La Asunción, el colegio donde acosaban a Claudia, la joven que se suicidó: "Sabían lo que pasaba"
Héctor, un profesor que estudió en el mismo centro, denuncia que el buylling es "cultura" en este lugar y que la dirección "no hacía nada" para impedirlo.
1 mayo, 2023 02:22La muerte de Claudia González ha conmocionado a la sociedad española. La joven de 21 años fue encontrada sin vida en el cerro Santa Catalina de Gijón este pasado sábado, después de que sus familiares dieran aviso de su desaparición el viernes. Claudia dejó una carta de despedida en la que apuntaba a los culpables de lo ocurrido: las personas que presuntamente le hicieron buylling en el colegio la Asunción, señalando incluso que algunos eran “hijos de famosos”.
Tras conocerse su fallecimiento, en Gijón ha habido quien ha puesto el punto de mira sobre el colegio. Se trata de un centro creado en 1903, por María Eugenia Milleret de Brou. El mismo está dirigido por las Religiosas de la Asunción.
Quienes han estado allí apuntan que se trata de un centro concertado al que acuden chicos que vienen de “familias acomodadas” y también otros de clase media, por ser concertado. “En mi época había hijos de medianos empresarios, de un jugador de baloncesto de ACB, de médicos o familiares de Díaz Negrete, el arquitecto que hizo el colegio", apunta el maestro Héctor Gómez, que estuvo allí en conversación con EL ESPAÑOL.
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Gómez ha criticado duramente al centro en redes sociales por su actuación y por lo que ha ocurrido con Claudia González.
La carta de Claudia
Claudia dejó una nota antes de suicidarse. Iba dirigida a sus acosadores, de manera directa, sin miedo. "Habéis cogido a una niña de alta autoestima, y de altas capacidades, y la habéis machacado hasta el punto de no salir de la cama en años y de llevarla al suicidio", señalaba la víctima.
En la misma, apuntaba que “me da igual que seáis hijos de famosos, que tengáis 10.000 seguidores en redes o que os victimicéis”.
La carta, mucho más extensa, finalizaba: "Que sepáis que habéis herido a muchas personas, y ahora espero que carguéis con una muerte en vuestra conciencia. Por favor, parad el acoso, dejad a las personas ser quienes son".
La denuncia de Héctor
Héctor Gómez Navarro estudió durante cuatro cursos en el Colegio La Asunción. Apunta que nació en el año 1983, en Gijón. Este filólogo hispánico se hizo profesor de instituto hace un par de años y está preparando un libro sobre el bullying que él mismo sufrió. De hecho, a raíz de lo ocurrido con Claudia, este maestro de un centro de Educación Secundaria y Bachillerato de Cantabria ha decidido exponer su caso en las redes sociales.
En conversación con EL ESPAÑOL se ciñe a lo expuesto en el hilo. “Me dejaron heridas contra las que aún estoy luchando”, apunta. “El acoso, el abuso y la violencia eran parte de la cultura del centro, que en la mayoría de casos no hacía nada para impedirlos”.
Cuenta un ejemplo de lo que a él le sucedió. Un chico le pegaba, él lo denunció y el colegio no hizo nada. En aquella época, entre los años 1996 y 2000, asegura que su tutora y la dirección hicieron caso omiso y no trabajaron para impedirlo: “Ni siquiera cuando fue llevado dos veces a juicio por agresión. Es más, intentaron convencer a una de las víctimas de que retirase la denuncia. Protegían a este matón porque su familia daba mucho dinero para el equipo de fútbol del colegio”.
Señala Héctor que lo que ocurre aquí es que las familias que más aportaciones hacen al colegio “tienen mayor impunidad”. A pesar de tratarse de un colegio concertado, explica que ellos debían hacer una aportación también, algo habitual en estos centros.
Además, en su escrito en redes sociales cuenta cómo algunos profesores actuaban también con total impunidad. Les señala con nombres y apellidos y cuenta cómo algunos ridiculizaban a los niños. Incluso detalla que una maestra llamaba “salida” a una menor que había sufrido “abusos”.
También cuenta cómo a una joven que sufría depresión y la maestra la llamaba loca. Él pensaba que la situación en el centro había cambiado, pero la indignación le impregnó cuando escuchó el caso de Claudia. “Me ha removido muchísimo. ¡Caray! Cuando lo leí, me acordé esta situación”. Apunta que siente mucha tristeza.
