La historia tras los padres de Laura Madrueño, los pioneros del buceo que la enseñaron a 'sobrevivir'
La nueva Lara Álvarez de Supervivientes cuenta a EL ESPAÑOL cómo empezó su historia. "Mi madre fue de las pocas mujeres que hacía buceo".
12 marzo, 2023 02:07Laura Madrueño es la principal novedad de la edición de este año en Supervivientes. Y es que la presentadora ha sido la elegida por Mediaset para sustituir a Lara Álvarez, que llevaba viajando a Honduras con los concursantes desde 2015.
Telecinco tuvo claro que el perfil aventurero de la madrileña encajaba perfectamente para conducir la nueva etapa de uno de sus espacios más representativos, buscando conquistar a la audiencia un año más.
La presentadora ha comentado con EL ESPAÑOL el origen de su afición por el mar y el buceo -gracias a sus padres-, sus inicios en la cadena, sus documentales submarinos, su libro o la ecocasa en la que vive.
Amor por el mar desde pequeña
Laura Madrueño nació en Madrid, pero lleva el mar en las venas gracias a sus progenitores, grandes amantes del deporte y de la navegación. Pocos saben que ellos fueron unos de los precursores del buceo en España allá por los años 70, cuando solo era un deporte minoritario y practicado casi exclusivamente por hombres.
"Fueron buzos pioneros y comenzaron a practicar ese deporte en el Madrid de los setenta cuando apenas había equipos de buceo. Siempre me cuentan lo maravillosos que fueron aquellos años en el Club CIAS (Centro de Investigaciones y Actividades Subacuáticas) y las salidas que hacían siempre desde Altea. Incluso se dedicaron a hacer formaciones a bomberos", afirma la presentadora.
También recuerda que "muy poca gente practicaba ese deporte y, para que te hagas una idea, empezaron a bucear con chalecos de Iberia antes de que llegaran los primeros específicos de buceo. Además, mi madre fue de las pocas mujeres que iban a bordo y que consiguieron el título en aquella época".
— ¿Cómo empezó su afición por el mar y el buceo?
— Desde que nací he pasado largas temporadas en el Mediterráneo y, gracias a mis padres, he crecido cerca del mar y navegando. En los veranos de mi infancia recuerdo que esperaba a mi padre en la orilla cada día y, cuando llegaba de bucear, nos sumergíamos en 'lo negro'. Con apenas tres años me enganchaba al cuello de mi padre y sobre su espalda bajábamos unos metros… recuerdo perfectamente que allí abajo no sólo no había oscuridad, sino que aparecían la luz y los colores, me quedaba fascinada con algo absolutamente hipnótico: aquellas gigantescas praderas de verde posidonia danzando ante nuestros ojos al son de la marea.
Y, por supuesto, mirando a los peces y buscando tesoros, mi padre me enseñaba las estrellas de mar de aquellos colores que no existían fuera del océano… un auténtico espectáculo que me sigue sorprendiendo 30 años después.
— ¿Cuándo se sacó el título de Patrón de barco?
— Desde pequeña mi familia y yo siempre hemos ido en barco y por eso me saqué el título de Patrón de barco hace ya unos cuantos años, tendría 24 o así, y lo disfruté muchísimo. Navegar es una de las experiencias más maravillosas que hay. Si tengo que estar en superficie, me encontrarás en un barco, porque en una embarcación es donde más me gusta desconectar.
Lleva en Mediaset toda su carrera
Madrueño se incorporó a la redacción de Informativos Telecinco en su último año de carrera, con apenas 21 años, y estuvo varios años trabajando detrás de las cámaras mientras se seguía formando en locución. Decidió probar suerte en Deportes para luego, después de mucho trabajo, superar el casting para presentar 'El Tiempo'.
"En los últimos años he compaginado mi trabajo en la televisión con la presentación de eventos, colaboraciones en otros programas, realización de reportajes relacionados con el deporte, los viajes, la sostenibilidad, la alimentación, conferencias impartidas sobre ecología...", comenta la madrileña.
— ¿Cómo era su día a día en 'El Tiempo' antes de fichar por Supervivientes?
— Me reunía con la realizadora, buscábamos las imágenes previas al programa para emitir las más destacadas o donde iba a estar bien o mal el tiempo, las montábamos, preparábamos las fotografías de los espectadores porque cada día recibíamos infinidad y había que hacer selección, preparábamos los mapas y la predicción con un diseño diferente, dependiendo de si era por la mañana, al mediodía o por la noche. Después pasaba por maquillaje, peluquería y al plató a grabar.
