Germán a sus 40 años tiene una nueva fecha de nacimiento: el 9 de junio. "Mi nuevo cumpleaños es el Día de la Región de Murcia", tal y como bromea este argentino, postrado en el sofá de su piso de Archena, tratando de tirar de buen humor para recuperarse de sus graves lesiones: un coágulo intracraneal, traumatismo lumbar, un dedo fracturado, dolor cervical, hematomas por todo el cuerpo, vértigos…
"Ese hombre hizo una locura terrible con su coche", se lamenta Germán Aragón, el héroe anónimo del que habla media España, tras viralizarse el vídeo donde sufrió un atropello intencionado, por mediar en una pelea ocurrida el viernes en la calle de Santiago Ramón y Cajal de Archena.
"Ese conductor me dejó tirado en el suelo, sin demostrar nada de humanidad", tal y como reflexiona este ciudadano argentino, mientras accede a ser entrevistado en exclusiva por EL ESPAÑOL tras recibir el alta en el Hospital Morales Meseguer de Murcia. "Tengo que mantener reposo absoluto durante un periodo de tiempo que no me han podido especificar porque todo depende de la evolución del coágulo".
Germán está entre algodones, a base de pastillas y con la advertencia de que será evacuado en ambulancia al centro hospitalario, en caso de que pierda alguna de las nueve grapas que le pusieron en la cabeza cuando ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos.
"Mi vida se ha convertido en un desastre. No puedo hacer nada, siento que he envejecido veinte años, camino como un abuelo, me bloqueo por el dolor, no puedo hacer fuerza, ni ningún movimiento brusco, ni siquiera puedo mover el cuello y siento que el cerebro me va a estallar", según explica sobre las secuelas físicas que padece este hincha de Boca Juniors, cuyo corazón es proporcional a su corpulencia: un factor clave para que no haya terminado en una caja de pino. "Pensé que me moría", admite a este diario.
Y no exagera este argentino, de 40 años, porque acabó tirado por el suelo, como un trapo, desangrándose por la cabeza, tras ser atropellado por el conductor de un BMW que se peleó con unos hermanos marroquíes, propietarios del Supermercado Khilla de Archena. El dueño del coche de alta gama quiso vengarse de esa bronca, arrollando a los dueños del súper, pero al subirse en la acera embistió a dos personas inocentes: a Germán Aragón y a su pareja, la paraguaya Beatriz Mendoza.
- Este suceso se produjo en la calle de Santiago Ramón y Cajal de Archena, durante el 9 de junio: Día de la Región de Murcia. ¿Qué estaba haciendo por allí ese viernes festivo?
- Germán Aragón: Iba de compras con mi mujer, Beatriz, y doblamos por esa calle para ir a una tienda a por un vestido. Cuando llegamos, vimos que había una pelea y entre toda la multitud de gente que había, yo reconocí al carnicero del Supermercado Khilla del que somos clientes habituales: siempre que vamos le gastamos bromas porque tenemos una relación cordial. Le dije a mi mujer que se esperase porque iba a interceder en la pelea para sacar de ahí al carnicero.
La pelea a la que se refiere fue grabada por las cámaras de seguridad de un comercio de la zona. El carnicero, Hamid, viajaba de copiloto en un Ford, conducido por su hermano, Brahim. Los dos hermanos Khilla se dirigían al aparcamiento de carga y descarga que hay al lado del súper, a recoger unos productos para casa de su madre. Unos metros antes de acceder a ese estacionamiento delimitado, se encontraron con un BMW parado que les impedía el paso por esta calle estrecha y de sentido único.
Los dos marroquíes le pidieron al conductor del turismo de alta gama que les dejara continuar su camino y se inició una discusión verbal entre ambas partes, con un supuesto tinte racista, que derivó en una batalla campal. Hamid y el conductor del BMW se inflaron a puñetazos, mientras se sumaba a la riña más gente: la mujer del dueño del coche de alta gama, los hermanos Brahim y Mohamed Khilla, varios compatriotas suyos...
