A pesar de que muchos puedan pensar que la carrera con la nota de corte más alta de España se encontraría en una universidad de Madrid o Barcelona, nada más lejos de la realidad. El doble grado en Matemáticas y Física de la Universidad de Granada se corona como la carrera con el acceso más complicado del país. Con una nota de 13,795 sobre 14, solo algunos afortunados y esmerados estudiantes son capaces de entrar en sus aulas.
Lo que sí es cierto es que esta doble titulación repite como una de las más altas de las principales universidades españolas, desbancando a las temidas y altas notas de Medicina. Una carrera innovadora, que combina los conocimientos de la física y la matemática, y la convierte en una de las titulaciones de ciencias más completas, si no la que más.
Desde EL ESPAÑOL hemos contactado con Guillermo Caro, que nos ha contado su experiencia, sus aficiones, sus planes de futuro y los detalles de cómo es cursar la carrera con la nota de corte más alta del país. Guillermo estudió sus primeros números en el colegio Maestro Juan Alcaide y, luego, en el instituto Gregorio Prieto. En las aulas de estos centros se enamoró del cálculo y de las cifras, y sumó y sumó hasta lograr la máxima calificación en Selectividad, un 14 sobre 14.
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Enamorado de las matemáticas
Desde que le preguntamos por su vocación, Guillermo lo tuvo claro. A él lo que siempre le han gustado son las 'mates'. Confiesa que se metió a este doble grado "por las matemáticas. Siempre me han tirado un poco más que la física. El amor que he tenido por las matemáticas ha marcado la diferencia". Sin embargo, calcular si entraba en la carrera, por muy alta que fuera la nota, no fue problema para él, pues con su calificación tenía abiertas las puertas del cielo.
Su padre es pintor y su madre ama de casa, mientras que su hermano menor estudia Veterinaria en Córdoba. Guillermo recuerda con cariño los sábados en los que su padre, Carmelo, se sentaba junto a él a repasar y aplicar las lecciones de matemáticas. También Rosa, su madre, cumplió un papel fundamental en su amor por las ciencias. Cada vez que tenía ocasión llevaba su hijo a la biblioteca para que el pequeño Guillermo sacara libros sobre el tema.
Esto explica no solo su pasión por los cálculos, sino también por los libros. Según él mismo, cuando era pequeño "me gustaba mucho leer y hacer puzzles, era muy tranquilico". Su vida transcurre al ritmo de The Beatles, su grupo favorito, a los que escucha gracias a su en su MP, aunque confiesa que es incapaz de estudiar con música.
De Valdepeñas a Granada
Guillermo se había decidido, quería estudiar Matemáticas y Física. Siendo de Ciudad Real, se encontraba a medio camino entre Madrid y Granada, pero finalmente se decidió por la ciudad andaluza, pues le ilusionaba la idea de estudiar en un lugar que es Patrimonio de la Humanidad.
Al llegar a la universidad todo fue un poco caótico. Adaptarse a nuevos compañeros, profesores y metodologías nunca es fácil, tampoco para un chico como Guillermo. Vive solo en un piso, lleva tres años haciéndolo. Valora de ello la ventaja de que no tiene que compenetrarse con otras rutinas o modelos de trabajo.
Para cursar un doble grado de estas características se hace necesaria una metodología que permita llegar a todo. Las claves para Guillermo son "una organización lo más rigurosa posible de mi tiempo, saber cuánto tengo que estudiar, cuánto tiempo tengo... Priorizo mucho el tiempo de descanso y de sueño, porque son muy importantes, aunque suele perderse en pro de los estudios".
Una vida de éxitos
En el año 2020 logró la nota más alta posible en Selectividad. Sacó un 14, es decir, una media de 10 en todo. Fue recibido por el alcalde de Valdepeñas, que le hizo entrega de una réplica de la escultura "Ñ" de la localidad, obra del artista Jorge Morgan. Sin embargo, el joven no dudó en quitarle mérito a su hazaña. "Supongo que ayudó mucho el modelo pandémico. Cambiaron el modelo para adecuarse a las circunstancias, lo que me permitió tener más tiempo para estudiar y para organizarme", ha contado Guillermo a EL ESPAÑOL.
En la universidad no todo se resume en los estudios. El buen ambiente entre compañeros y profesores es fundamental. Guillermo ha hecho unos cuantos amigos desde que llegó a Granada. "He entablado varias amistades, aunque no demasiadas, yo nunca he sido de multitudes", ha comentado.
Además, Guillermo valora la cooperación como algo fundamental en el doble grado. "Tus compañeros te pueden ayudar mucho a la hora de abordar las asignaturas y a la hora de trabajar". Sin embargo, también confiesa que "hay mucha competencia desleal, gente que trata de aprovecharse de tu trabajo y de las cosas que haces. Sólo te utilizan de provecho académico, pero luego en tu vida personal no te hacen caso".
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En cuanto al futuro, por el momento no lo tiene nada claro. "Como la carrera ofrece tantas oportunidades y salidas, no tengo ninguna prefijada. Elegiré aquella en la que más tiempo libre obtenga, porque puedo cobrar mucho dinero, pero a lo mejor eso no me interesa tanto", ha contado Guillermo.
En la vida del joven valdepeñero las cosas no han cambiado mucho. Se ha mudado de ciudad, pero sigue haciendo puzzles y leyendo sin parar. Cuando tiene tiempo libre sale con amigos, estudia y descansa. Sus buenas calificaciones le auguran un futuro prometedor en cualquiera de las salidas que escoja, así que, por el momento, no le preocupa demasiado.
Actualmente, la carrera tiene un cupo de poco más de 20 estudiantes, lo que reduce aún más la estrechez de la puerta de entrada. Pero, sin duda, el doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad de Granada presenta un programa completo en el que estudiantes excelentes, como Guillermo, pueden disfrutar de su pasión y convertirse en los profesionales del futuro.