El mundo de los aviones, y de todo lo referente a los espacios aéreos en general, es un universo que se suele vivir con una pasión especial. Por eso, en algunas ocasiones, guarda historias casi secretas que resultan tan impactantes como atrayentes. Es el caso de Bruce Campbell, un ingeniero que podría decir que tiene la vida de sus sueños.
Esta vida no está rodeada de grandes lujos, aunque sí ha tenido que invertir mucho dinero para conseguirla. Tampoco está rodeada de grandes viajes, aunque lo cierto es que tiene el privilegio de montarse en un avión varias veces todos los días. Sin embargo, lo hace para vivir y no para volar y es que la vida de Bruce Campbell se desarrolla entre los herméticos muros de un Boeing 727, aeronave que ha convertido en su hogar.
La historia de este ingeniero de Estados Unidos se ha convertido en viral y es que se podría decir que es la única persona, o casi la única persona, del mundo que vive las 24 horas del día en un avión. Una morada muy particular que ha conseguido construir día a día durante muchos años después de invertir cientos de miles de dólares.
Viviendo en un avión Boeing 727
Bruce Campbell es un reputado ingeniero de 73 años que una vez tuvo un sueño. Era tan solo un adolescente de 15 años que se imaginó viviendo dentro de un avión. Por ello se prometió a sí mismo que si alguna vez podría permitírselo, intentaría crear su propia casa dentro de una gran aeronave. Así lo atestigua el medio británico Daily Star.
La primera parte de su proceso fue invertir unos 26.000 dólares en encontrar un sitio en donde tener su gran casa. Porque uno de los principales y primeros inconvenientes que se encontró a la hora de desarrollar su gran sueño es que un Boeing 727 no cabe en cualquier sitio. Por ello se compró cuatro hectáreas de tierra en uno de los bosques menos habitados de Oregón, en Estados Unidos.
Una vez tenía el terreno, se puso a buscar su ansiado avión. Sin embargo, Bruce confiesa que ahí no tuvo tanta suerte ni tan buen ojo. El programa Make It de la CNBC ha podido hablar con él y confesó que cometió un gran error al comprarse su avión en un depósito de chatarra por unos 100.000 dólares: "Ese fue un error garrafal. Nunca volveré a hacer eso. Las compañías de salvamento son demoledoras. Recomiendo encarecidamente comprar un avión completamente intacto y completamente funcional, excepto tal vez sin sus motores".
A pesar de considerar que se había equivocado, Bruce Campbell ya había dado los dos pasos más importantes: tenía el terreno y tenía el avión. Ahora solo faltaba hacer de él una casa en la que poder vivir. Quien piense que vivir en un avión puede ser incómodo por la falta de espacio es porque no conoce las enormes dimensiones de esta espectacular aeronave.
El Boeing 727 de Bruce tenía capacidad para 200 personas y, sobre todo, un espacio interior de 100 metros cuadrados. Sí, más que muchos de los pisos que nos encontramos por la calle en cualquier ciudad del mundo. Otro de los problemas que tuvo Bruce, y que consiguió resolver de nuevo aportando una enorme cantidad de dinero, fue cómo remolcar su avión desde el depósito de chatarra donde lo había comprado hasta el famoso bosque abandonado de Oregón. Un viaje que le costó cerca de 120.000 dólares.
Sin embargo, una vez consiguió resolver estos primeros problemas, lo cierto es que Bruce Campbell consiguió crearse su propia casa dentro de su avión, con todo lo necesario para realizar una vida relativamente normal, y con algunas comodidades realmente sorprendentes.
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Desde una sala de estar en la cabina de mandos hasta una cocina más o menos habilitada con sus microhondas, su tostadora y su horno pasando por una gran despensa repleta de cajones con comida y especias, un salón con su sofá para descansar, leer sus libros y poder dormir o una especie de ducha formada por un gran cilindro en el que sumergirse. Y, por supuesto, un retrete, aprovechando el propio que ya traía el Boeing 727 para sus pasajeros.
Por supuesto, Bruce Campbell dispone de servicios como luz, agua corriente y hasta internet en esta particular y especial casa en la que soñaba vivir cuando tenía solo 15 años y en la que ya lleva más de una década haciendo su día a día con absoluta normalidad. Por si fuera poco, afirma que su vida no es cara, ya que calcula que le supone un gasto de unos 370 dólares al mes, mucho menos que el alquiler de un piso de las dimensiones que tiene su Boeing 727.
Un avión con historia propia
El avión en el que Bruce Campbell desarrolla su vida además tiene una mística especial, y es que guarda su propia historia. Este Boeing 727 que el ingeniero estadounidense compró en un depósito de chatarra perteneció a Aristóteles Onassis, dueño de la compañía y conocido por convertirse en su momento en el hombre más rico del mundo y también por estar casado con la exprimera dama Jacqueline Kennedy Onassis.
Esta aeronave, al ser de su propiedad, tuvo el honor de transportar los restos del empresario tras su fallecimiento. Y ahora se ha convertido en tendencia después de que se haya viralizado la historia de Bruce Campbell, quien lleva más de una década viviendo su sueño después de haber soñado durante mucho tiempo cómo le gustaría que fuera su vida.
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"Cuando vives en una estructura como esta, te sientes un poco más satisfecho con tu vida. Y si eres ingeniero, científico o alguien que aprecia la elegancia y la belleza de la tecnología aeroespacial, es el lugar más feliz para vivir".