Tal escena queda recogida por las cámaras de seguridad, donde se aprecia llegar a Germán, paseando tranquilamente con su pareja, Beatriz, hasta que este ciudadano argentino detecta la tangana y decide mediar: agarrando a su amigo el carnicero, Hamid, al que introduce en volandas en el supermercado para atajar la pelea de raiz. "Metí en la tienda al carnicero, como estaba muy enojado, le puse la mano en el pecho y le dije: 'Cálmate, ya está, se terminó, déjalo que se vaya'", según relata Germán, sentado en el sofá junto a Beatriz, su sombra desde aquel truculento 9 de junio.
"Cuando se tranquilizó, mi mujer empezó a regañarme por haber intercedido en la pelea y le contesté que nos fuésemos a casa". Sin embargo, este argentino, padre de dos bellas adolescentes, Brisa, de 14 años, y Agostina, de 13 años, terminó volando por los aires, nada más salir del supermercado, porque el conductor del BMW subió el coche a la acera para vengarse de los marroquíes, con la fatalidad de que se llevó por delante a Germán y a su mujer, Beatriz, los cuales no tenían ninguna relación con la pelea.
"Cuando levanté la vista, al salir del súper, vi el coche encima de mí: solo me dio tiempo a dar un salto y a colocar mis manos en la cara para cubrirme, antes de acabar dando vueltas por el suelo". El impacto que recibió Germán fue tan fuerte que su cuerpo desplazó contra la pared a su pareja, Beatriz: una carambola que evitó que esta paraguaya, de 28 años, 'solo' terminase con los ligamentos tocados de su rodilla derecha, una contusión en el codo derecho, un dedo del pie derecho escayolado, erosiones… "Todo ocurrió en un segundo: terminé tendido por el asfalto y cuando el conductor aceleró para huir, me pasó por encima".
Germán hace una pausa en la entrevista para mostrar los moratones que le causó el neumático en su brazo derecho. También tiene varias costras de las heridas que sufrió, un dedo con una férula, un ojo amoratado... Está hecho un cuadro.
- El vídeo de su atropello se ha viralizado. ¿Usted lo ha visto tras recibir el alta hospitalaria?
- No porque estoy agobiado. No puedo dormir por las noches porque sueño con el atropello.
En el salón se hace el silencio. Germán contiene sus emociones para que las lágrimas no broten de sus ojos. Entonces, toma la palabra su pareja, Beatriz Mendoza, para aclarar el motivo por el que no le ha enseñado el vídeo: "Hay momentos en los que él se pone a llorar porque siente mucha impotencia y está muy afectado".
La vida ha sido cruel con este hombre porque ha terminado lisiado, por mediar en una pelea para evitar una desgracia mayor. Las consecuencias físicas, psicológicas y personales que está sufriendo son horribles: el cuadro de lesiones le ha dejado sin empleo, sin sustento en España y sin poder enviar dinero a sus hijas en Buenos Aires.
"Ahora mismo yo no tenía trabajo y él era la única ayuda en casa: solo nos tenemos el uno al otro", zanja Beatriz, sujetando con cariño la mano de Germán, mientras su gata 'Tita' recorre el pisito de una sola habitación que comparten en Archena, cuyo salón lo presiden las banderas de sus respectivos países: Argentina y Paraguay.
- Beatriz, ¿qué recuerda usted del atropello que sufrieron al salir del Supermercado Khilla?
- Yo lo viví a cámara lenta porque el coche a mí no me cogió de lleno. Pensé que Germán se moría porque cuando levanté la cabeza después de ser arrollada, lo primero que vi fue a mi marido cayendo al suelo. Fue un momento de auténtico terror, cogí el móvil para llamar a una ambulancia, pero no pude porque me quedé en shock.