Héctor dice que “si existiera la justicia, el colegio de la Asunción ardería hasta los cimientos y sobre sus ruinas se levantaría un monumento a los cientos de personas que sufrieron abusos allí. Pero sabemos que eso no ocurrirá. Es más, seguirá recibiendo el dinero público del que vive, y con el que sigue educando psicópatas y encubriendo agresiones”.
El propio Héctor cuenta que lleva un par de años dando clase en secundaria, en un colegio al que prefiere no inmiscuir en el asunto. “Yo llevo dos años dando clase y sí que hemos vivido expedientes de acoso; hemos abierto un par de expedientes. Te das cuenta de que el acoso es muy fácil de detectar. Los chicos que empiezan a sufrir acoso son más solitarios, las notas bajan… En el momento en que les preguntas están deseando contártelo. Solo hay que preguntar”.
Por eso le da mucha más vergüenza aún lo que ha ocurrido. “Porque sabían lo que estaba pasando”. En las redes sociales, algunos otros exalumnos de este centro han compartido su opinión sobre lo expuesto. A algún amigo hijo de maestro le ha sorprendido la publicación y se lo ha hecho saber. Otros han corroborado esta versión expuesta por Héctor.
Jesús María Menéndez
Durante la charla, se menciona a Jesús María Menéndez, más conocido como Padre Chus. Su nombre sale a colación porque él también estuvo en este colegio.
Jesús María Menéndez era un cura que en 2013 fue expulsado ‘a divinis’ de la iglesia por el Papa, que consideró probado que había abusado de menores. Su nombre recorrió todo Asturias, porque se le relacionaba con abusos a menores. Dos primeras denuncias fueron archivadas, pero posteriormente se le imputaron otros delitos: tráfico de drogas y nuevamente abusos. El proceso aún se instruye y han declarado hasta 15 víctimas
Este cura oficiaba misa en el colegio la Asunción y por eso saca su nombre a relucir Héctor. Además, impartía clases de Religión en otros centros de la capital asturiana. El Padre Chus actualmente está en libertad, pero ha pasado por la prisión preventiva porque está acusado de corrupción de menores y tráfico de drogas. Según la Fiscalía, vendía hachís a los menores para mantener relaciones con ellos. Él defiende su inocencia.
Comunicados oficiales
No ha quedado una institución en Asturias sin condenar lo ocurrido. El propio colegio ha expuesto a través de una nota su pesar por lo ocurrido: “Ante el fallecimiento de una antigua alumna, el Colegio La Asunción de Gijón quiere manifestar su condolencia a la familia y amigos. Tanto la Dirección del Centro como la Titularidad y toda la Comunidad Educativa lamentan profundamente esta dolorosa pérdida que ha suscitado en todos los miembros del colegio una enorme tristeza y conmoción”.
Asimismo, el comunicado continuaba: “Sabemos que, en momentos como éstos, ninguna palabra es suficiente, hacemos nuestro el dolor que siente su familia y rogamos a Dios que le conceda la fortaleza necesaria para afrontar esa terrible pérdida”.
Con respecto al bullying, también se pronunciaban: “Para el Colegio La Asunción sus alumnos son la prioridad y la buena convivencia y la lucha contra el acoso escolar está entre sus principios fundamentales. Por ese motivo, nos ponemos a disposición de la familia, de la comunidad educativa y si fuera necesario de las autoridades; y rogamos respeto para todas las personas que en estos momentos están viviendo un difícil momento”.
La Consejería asturiana de Educación y el Ayuntamiento de la capital han expuesto también su repulsa al acoso escolar tras conocerse lo ocurrido.
Lydia Espina, consejera de Educación del Principado, exponía su condena “total, clara y rotunda” ante el buylling. Los centros deben ser “espacios seguros”, exponía, porque son el segundo “hogar” de los niños.
"A partir de este incidente, desde la Consejería se analizará y se investigará lo ocurrido y revisaremos todo lo sucedido", apuntaba Espina. La Consejera animaba a la comunidad educativa a “no ser cómplices” del buyling, a “luchar todos juntos” y “respaldar a las víctimas”.
Ana González, alcaldesa de Gijón, también se ha sumado a las condolencias por la muerte de la joven. La tildó de hecho "terrible y lamentable" y mostró su solidaridad y afecto con la familia.
"Parece que se debe a la desesperación por una situación de acoso que pudo llevarla a suicidarse", dijo. Además, recordó que “no hay acoso pequeño, ni acción que pueda ser justificada para provocar la risa, ni para cualquier discrepancia con otra persona”. González espera que se aclare quién condujo a la joven a esta situación.