"Fue más bien arrogante", sentenció Stormy Daniels cuando le preguntaron por cómo se comportó Donald Trump aquella tarde en la que tuvieron relaciones sexuales. Ocurrió en el hotel de Lake Tahoe, en el complejo del club de golf del mandatario. El expresidente de Estados Unidos y Stephanie Clifford, nombre real de la actriz pornográfica, se conocieron en 2006 en un torneo de golf.
Según ella, tuvieron relaciones sexuales y mantuvieron un contacto amigable, aunque esporádico, hasta la campaña de las presidenciales de 2016. El contacto se mantuvo porque Trump siempre le aseguró a Daniels que iba a ficharla para su programa El Aprendiz. La relación se torció cuando, en plena campaña presidencial, el entonces aspirante a la Casa Blanca se enteró de que Daniels estaba negociando una entrevista para relatar su affair. En ese momento, los acontecimientos se precipitaron y el equipo de Trump actuó.
Stephanie Clifford, ahora con 44 años, nació Baton Rouge, Louisiana, en un "mal barrio", según lo tildaba el equipo de Trump en plena campaña de desprestigio contra la actriz. Cuando aún estudiaba secundaria, trabajaba haciendo striptease en un local cercano a su casa. Su trabajo le abrió las puertas a la industria del porno.
Fue en 2002 cuando se estrenó en el cine X, convirtiéndose, en pocos años, en una de las actrices del cine para adultos más importantes de la industria. Una posición que le permitió tanto protagonizar como producir sus propias películas.
Su trabajo ha sido una de las principales bazas de las que ha hecho uso el equipo legal de Trump para intentar desprestigiar su imagen. Trump siempre ha negado que mantuviera relaciones sexuales con Daniels y ha mantenido que durante la campaña, fue víctima de una extorsión, y que pagó para mantener su silencio y que no le perjudicara en su carrera hacia la Casa Blanca.
La actriz de cine para adultos se ha mantenido siempre muy vinculada a su tierra natal e, incluso, intentó, en 2009, entrar en política. En un primer momento presentó su campaña para disputarle el escaño a David Vitter, un senador que fue acusado de mantener sexo con una prostituta. Ella en su día aseguró no era "la mejor persona para el puesto", pero que consideraba que era "mejor opción que el senador que ya tienen". Ese mismo año fue detenida en su casa por un delito de violencia doméstica tras una fuerte discusión con Mike Moz, entonces su marido. Un episodio que dinamitó por completo sus aspiraciones políticas.
Stormy Daniels ha pasado por tres matrimonios. Antes de Moz estuvo con Pat Myne, actor porno. Una profesión que comparte con su actual marido, Brendon Miller, con el que se casó en 2015.
Daniels gana sólo una batalla
La imputación de Trump supone una pequeña batalla ganada tras años de pleitos entre ambos. El caso que afecta a Stormy Daniels es tan sólo una arista dentro del macro caso que investiga el fiscal Robert S. Mueller sobre la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 que pudieron favorecer a Trump en su batalla por la Casa Blanca contra Hillary Clinton.
El fiscal investiga el origen de los 130.000 euros con los que se pagó el silencio de la actriz. Esa suma de dinero fue abonada por Michael Cohen, la mano derecha de Trump hasta su condena. En 2018 fue sentenciado a 3 años de prisión por, entre otros delitos, saltarse las leyes de financiación de las campañas electorales y ser sentenciado por fraude fiscal y bancario. Cohen es considerado el hombre de Trump encargado del trabajo sucio, entre las labores que realizó al lado del mandatario estuvo la amenaza de periodistas.
Ahora, 7 años después de la llegada de Trump a la Casa Blanca y tras una condena de prisión, mantiene una colaboración estable con la justicia estadounidense y es considerado uno de los actores principales de la causa contra el expresidente y uno de los responsables de su imputación. Cohen declaró, al igual que Daniels, ante el gran jurado que ahora ha decidido su imputación. En aquella declaración, la actriz aseguró que firmó el contrato de confidencialidad tras recibir amenazas que se dirigían a ella y a su familia si no guardaba silencio.
Cohen, aunque al principio mintió en los tribunales para proteger a su jefe, finalmente, apuntó al expresidente como responsable de los cargos de los que le acusaban. Trump se ha defendido atacando a los principales actores del caso. Contra la actriz porno ha batallado en los juzgados, logrando alguna victoria.
Tras la entrevista que concedió la actriz en la que relataba lo ocurrido en 2006, su equipo legal, liderado por el polémico Michael Avenatti, solicitó al juez la declaración de nulidad del contrato de confidencialidad, alegando que nunca fue firmado por el expresidente. Trump interpuso contra ella una demanda de difamación. Aunque el juez sentenció a favor del magnate, condenando a la actriz a pagar más de 290.000 dólares, el daño político y mediático a Trump fue incalculable.
Avenatti, Giuliani y "servicios legales"
Michael Avenatti convirtió la causa de su defendida en un asunto de Estado, logrando abrir periódicos y programas informativos, una presión mediática que muchos analistas leyeron como el posible final político de Donald Trump. La presión mediática se fue diluyendo después de la decisión de la actriz de apartarse del proceso tras ser amenazada, en 2011, por un hombre en Las Vegas que se le acercó y le aseguró que debía dejar en paz al Trump si quería que no le pasara nada a su hija, tal y como aseguró hace unos meses ante el gran jurado.
El exletrado de Stormy Daniels fue condenado en 2022 por robarle a su clienta 300.000 dólares que recibió como anticipo de la editorial que compró los derechos de las memorias de la actriz. 2 años antes fue condenado por extorsión y en 2018 fue detenido por un caso de violencia de género.
En escena también entró Rudy Giuliani, uno de los abogados de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York. Giuliani quiso restarle credibilidad a la actriz y afirmó que "si eres feminista y apoyas a la industria del porno, deberías entregar tus credenciales. Respeto a las mujeres –mujeres hermosas y mujeres con valor–, pero a una mujer que vende su cuerpo para la explotación sexual no la respeto", aseguró en algunos medios de comunicación.
El pago a la actriz se realizó desde una cuenta de Donald Trump que traspasó los fondos a Cohen, quien fue el encargado de efectuar el pago, previa facturación de una comisión por los servicios prestados. Cohen recibió 360.000 dólares y fue declarado como un gasto en "servicios legales".
Las otras Stormy Daniels
Durante los últimos años han aparecido decenas de mujeres que han acusado al expresidente de violación, abusos sexuales, toqueteos inapropiados y sin consentimiento, besos forzados a desconocidas o, incluso, presuntas violaciones.
A pesar de que muchos de los casos están siendo investigados, algunos han sido ampliamente documentados. En los años 80, Jessica Leeds, cuando tenía 38 años, fue víctimas de unos tocamientos que la mujer denominó como "abuso" y calificó al expresidente como "un pulpo que tenía las manos en todas partes".
En el libro de Harry Hurt III, Lost Tycoon: The Many Lives of Donald Trump, el autor narra cómo la primera mujer de Donald Trump sufrió una violación por parte de su marido después de someterse ella a una operación de cirugía estética que no había quedado como se suponía. Un resultado que enfureció al expresidente, por lo que decidió arrancarle la ropa y penetrarla brutalmente, siempre según la versión del escritor.
A pesar de estos relatos, Donald Trump, tal y como admitió durante la campaña presidencial de 2016, se siente completamente impune. En una grabación al entonces candidato se le podía escuchar decir que "simplemente empiezo besándolas, sin avisar [...] es como un imán, no espero. Cuando eres una estrella te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa, incluso agarrarlas del coño", aseguraba.