Hace cuatro años, Germán cambió Buenos Aires por la localidad murciana de Archena, dejando atrás su empleo como instalador de gas, para reunirse con Beatriz, una cuidadora de personas dependientes con la que mantenía una relación a distancia. Su sueño era disfrutar de una vida juntos y encontrar un empleo mejor, para financiar un futuro prometedor para sus dos hijas. sin embargo, lo que encontró fueron empleos en los que pocas veces le dieron de alta: bien como jornalero agrícola, albañil, pintor...
"Es un manitas: trabaja de todo", remarca su pareja. La falta de contratos laborales le ha impedido regularizar su situación en el país y cuando fue atropellado llegó a tener miedo de que le deportasen, al comprobar sus datos personales en el hospital. Tal situación sería surrealista, a la vista de todo lo que lleva sufrido este inmigrante que ha demostrado ser un ciudadano trabajador y con valores. "Germán es muy bueno y todo esto le ha pasado porque siempre le gusta ayudar a la gente, por eso se metió a mediar en la pelea", advierte la paraguaya Beatriz.
La pareja ha puesto su caso en manos del abogado, Juan José Ruiz Crevillén. "Tanto Germán como Beatriz ya han acudido al cuartel de la Guardia Civil a presentar una denuncia por la gravedad de los hechos", según confirma el letrado. "Vamos a intentar que se haga la mayor justicia posible, solicitando dos tentativas de homicidio en grado consumado, con dolo y con la agravante de usar un vehículo a motor, así como un delito de abandono del lugar del accidente porque el conductor no tuvo la más mínima decencia de ver si las personas que atropelló necesitaban auxilio".
Crevillén precisa que por cada uno de esos delitos se prevén penas de cárcel de 6 a 12 años. "Germán se llevó la peor parte por realizar una acción de buen samaritano". El abogado se ha volcado con la pareja y está seguro de que la situación administrativa de este argentino no será un impedimento en el proceso legal, al contrario, lo lógico es pensar que las administraciones local, regional y estatal se volcarán con este inmigrante: "En agosto cumplirá tres años desde su empadronamiento y podrá demostrar su arraigo para lograr el permiso de residencia en el país".
La Guardia Civil todavía no ha procedido a la detención del conductor del BMW que supuestamente atropelló intencionadamente a esta pareja, al tratar de vengarse de los dueños del Supermercado Khilla con los que se peleó. Todo ello, a raíz de una discusión de tráfico con presuntos tintes racistas. "Lo que más me preocupa de todo esto es que ese hombre sigue en libertad y podría volver a cometer algo así", tal y como remarca con cierta zozobra el argentino Germán.
- ¿Qué le diría al conductor si pudiese hablar con él?
- Germán: No lo sé. Uno puede estar exaltado, pero no puede huir, dejando en el suelo a una persona atropellada sin llamar a una ambulancia porque eso forma parte de tener un poco de humanidad. Ese hombre no solo huyó, sino que además aceleró sobre mi brazo sin importarle que yo estaba debajo de su coche. Eso es algo que no puedo entender. No entiendo cómo una persona puede llegar a tanto y a ser así.
No habla en vano este argentino, al que los moratones le han quitado protagonismo a los tatuajes de su cuerpo, ya que el conductor perpetró el supuesto atropello intencionado cuando en el BMW viajaban su pareja y tres menores de edad que podrían ser sus hijos. De modo que esos críos presenciaron semejante barbaridad.
- ¿Usted siente que ha vuelto a nacer?
- La verdad es que sí.
El 28 de junio, Germán cumple 41 años, tenía previsto hacer una fiesta de cumpleaños con sus amigos, pero ahora no sabe si lo podrá celebrar porque se quedó sin trabajo, con la economía justa y no tiene cuerpo para nada. "Mi familia lo está pasando fatal en Argentina". Posiblemente, el mejor regalo que podría recibir es sanar de sus lesiones y lograr un permiso de residencia en España, para abrirse hueco en el mercado laboral como lo que siempre ha sido: un buen ciudadano. "Solo quiero recuperar mi vida".