo, la Pferdemädchen -mujer-caballo, en alemán- se convirtió en el último fenómeno viral de Alemania.
Y la cosa no quedó ahí. En cosa de días, todo el mundo había visto uno de los vídeos de Kirstine. Sus trotes llegaron a cosechar la nada desdeñable cifra de 18 millones de visualizaciones en Twitter. Muchos usuarios, extrañados y sorprendidos por las habilidades poco comunes de Ayla, llegaron a comentar que, a lo lejos, la mujer imitaba a la perfección las maneras equinas y que más de uno la podía tomar por una verdadera yegua.
Sin embargo, no todo han sido palabras positivas para Kirstine. Con la avalancha de atención también han aparecido comentarios que se burlan o ridiculizan el estilo de vida de la noruega. A ella todo este feedback negativo le afecta bastante, puesto que, como declara, “soy bastante sensible y me dan ansiedad este tipo de cosas”.
Aunque en un primer momento parecía que se iba a sobreponer a los comentarios que trataban de domar su espíritu equino, finalmente, Kirstine ha optado por echar el cierre a la hípica y poner en suspenso todos sus perfiles. Sus vídeos personales ya no están disponibles, pero, en YouTube, se pueden consultar muchos de sus logros.
Lo típico en Finlandia
El caso de Ayla Kirstine es único. Nadie se dedica a correr y saltar como los caballos y, aunque le han salido imitadores, parece que la primera en salir a la pista de doma como montura ha sido la propia Kirstine. Sin embargo, en Finlandia existe un curioso deporte en el que la idea es más o menos la misma.
En 2017, la realizadora finlandesa Selma Vilhunen dio a conocer al mundo los Campeonatos de Caballo de Palo a través de la película Hobbyhorse Revolution, que llegó a ser premiada en un certamen nacional. La idea en estos campeonatos consiste en realizar todas las pruebas típicas de un concurso de equitación con una única condición: en vez de un caballo de verdad, hay que montar un caballo de palo, un juguete.
Se trata de una disciplina realmente popular entre las niñas y las jóvenes de Finlandia. En los últimos años, ha cobrado bastante popularidad en otros países del norte de Europa. Tiene una ventaja indudable: es bastante más barato que unas clases de hípica y la montura no requiere un gran trabajo de mantenimiento.
Los puretas de la equitación pueden llegar a ver este deporte como un pasatiempo infantil, pero, desde la Federación Ecuestre Finlandesa, no dudan en alabar sus beneficios: Es maravilloso que se haya convertido en un fenómeno tan popular ya que permite a los más pequeños interactuar con el mundo del caballo fuera de los establos y de las hípicas”, asegura Fred Sundwall, secretario de la organización, en unas declaraciones a Msn.