Ian Clifford, un hombre que lleva de baja desde 2008, ha interpuesto una denuncia contra su empresa por no recibir ningún aumento en los años que lleva de baja. Fue en septiembre de 2008 cuando presentó en la empresa tecnológica donde trabaja, su primera baja por enfermedad. Así se mantuvo hasta que, años más tarde, en 2013, presentó una queja para que se mejoraran sus condiciones laborales.
La empresa le propuso un acuerdo en el que se le incluyó en el plan de discapacidad de la multinacional estadounidense para que no pudiera ser despedido ni tuviera la obligación de ir a trabajar. Según el informe del caso, esto no es lo único que le ofrecieron ya que también le pagaron cerca de 10.000 euros en concepto de compensación por sus quejas sobre el pago de vacaciones. Además, se acordó no presentar nunca más quejas sobre los mismos problemas.
Esto quiere decir que Clifford se encuentra sujeto al plan mencionado. Éste consiste en darle a los empleados el 75% de las ganancias acordadas hasta su recuperación, jubilación o fallecimiento. Para el salario de este trabajador, lo que tenía pactado era de 72.037 libras (alrededor de 82.000 euros), que a partir de 2013 empezó a cobrar alrededor de 61.500 euros anuales tras descontar el 25%.
A pesar de estas condiciones que la empresa le concedió, el trabajador consideró que el plan de salud al que la empresa le incorporó "no es lo suficientemente generoso" ya que su salario disminuye con el tiempo como consecuencia de la inflación. Tras su descontento, presentó en febrero del pasado año una denuncia llevando a la empresa a un tribunal laboral por una supuesta discriminación por discapacidad.
Sin embargo, los planes no salieron como el hombre estaba esperando y el tribunal finalmente desestimó su demanda. Paul Housego, el juez encargado del caso, sentenció que el trabajador había recibido un "beneficio muy sustancial" y un "trato favorable". Además, afirmó que, en este caso, la ausencia de un aumento en el salario no se trata de discriminación.