— También se dedica a la realización de documentales submarinos con su equipo de la productora WeAre WaterFilms…
— Llevo haciendo documentales submarinos unos 10 años, empecé haciendo cortos como una afición porque llevo buceando toda la vida junto a compañeros de la televisión que también son cámaras submarinos. Empezamos a hacer unos documentales que tenían un afán de mostrar las maravillas que hay en el mar, que es como encontrar vida extraterrestre debajo del agua. Lo más urgente era contar la cantidad de plástico que hay, no sólo en el fondo, sino también en la superficie flotando, la sobrepesca que tienen especies tan vulnerables como los tiburones, el calentamiento global de las aguas y como afecta a los arrecifes en muchas zonas del planeta.
A través de los documentales y sus presentaciones también me he ido especializando en dar charlas en empresas o colegios para la concienciación sobre el mar. Los que nos sumergimos tenemos la responsabilidad de contar lo que pasa en el mar, donde se lleva tirando de todo toda la vida.
— ¿Recuerda alguna anécdota de las grabaciones de los documentales?
— ¡Podría decirte cientos! (risas). Las grabaciones submarinas normalmente son muy complejas y dependemos de muchísimos factores para que todo salga bien. Pero el océano siempre te regala momentos tan maravillosos como el de la portada de mi libro, Somos agua. La foto es del día que hice apnea con ballenas piloto y podría decir que me estalló el corazón. He tenido la suerte de bucear con neonatos a los que todavía se les notaban las marcas de haber estado en el vientre de su madre. Algunos pequeños se me acercaron frente a frente y me observaron detenidamente porque, seguramente, no habrían visto antes un ser humano. Gracias a los rodajes de los documentales he tenido experiencias inenarrables con tiburones toro, martillo, nodriza, ballena, con mantas de noche...
— ¿Cómo fueron los de tiburones?
— Ha sido todo un reto para nosotros porque en varias ocasiones nos ha exigido formarnos más para poder bucear más profundo o a pulmón, pero ha merecido la pena. No hay nada comparado con poder estar un rato con estos asombrosos animales en libertad, en su entorno natural, con verles nadar con esa elegancia única. Me siento muy orgullosa de este trabajo porque es fundamental que la gente conozca mejor a estos escualos, para que dejen de tenerles miedo porque son imprescindibles para el equilibrio marino y los estamos aniquilando de forma salvaje mediante la práctica del finning. Consiste en capturar tiburones, cortarles las aletas, para después, y una vez que han sido mutilados, devolverlos al mar cuando, en la mayoría de los casos, todavía están con vida. Forzosamente mueren por asfixia, ya que sin aletas los tiburones no pueden nadar ni hacer que el agua circule por sus branquias. O mueren desangrados o engullidos por otros peces.
— Y de ahí surgió su libro, Somos agua.
— El libro surgió a raíz de eso, sí, y, hasta ahora, había sido el reto de mi vida, ahora es Supervivientes (risas). En Somos agua comparto los mejores momentos de mi diario de buceo que llevo escribiendo más de 20 años y publicarlo fue muy importante porque realicé una preparación brutal.
En él hablo de la actual situación del mar, ya que en estos últimos 100 años lo hemos contaminado más que en el resto de la historia de la humanidad. También me centro en los tres problemas que considero que tienen los mares: el calentamiento global, los plásticos y la sobrepesca. El libro también tiene historias personales de mis padres o de mi abuelo, Mariano Madrueño, donde aparece en una foto estando en la playa de Levante de Benidorm con varios meros recién sacados a pulmón en el año 1944.
— ¿Puede contarnos el proyecto de casa sostenible que tiene y porque decidió hacerlo?
— Ese proyecto es otro de los sueños que siempre he tenido, poder vivir en una casa pasiva, totalmente integrada en la naturaleza, rodeada de mi huerta, frutales, gallinas, perros… y además proyectado con todo el cariño del mundo por mi pareja, el arquitecto Álvaro Puerto. Un proyecto de vida donde soy verdaderamente feliz rodeada de los míos.
El salto a Supervivientes
Ese lado aventurero de Madrueño lo sacó a relucir la madrileña en su primera aparición en Supervivientes, donde los espectadores pudieron ver a la presentadora buceando a pulmón para mostrar el fondo submarino de Cayos Cochinos, en Honduras, donde se realiza el reality de supervivencia de Telecinco.
"Es cierto que he probado diferentes cosas dentro de la cadena, pero formar parte de Supervivientes ya son palabras mayores. Es un verdadero reto y un privilegio que la cadena me haya dado esta oportunidad. Fue una decisión difícil, pero a la que no podía negarme ya que mi amor por la naturaleza y, en concreto por el mar, creo que casan muy bien con este formato", reconoce.
Y añade: "Soy buceadora desde que tengo uso de razón y poder estar comunicando desde una reserva marina en ese entorno natural es un auténtico privilegio para mí. Es, sin ninguna duda, el programa más espectacular de la televisión".
— ¿Ha podido hablar con Lara Álvarez, su predecesora?
