En 2021, cuando Donald Trump estaba a punto de abandonar la Casa Blanca, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, le regaló un gran cuadro de dos metros y medio. El obsequio, un retrato del expresidente estadounidense sonriendo en el Despacho Oval, nunca fue declarado y ha permanecido en paradero desconocido hasta ahora.
El pasado viernes, la obra de arte figuraba como uno de los cerca de 100 regalos de gobiernos extranjeros con valor de más de 250.000 dólares que desaparecieron al finalizar Trump su mandato, según un informe publicado por los miembros demócratas del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes.
Tras conocerse esa información, el New York Times (NYT) publicó un perfil sobre el autor del cuadro, el artista salvadoreño Francisco Antonio López Benavides, y un lector escribió al periódico estadounidense informando de que en octubre había visto la pieza en un hotel.
En concreto, el retrato del 45º presidente de Estados Unidos se encuentra en las entrañas del hotel Trump National Doral de Miami, en un pequeño espacio que conduce a las habitaciones de instalaciones eléctricas. Este está apoyado, según el NYT, sobre un trozo de espuma deteriorada de color púrpura.
"Guardado junto a una pila de viejos tapetes de yoga, el retrato del expresidente descansa bajo una luz halógena y el brillo metálico de los conductos de aire, apuntalado entre dos puertas con carteles que dicen "ELECTRICAL ROOM No Storage"(Sala de instalaciones eléctricas, no es almacén)", informa el rotativo.
El cuadro aparece justo cuando los demócratas están presionando para que todos los objetos en paradero desconocido sean registrados. El objetivo es evitar el soborno o la influencia indebida sobre funcionarios y para ello se quiere exigir que cualquier regalo de países extranjeros con un valor de más de 415 dólares sea comunicado al Departamento de Estado. Y, en el caso de que los funcionarios deseen conservar los regalos, deben pagar por ellos su valor de tasación.