— Sí, y ha sido súper generosa, me ha apoyado mucho y, sobre todo, me ha aconsejado que lo disfrute a tope.
— ¿Con qué consejo de los que le ha dado la presentadora se queda?
— Todos han ido en una línea súper positiva y si tuviera que quedarme con uno sería con el de que aprovechara mucho todo porque va a ser la mejor experiencia de mi vida televisiva.
— ¿Le dan miedo las comparaciones entre ambas?
— Lo de las comparaciones no me lo he planteado mucho. Creo que Lara y yo somos personas muy distintas en todo, aunque claro, las comparaciones son inevitables y la gente es libre de opinar, pero creo que no tenemos nada que ver.
— ¿Cuándo le propusieron esta aventura le dijeron porqué había sido la elegida?
— Sí, me comentaron que yo tenía esa parte aventurera que les gustaba, mi relación con el mar, con los animales, mis viajes… todo lo que he estado haciendo estos últimos 10 años. Obviamente, también les cuadraba mi imagen y, sobre todo, se decidieron por el cariño que me ha ido cogiendo la gente al presentar 'El Tiempo'.
Ese formato tiene mucha audiencia, a todo el mundo le interesa y, al final, la gente cuando se te acerca por la calle a saludarte es siempre con mucho cariño y mucho respeto. Muchos espectadores también me vieron en 'Sálvame' cuando estuve colaborando con ellos durante Filomena, sacando esa parte de mi más natural, riéndome mucho con Jorge Javier Vázquez. Creo que hace falta reírse más en la tele y Supervivientes es una buena oportunidad para reírse y entretener.
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— ¿Qué es lo que más teme del programa?
— Quizá lo que más me preocupa sea la adaptación al entorno. Venimos del crudo invierno y vamos a trabajar allí en los meses más cálidos y más húmedos del año, que no solo afectará a los concursantes, también todo el resto del equipo vamos a pasar muchas horas bajo el sol. Los días de gala son jornadas muy largas y supongo que también me costará un poco adaptarme a ellas, pero, como tengo ya el bagaje previo de los documentales, que les he echado muchas horas en condiciones parecidas, creo que me haré a ello rápido.
— Su vestuario ha cambiado mucho respecto al que llevaba Lara en otras temporadas…
— Es un tipo de estilismo con el que me siento muy identificada, por toda esa faceta mía de buceadora. Es una imagen más deportiva, más aventurera, más yo. Me han dejado aportar mis propias ideas en el vestuario y creo que eso es fundamental a la hora de sentirme cómoda.
— ¿Qué no ha faltado en su equipaje?
— Mis compañeros me recomendaron antes de viajar que me llevara cosas que me recordaran a casa, como fotografías o mi taza de desayunar. Es que las cosas pequeñas, cuando estás lejos, son tan importantes.
— Otro presentador de El Tiempo que dio el salto a Supervivientes fue Mario Picazo, que estuvo durante tres temporadas en la isla (2007, 2008 y 2009). ¿Ha podido hablar con él?
— No, no he podido, pero Mario es un referente total y absoluto para mí. Le tengo muchísimo cariño porque coincidí con él en mis inicios y para mí siempre ha sido un presentador estupendo. Sobre todo porque tenía esa capacidad de adaptación de ser un profesional muy versátil que podía estar presentando 'El Tiempo', aparecer en 'El programa de Ana Rosa' disfrazado de Rey Mago o estar en La Palapa de Supervivientes haciéndolo muy bien. Eso es muy importante y algo muy difícil.
— ¿Era seguidora de Supervivientes antes de presentarlo?
— Pues si soy sincera… no, no he sido fiel seguidora del reality porque no soy muy consumidora de realities en general. Pero, obviamente, este es, al menos para mí, el más entretenido y más chulo por toda la parte de aventura.
El del año pasado sí que lo seguí un poco más y también vi el primero, cuando no había famosos, porque una amiga mía estuvo concursando. Es increíble lo bonita que ha sido la evolución de este formato. Para prepararme el de este año he visionando muchísimos programas anteriores, otras ediciones, con otros presentadores y he comprobado que ha cambiado mucho la televisión. Todo evoluciona a una velocidad que parece mentira que solo hayan pasado 10 años, el formato se ha transformado mucho.
— Entonces… ¿Qué suele ver en televisión?
— Veo mucho los informativos y escucho la radio desde primera hora en el coche para informarme. También soy seguidora de 'First Dates', me gusta mucho (risas). Me lo paso muy bien con Carlos Sobera y los comensales que acuden al restaurante de Cuatro. Creo que es un programa maravilloso y un experimento a nivel social único que se puede ver en televisión. Tiene mucha empatía con la gente que va. También veo documentales y series, pero estoy poco en casa para ver televisión.